2009-01-31.
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente*
(www.miscelaneasdecuba.net).- Enero de 2009. - En su momento, Theodor
Roosevell, recomendaba el uso de la fuerza y la astucia para conseguir
cualquier propósito, es decir, "habla suave, lleva un garrote y...
llegarás lejos". Sin lugar a dudas, durante cincuenta años estos han
sido los argumentos utilizados por varias administraciones
estadounidenses, y la justificación para consolidarse en el poder la
dictadura castro-comunista. Las consecuencias hablan por sí mismas.
Por eso, es evidente que el presidente Barack Obama tiene retos
difíciles que encarar, y entre ellos el tema de Cuba. Parece que tiene
buenas intenciones sobre el asunto, aunque tengo la percepción de que no
hará nada que obstaculice la vigencia del embargo.
Todo indica que levantará las restricciones, a los residentes en
territorio estadounidense, para que puedan enviar remesas y encomiendas
al archipiélago. También, saludables serían futuras acciones que
suavicen cincuenta años de enfrentamiento exagerado; una posibilidad que
el Gobierno de Obama tiene para flexibilizar el otorgamiento de visas
que permitan libertad plena para viajar, entre ambos países, familiares,
académicos, artistas, científicos, estudiantes... Promesa de su campaña.
No hay que olvidar, que fue el Gobierno del Presidente George W. Bush el
que impuso prohibiciones que limitan a $300 las remesas que los
cubanoamericanos pueden enviar a Cuba cada tres meses, así como
permitirles visitar el archipiélago cubano sólo una vez cada tres años,
aunque pueden enviar alimentos, medicinas y otros artículos.
Asimismo, Bush prohibió las visitas de académicos, artistas,
científicos, estudiantes y grupos religiosos. Además, los
estadounidenses sin familia en Cuba no pueden visitar territorio cubano.
Por todas estas razones, el embargo y las restricciones son medidas que
sólo contenta a sectores radicales del exilio cubano, y, que son
execrables y prehistóricas. Como nauseabunda y paleolítica es la
dictadura Castro-comunista.
Teniendo en cuenta, que existen sectores republicanos, demócratas y del
exilio cubano que se oponen, Obama se apuntaría un sobresaliente
"triunfo fácil", al levantar las restricciones, pues, no tiene que
someterse a los intereses ya mencionados en el Congreso y Senado
estadounidense. Indudablemente, más allá de los dogmas, sería una
magnífica señal para iniciar una mayor apertura, diálogos y
reciprocidades respetuosas inter ambos gobiernos.
También, saludables serían futuras acciones que suavicen cincuenta años
de enfrentamiento exagerado; y una posibilidad que el gobierno de Obama
tiene para flexibilizar el otorgamiento de visas que permitan libertad
plena para viajar, entre ambos países, familiares, académicos, artistas,
científicos, estudiantes... Promesas de su campaña.
En mi opinión, yo creo que: Barack Obama salvaguardará el embargo
comercial y crediticio, para obligar al régimen Castro-comunista a "dar
pasos firmes hacia la democracia". Aunque pudiera hacer algunas
excepciones como gesto humanitario. Al mismo tiempo, es posible que
aparezca alguna acción relacionada con los disidentes y cubanos
encarcelados, incluyendo los cinco espías condenados en Estados Unidos.
No dudo de la benevolencia de Barack Obama, y que el Gobierno
estadounidense puede abrir las puertas encaminadas a dejar libre el
camino a iniciativas para Cuba regrese a la Organización de los Estados
Americanos, OEA, al Banco Interamericano de Desarrollo, BID, etcétera.
Lo que enviaría una señal de que el Gobierno demócrata quiere un
acercamiento respetuoso con Cuba y América Latina; con una nueva
filosofía divorciada del garrote y la zanahoria. No obstante, las
reacciones hay que esperarlas en las próximas semanas, porque al nuevo
inquilino de la Casa Blanca y al régimen Castro-comunista hay que "darle
tiempo, sin perder el tiento". Porque "daño causa ser engañado una vez;
dos, estupidez es".
Finalmente, más allá de las palabras y acciones, Washington y La Habana,
deben entender que los tiempos son espinosísimos para todo el planeta y
que es hora de hablar sin arrogancias y alaridos, sin cachiporras y
porrazos. Porque sólo los sentimientos decentes y la defensa del interés
general pueden abrir la puerta del diálogo decoroso entre los dos
países. Alea iacta est, dixi. ¡Dios salvaguarde a la Nación cubana y la
estadounidense!Ω
*Pablo Felipe Pérez Goyry. Analista y Periodista. Premio José María
Heredia de Periodismo 2008. Miembro del Instituto Nacional de Periodismo
Latinoamericano (INPL). Miembro de la Federación Internacional de
Periodistas Digitales (FIPED).
Web: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Blog: http://contextuspablofeliperezg.blogspot.com/
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=19085
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