Tuesday, July 22, 2008

EL OCASO DE HUGO CHÁVEZ

EL OCASO DE HUGO CHÁVEZ
2008-07-21.
Huber Matos B.

Hugo Chávez nunca fue realmente popular en Latinoamérica. Su control
del formidable ingreso petrolero pudo haberle ganado una verdadera
influencia en la región, pero tenía que lograrlo con originalidad,
sensatez y sinceridad. Su falta de transparencia, sus cambios de rumbo,
su estilo agresivo, su prepotencia insolente y su estrecha vinculación
con Fidel Castro, no fueron las mejores credenciales.

Salvo sus obedientes discípulos en Bolivia, Ecuador y Nicaragua, la
clase política latinoamericana ha estado más interesada en fomentar las
exportaciones y facilitar la inversión extranjera que en formar parte
del teatro chavista. Los trabajadores latinoamericanos ya no se dejan
encantar tan fácilmente por la retórica populista, y la clase media es
muy celosa de sus logros. Las subvenciones y los préstamos que Chávez
ha repartido han provocado más suspicacia que agradecimiento. Todos
sabían que detrás había una agenda orientada hacia la dominación regional.

Para ser original, Hugo Chávez tenía que crear un nuevo discurso de
solidaridad con la mitad de la población de nuestro continente, que vive
en la pobreza. Un planteamiento acompañado del análisis de las barreras
que han impedido un desarrollo más equitativo en cada país; diseñar
soluciones adecuadas, facilitar los recursos necesarios para el éxito y
poner en práctica un sistema que midiera resultados.

En su lugar, siguió los pasos y consejos de Fidel Castro, un dictador
totalmente fracasado. En el siglo XXI copió la estridencia antiyanqui
que su tutor utilizó medio siglo atrás. Trató de desintegrar el
movimiento obrero en Venezuela, amordazó los medios de comunicación de
su país, socavó el sistema democrático controlando los tres poderes; y
ha tratado de neutralizar a las Fuerzas Armadas eliminando y
persiguiendo a sus oficiales independientes. Igual que hizo Castro con
el subsidio soviético de seis mil millones de dólares anuales, Chávez
derrocha los petrodólares que son patrimonio del pueblo venezolano.

La denuncia pública del general Isaías Baduel antes del plebiscito del
pasado diciembre representó un duro golpe para Chávez. El general, lejos
de venir de las filas de la oposición tradicional, lo había salvado de
un golpe de estado y, en consecuencia, su credibilidad entre los
chavistas era difícil de discutir.

En esa contienda Chávez fracasó por muchas razones, entre ellas, la
eficaz organización de la oposición, el rol dinámico de la juventud y el
desencanto de millones de venezolanos con su estilo y sus pobres
resultados; pero la contribución de Baduel a ese triunfo democrático no
puede pasarse por alto. Tarde o temprano Chávez le pasaría la cuenta.

Ahora Baduel ha vuelto a insistir en que no hay tiempo que perder porque
el gobernante sigue conspirando contra lo que queda de democracia en
Venezuela y plantea que la solución está en una nueva Asamblea
Constituyente. Casi al mismo tiempo, el partido oficialista anuncia que
después de las elecciones regionales del próximo noviembre, insistirá en
presentar otra vez una reforma para abrirle paso a una reelección
indefinida de Hugo Chávez.

La oposición democrática, que logrará triunfos importantes en las
próximas elecciones, seguramente tiene presente la opción de una
Asamblea Constituyente que terminaría con las posibilidades
dictatoriales de este anacrónico fideliano. Mientras tanto, a Baduel se
le ha iniciado "una investigación" con el fin de desprestigiarlo,
inhabilitarlo políticamente y neutralizar el impacto de un "accidente"
a lo Camilo Cienfuegos [i].

La alianza de Chávez con las FARC ha resultado un verdadero desastre
ante el mundo entero, jugó al ridículo y ganó abrumadoramente. Ahora,
asustado por su desprestigio dentro y fuera de Venezuela, como un
camaleón, que en este caso cambia de colores según la ocasión, se ha
abrazado a Uribe, al más admirado de todos los presidentes
latinoamericanos y a quien siempre insultó en forma brutal.

Mientras tanto, por la espalda, da órdenes al obediente Daniel Ortega
para que continúe el apoyo a las FARC; por supuesto, con el dinero de
Venezuela. Al mismo tiempo, el petróleo venezolano impide la quiebra
final a la dictadura castrista en Cuba, pagándole a ese régimen el
equivalente a 144, 000 euros anuales, por cada uno de los 23,000 médicos
y paramédicos cubanos en Venezuela [ii]. Por esta razón, en la suerte
del pueblo venezolano va la del cubano; son destinos paralelos de dos
pueblos hermanos. El ocaso del tirano y el de su mediocre aprendiz van
de la mano.

****************

[i] El Comandante Camilo Cienfuegos desapareció una semana después de mi
arresto por denunciar públicamente la orientación comunista que se le
estaba dando a la Revolución Cubana. Ambos nos oponíamos a esa
situación. Nunca se supo cómo desapareció su avión en un corto vuelo
entre Camagüey y La Habana, tampoco aparecieron pruebas de un accidente.

[ii] Carmelo Mesa Lago: "La economía cubana en la encrucijada: legado de
Fidel, debate sobre el cambio y opciones de Raúl".

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=16346

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