OLA REPRESIVA
Primavera peligrosa
Luis Cino
LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - Desde hace tres años, mis
aprensiones y manías se agudizan a las puertas de cada primavera. Aún
más cuando vuelven a caer las bombas norteamericanas en Irak. Las ondas
expansivas de las explosiones invariablemente alcanzan las costas
cubanas. No causan muertos, sino más presos políticos.
Los bombardeos de Enjambre, la mayor operación aérea desde la toma de
Bagdad, me han vuelto a recordar la primavera de 2003. El ultimátum a
Sadam Hussein que preludió la guerra asustó más al gobierno cubano que
al dictador iraquí. Bastó para desencadenar la ola represiva que llevó a
la cárcel en poco más de 48 horas a 75 opositores y al paredón de
fusilamiento, en menos de una semana, a los tres secuestradores de la
lancha de Regla.
En Cuba, el otoño y la primavera son metáforas. La llegada de la
primavera sólo es el recordatorio de que nuestros compañeros siguen en
prisión, cada día más dignos y gigantes. Es otra de las vergüenzas de
este tiempo de sombras.
Llega otra vez la primavera y me sorprende sentado en un banco de
granito de una unidad policial de Marianao. Luego de una larga espera,
el discurso del oficial de la policía de Seguridad que me interpela es
el habitual en estos casos. Lo he oído muchas veces, pero esta vez algo
atávico me avisa que encierra más que simples amenazas.
En Cuba no explotan los coches bombas, no hay chiítas ni suníes, tampoco
petróleo. Sólo una dictadura terminalmente enferma y sin porvenir, que
se siente amenazada cuando caen bombas americanas en Samarra o Fallujah.
Empieza otra primavera y Guillermo Fariñas agoniza estoico en un
hospital de Santa Clara en defensa de la libertad de expresión.
En una celda de castigo de Camagüey, en uno de esos tenebrosos Kilos,
Antúnez está de nuevo en huelga de hambre.
El abogado René Gómez Manzano y el periodista Oscar Mario González ya
cumplieron 8 meses presos sin que se presenten cargos en su contra.
Oscar Espinosa Chepe y Jorge Olivera, dos periodistas con licencia extra
penal, pudieran volver a prisión por no doblegarse.
Las turbas amaestradas del Partido único sólo esperan una señal de sus
amos coreógrafos para caer sobre su próxima víctima.
Sólo las Damas de Blanco con su mensaje de amor traen un soplo de
esperanza entre tanta iniquidad.
Una nueva noche de San Bartolomé pudiera estar cerca. Es primavera,
seguimos en peligro y caen bombas en Irak.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/mar06/21a7.htm
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