Tuesday, April 11, 2006

Una apuesta cristiana al dialogo

CUBA:
Una apuesta cristiana al diálogo
Por Dalia Acosta

CÁRDENAS, Cuba, abr (IPS) - Es difícil encontrar a una persona que no lo
conozca. Ubicado en la otrora calle Real de esta occidental ciudad
cubana, el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo apoya a personas
vulnerables e impulsa planes de tratamientos de desechos urbanos, de uso
del biogás y de reforestación.

Pero esta es sólo la cara más conocida de una institución que promueve
amplios espacios de reflexión con el fin de facilitar la participación
de diferentes actores de la sociedad civil, en un diálogo constructivo
sobre los problemas actuales de Cuba y el porvenir de esta isla de
régimen socialista.

"Si no somos parte de la solución, entonces somos parte del problema",
es una de las máximas del centro que organiza talleres, encuentros y
realiza consultorías pastorales sobre deberes humanos, reconciliación y
paz, resolución de conflictos, diálogo interreligioso, violencia de
género y sexualidad, entre una amplia diversidad de temas.

"El futuro no está en encerrarnos sino en abrirnos, sin perder lo
esencial de nuestro proyecto", dijo a IPS el pastor Raimundo García,
director ejecutivo de esta institución fraternal religiosa, creada a
comienzos de los años 90 en Cárdenas, ubicada a unos 150 kilómetros de
La Habana.

Alejado de la alternativa de cambios políticos propuesta para Cuba por
el gobierno estadounidense de George W. Bush y convencido de que la
"construcción de un socialismo participativo es deseable y posible",
García estima que el país vive aún "una falta de diálogo y de
participación" que atenta contra el mejoramiento del sistema político.

"Más que ecuménica, ésta es una institución inclusiva. En nuestra
Asamblea y Junta Directiva hay cristianos de diferentes denominaciones,
pero también tenemos practicantes de otras religiones, personas no
creyentes y miembros del Partido Comunista. Hemos logrado respetarnos
todos y llegar a un consenso", dijo García.

El Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo se define a sí mismo como
"una institución fraternal religiosa con profundos objetivos sociales,
inclusiva y no lucrativa", que pretende "potenciar la cultura, el
humanismo y las más altas virtudes cristianas"..

"Yo siempre pensé que había que crear en Cuba centros en los que se
pudiera contribuir a dialogar, en un espacio que no fuera ni el estatal
ni el de la Iglesia, sino un espacio intermedio donde pudieran
encontrarse todos", indicó García, uno de los líderes religiosos que,
tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, optó por permanecer en
la isla.

Graduado del Seminario Teológico de la Convención Bautista de Cuba
Oriental, el director del centro cardenense ha sido pastor durante 42
años y vivió intensamente lo que ha venido a llamarse "el período de
sobrevivencia" de las instituciones religiosas en el país, entre inicios
de los años 60 y fines de los 80.

Tras décadas de ver la religión como un "oscurantismo" y una práctica
muchas veces "contrarrevolucionaria", los cambios en la política oficial
hacia quienes profesan alguna fe sucedieron a una reunión realizada el 2
de abril de 1990 entre el presidente de Cuba, Fidel Castro, y 70 líderes
de iglesias evangélicas y dirigentes ecuménicos.

A más de 10 años de fundado, el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo
atiende unas 140 personas en condiciones vulnerables. Los servicios
incluyen alimentación, lavandería, aseo personal cuando es necesario y
apoyo espiritual o religioso, en el caso de que la persona sea creyente.

Con cierta frecuencia, un espacio interior al aire libre acoge a
personas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH),
causante del sida, y sus familiares que han encontrado allí el lugar
ideal para reunirse, hablar de sus problemas y realizar acciones de
autoayuda.

Además del programa de acompañamiento, el centro realiza acciones de
protección del ambiente y reacciona ante diferentes situaciones de
emergencia comunitaria, como son la búsqueda de financiamiento para
contribuir a mejorar las condiciones de instituciones estatales que
brindan servicio social.

También ha trabajado por la normalización de las relaciones de Cuba con
Estados Unidos y Europa, a favor de un "diálogo constructivo" con
sectores de la emigración y en la educación en derechos humanos, un tema
casi tabú en la isla por su usual vinculación a las demandas de la
oposición política que actúa en condiciones de ilegalidad.

Como tantas personas en Cuba, García ha sentido en ocasiones la
sensación de que podrían volver los "tiempos duros", cuando iniciativas
como las del Centro eran totalmente imposibles de concretar. Sin
embargo, está convencido de que "la historia no retrocede", no se puede
volver al pasado.

A su juicio, Cuba no debe cortar las líneas del diálogo. Por el
contrario, "hay que profundizarlas, ver qué piensa la gente en los
diferentes sectores, cómo podemos colaborar en un proyecto común. Puede
que algunos funcionarios empiecen a pensar de nuevo en la centralización
total del Estado, pero se ha comprobado que así no funciona".

"Nosotros no podemos volver a lo que éramos en el pasado. Si cerramos
los ojos o hacemos como el avestruz, entonces sí vamos a destruir lo que
tenemos", alertó. (FIN/2006)

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37139

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