Saturday, April 15, 2006

En Cuba no hay ni libertad ni derecho ni justicia


En Cuba no hay ni libertad ni derecho ni justicia
Entrevista a Juan Francisco Sigler Amaya
Por Oscar Sánchez Madan

Bitácora Cubana, 14 de abril de 2006 - Matanzas

“La situación actual de los derechos humanos en Cuba es deplorable. En
la isla existe un régimen totalitario de más de 47 años que coarta las
libertades fundamentales de todos los cubanos con el único propósito de
mantener en el poder a una casta de funcionarios privilegiados y ricos
que sólo se preocupan por sus intereses personales. Debemos trabajar
para que ese estado de cosas cambie”, así se expresó Juan Francisco
Sigler Amaya, miembro de la Junta Directiva del Movimiento Independiente
Opción Alternativa, (MIOA), en entrevista exclusiva concedida en su
residencia de Pedro Betancourt.

P: Que puede decir sobre el ejercicio por los cubanos de los derechos
civiles y políticos, económicos, sociales y culturales reconocidos por
la organización de Naciones Unidas, ONU?

R: El gobierno los viola flagrantemente. Obliga a los ciudadanos a
manifestar permanentemente una incondicionalidad político-ideológica que
les impide expresar libremente sus puntos de vista sobre los asuntos
nacionales, defender en elecciones libres la corriente política e
ideológica o el programa político, económico y social de su preferencia
y gozar de oportunidades para desarrollar la iniciativa privada y lograr
la prosperidad familiar.

Las cárceles cubanas, como se sabe, están llenas de miles de
compatriotas, en su mayoría jóvenes de la raza negra, de procedencia
humilde, muchos de los cuales, son inocentes, ya que no han cometido
delitos.

Una gran cantidad de ciudadanos han sido sancionados por tribunales para
nada independientes, debido a que, ante la ausencia de libertades
económicas y la pobreza en que sobreviven, se han visto obligados a
quebrantar las arbitrarias leyes del Estado opresor.

En toda la isla el régimen lleva a cabo violentos actos de repudio con
perjuicio para la seguridad y la integridad física y moral de los
disidentes, afectando mujeres ancianos y niños.

Las libertades de asociación, manifestación y reunión son conculcadas y
es limitada la libertad religiosa, en fin, en Cuba no hay ni libertad ni
derecho ni justicia.

P: ¿Qué opina sobre el encarcelamiento en la primavera del año 2003 de
75 opositores y disidentes, 60 de los cuales hasta este mes de abril aun
permanecen en prisión?

R: Es vergonzoso y por consiguiente inaceptable que un estado en pleno
Siglo XXI acuda al encarcelamiento para castigar a miles de ciudadanos,
porque no han sido sólo los 75, que se atreven a ejercer los derechos
fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, documento firmado por la mayoría de las naciones del planeta,
incluida Cuba.

Ese es un abominable crimen que la comunidad internacional debe
condenar. Así lo ha hecho durante más de una década en Ginebra, pero lo
peor de todo es el trato cruel e inhumano de que son víctimas los reos
comunes y políticos en las ergástulas del régimen.

P: ¿Qué puede hacer el mundo democrático para ayudar al pueblo de Cuba a
cambiar esa situación?

R: A los cubanos nos corresponde solucionar nuestros problemas que en
esencia se fundamentan en la gran contradicción que existe entre un
pueblo que se cansó de ser esclavo y un gobierno que ya no puede
administrar y conducir al país, como lo ha hecho en las últimas cinco
décadas. Hemos trabajado bastante para hallar una solución pacífica a
este grave problema y vamos a persistir. Los países democráticos
podrían, y de hecho muchos ya lo hacen, fortalecer los canales de
comunicación con la sociedad civil, ejercer enérgicas presiones en todos
los terrenos, nada de guerra.

La información al mundo sobre lo que acontece en la isla,
fundamentalmente en las cárceles, y la información a nuestro pueblo
sobre lo que ocurre en el exterior, especialmente en los países libres
es un factor muy importante. No olvidemos que los regimenes totalitarios
basan su sistema policíaco y represivo en la propaganda y la mentira.
Adolfo Hitler escribió en su libro “Mein Kemp”, que por medio de la
propaganda hasta el cielo puede ser figurado en la mente del pueblo como
un infierno. Y al contrario, la vida más desdichada puede ser
representada como un paraíso.

P: Los funcionarios del gobierno castrista afirman que la oficina de
intereses de Estados Unidos en La Habana financia la labor de quienes en
Cuba defiende los derechos humanos. ¿Son mercenarios los disidentes cubanos?

R: Los demócratas cubanos somos tan mercenarios como Jesucristo, aquel
hombre excepcional que predicó en la tierra la paz, el amor y la
libertad a todos los seres humanos, en especial a los cautivos. Él,
según la Biblia, debido a su inigualable consagración a Dios, fue dotado
de poderes divinos, por los que hizo milagros. Nosotros llevamos 47 años
luchando contra una feroz dictadura y aún no hemos logrado el milagro de
la liberación, pero la humanidad y nuestro pueblo, con la ayuda del
altísimo, ya se está encargando de hacer polvo todas las mentiras de los
que nos calumnian y difaman. Eso también ocurrió con Jesús, el Salvador
liberó nuestras conciencias, pronto lograremos la libertad política y
económica. Si el gobierno de Castro posee un sólo cheque Made In USA,
con la firma de algún disidente, que lo muestre al mundo para que pruebe
lo que hasta ahora no son más que cínicas y falsas acusaciones. Las
dictaduras se han valido siempre de la mentira para justificar la
represión y el crimen y violar los derechos humanos.

P: ¿Cómo concibe el futuro estado cubano?

R: Sin Fidel y Raúl Castro. Con unos poderes Judicial, administrativo y
legislativo independientes, y con una vigorosa sociedad civil capaz de
fiscalizar la labor de quienes gobiernan. Será un Estado como lo
concibió nuestro apóstol nacional José Martí, abierto a todos en el
comercio, donde se respeten la iniciativa privada, los derechos de todos
los cubanos y donde se promuevan relaciones cordiales y amistosas con
todos los estados.

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=1818

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