Monday, September 01, 2008

Las verdaderas razones

Las verdaderas razones
Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Cuando aún laten en
nuestro recuerdo los ecos de las recién clausuradas Olimpiadas Beijing
2008, varios son los comentarios que desde la Isla tratan de explicar el
inesperado desenlace "medallístico" de la delegación deportiva cubana,
al parecer muy por debajo de lo esperado.

El entrenador del equipo de voleibol femenino (equipo promovido por la
propaganda como las "Espectaculares Morenas de Caribe"), en un mea culpa
declaró que el revés sufrido por las deportistas era de su entera
responsabilidad. Que la confusión y el desánimo cundido entre ellas eran
de su incumbencia por cuanto a él le competía formarlas en los aspectos
competitivos y en el carácter personal.

Un comentario aparecido en la página deportiva del periódico Granma bajo
el título de, "Pese a todo, una muy buena faena", pasa revista a
diferentes motivos y de manera concreta señala que las deserciones e
indisciplinas de varios boxeadores impidieron que Cuba ganara en
Beijing, probablemente cinco títulos de oro en los 48, 54, 57, 69 y más
de 91 kilogramos.

También atribuye responsabilidad a deslices e injusticias arbitrales en
las disciplinas de combate y de manera particular en el boxeo.

Por último y como culmen de enjundia deportiva tenemos la reflexión que
al respecto escribió el Comandante en el sitio CubaDebate, el cual
representa la definitiva y única verdad para los más de 11 millones de
habitantes que pueblan la Isla. Después de él, no habrá lugar como no
sea para repetir y reafirmar lo escrito por sus manos.

En general, el Comandante no se detiene en el análisis de las razones
del raquítico medallero criollo, aunque expresa: "Nos hemos dormido
sobre los laureles" y exhorta a que "Revisemos cada disciplina, cada
recurso humano y material que dedicamos al deporte".

Pero por más que se reflexione sobre el particular y se gaste todo el
papel y la tinta en existencia; por más que a estos análisis acudan a
las mentes mejor privilegiadas de talento deportivo, mi amigo Pancholo
piensa que la causa primera sobre las que descansan todas las demás
razones no es de naturaleza deportiva.

Para mi compatriota y vecino, la razón original que conforma el sustrato
sobre el que se levantan los demás motivos, es el agotamiento de un
modelo de vida que al cabo de medio siglo de promesas incumplidas sólo
produce hastío, cansancio e indiferencia.
Y este agotamiento, traducido en sopor y modorra, motiva un cansancio
que enerva voluntades y mata la fe, sin la cual se anula toda esperanza.

El deporte cubano cayó en Beijing como resultado de eso que anda en los
cuatro confines de la Isla; de eso que invade todos los estratos de
nuestra sociedad, desde el estrecho y sofocante solar hasta las altas
instancias del gobierno; desde el monte, la manigua y la sabana hasta
las calles y avenidas de las grandes ciudades.

Se trata de algo imposible de expresar con palabras pero que se siente
como vuelo de tiñosa cuya sombra entristece el canto del sinsonte. Es
ese hedor a muerto pasado de tiempo; es ese silencio de velorio que
siempre producen los difuntos mal queridos.
Es como el fruto sin vida que se enquista entre ramas, de modo que la
fuerza del viento se torna incapaz de tumbarlo hasta que, seco y
ennegrecido, se va desintegrando de manera lenta, poco perceptible y
angustiosa.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/sept08/01cronica2.html

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