Friday, August 10, 2007

Es rusa la montaña?

SOCIEDAD
¿Es rusa la montaña?

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) La fiebre de tecnología china en
Cuba no sólo se resume a un ómnibus Yuton, una olla arrocera, una
hornilla o calentador eléctrico que, al juzgar por su "bendecido
consumo", arruina al más solvente de los bolsillos. Confieso que
prefiero el período de los soviets. Eran capaces de negociarnos
barredoras de nieve por azúcar. Su técnica, a pesar de ser derrochadora,
voluminosa y obsoleta, nunca atentó contra la vida, las pensiones de los
jubilados, o incrementó la tarifa eléctrica.

Me sentí fascinado al volver a enrolarme entre los gritos y las
volteretas de la montaña rusa, o mejor dicho "la montaña china". El
ruido de los motores eléctricos animaba al nuevo y pintoresco andamiaje
metálico del parque de diversiones del Parque Lenin.

La República Popular China asumió la instalación de los aparatos.
Terminado el montaje, los carros fueron sometidos a varias pruebas. Las
demostraciones previas a la arrancada duraron casi 11 meses. Para probar
el funcionamiento de los equipos se utilizaron como pasajeros al
personal de la obra y trabajadores del complejo recreativo.

Pudiéramos estar en presencia de una reinauguración apresurada y sin la
previa divulgación. Aún cuando faltan los retoques de jardinería,
algunos aparatos no funcionan. La voz de alarma se extiende por la capital.

Inicialmente se escucharon rumores sobre una reapertura el 13 de agosto
de 2006, fecha en que los aparatos ya estaban instalados. Los voceros
independientes intentaron un nuevo pregón con cita para el 2 de
diciembre del propio año. La proclama del comandante del 31 de julio
echó por tierra los infundados anuncios.

El Parque Lenin se inauguró el 22 de abril de 1972. Se dice que la idea
fuera de Celia Sánchez, heroína de la Sierra Maestra. La obra vino a
subsanar el fracaso constructivo de la represa Ejercito Rebelde. Su
construcción se ubicó en los terrenos que debió ocupar originalmente el
embalse. El área recreativa, en su totalidad, ocupa aproximadamente
cuatro kilómetros cuadrados. Está compuesta por una extensa llanura
decorada con palmeras y riachuelos custodiados por abundantes bambúes.

Desde la década de los ochenta, los hierros del CAME ya presentaban
síntomas de fatiga. Entre el deslizador acuático, la estrella y la
montaña rusa se alternaban las roturas, en ocasiones prolongadas.
Extensas colas humanas rodeaban cada aparato mecánico. El costo de un
ticket era de 40 centavos.

Para la década de los noventa solo funcionaban siete de los doce
aparatos existentes. Las constantes roturas, la falta de piezas de
repuesto y la controvertida apertura del sector privado, dieron origen a
nuevas opciones recreativas. Los cuentapropistas se instalaron en el
parque con caballos, ponis y hasta una pequeña máquina criolla de
gasolina que cobraba 5 pesos el recorrido. La gastronomía, acaparada por
una decena de pequeños negocios, satisfacía las demandas con una oferta
variada.

Para sorpresa de muchos, y sin exageraciones, el rescatado Disney World
de la revolución debe tener alguna vinculación con los programas de la
"revolución energética". Los numeritos lo demuestran. Las taquillas ya
no venden tickets a 40 centavos. Cada boletín para abordar los aparatos
oscila entre 4 y 6 pesos.

Los carros locos intervienen en el plan de ahorro. De los 20 existentes,
sólo cuatro están funcionando. El resto presenta problemas de rotura,
principalmente en sus acumuladores. ¡Vaya comienzo!

Realmente no existen ofertas en divisas o peso convertibles en el área
recreativa. La imagen que se quiere mostrar al público se traduce como
"la posibilidad para todos los cubanos". Se les olvido que la revolución
nos enseñó a sacar cuentas. Es lo mismo 6 pesos que 0.30 cuc. El
refresco enlatado que ofertan por doquier a 0.50 centavos (cuc), el
parque los vende, a temperatura ambiente, por diez pesos.

Sobre la montaña rusa, una verdadera odisea. Marqué en la cola sobre las
12 del día y disfrute su recorrido a las 3 y15. En las tres horas de
cola conté cinco broncas y una victima. El fallecido no fue a raíz de la
acalorada y obstinada espera. El joven, de18 años, murió por causa de un
infarto emocional cuando el coche descendía desde la estructura más alta.

Realmente no ha cambiado mucho el panorama del Parque Lenin. Aunque el
nombre me suene a fracaso, quizás "Parque Mao Zedong" sea la nueva opción.

En medio del recuerdo y el agobiante calor de agosto, sólo ha quedado
atrás mi infancia y el viejo amasijo de hierro. Sobre el rescatado
parque de diversiones hay que esperar que se entere la Habana y parte
del Ecuador. La montaña, a juzgar por los nuevos precios, no creo que
sea rusa.

Odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y07/ago07/10a9.htm

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