Para destruir el futuro
JUEVES, 31 DE JULIO DE 2014 12:14 ESCRITO POR LEONARDO CALVO CÁRDENAS
Cuba actualidad, Boyeros, La Habana, (PD) Cada vez resulta más difícil
estudiar en Cuba, a pesar de la imagen de excelencia educacional que
trata de mantener el gobierno cubano. El viejo recurso de la mentira
muchas veces repetida, las campañas internacionales de alfabetización,
la exportación de especialistas y profesores, junto a la creación de
universidades para extranjeros, cuyos becarios disfrutan de condiciones
y privilegios negados a los estudiantes cubanos, son fuegos de artificio
que tratan de esconder al mundo una realidad bien compleja y preocupante
de cara al futuro de Cuba.
Si durante muchos años una de las pocas cosas que podía obtenerse del
monopólico Estado "revolucionario", a pesar de los condicionamientos y
el fuerte adoctrinamiento que este impone, era un título universitario o
de técnico medio, hoy es para la familia cubana un verdadero dolor de
cabeza concebir el avance educacional de sus adolescentes y jóvenes, hoy
se convierte en un verdadero vía crucis el tránsito de un alumno hacia
la culminación de sus estudios.
El caso es que a la creciente baja calidad de la enseñanza se le une una
muy negativa voluntad política de las autoridades cubanas que en los
últimos años vienen cerrando espacios y posibilidades de acceso a
estudios medios y superiores para los estudiantes cubanos.
A pesar de ser Cuba el país de mayor índice de maestros graduados por
habitante del planeta, hace muchos años el sistema nacional de educación
padece un déficit hasta ahora insoluble de maestros y profesores. Las
enormes presiones y difíciles condiciones de trabajo a que están
sometidos los docentes cubanos, la baja remuneración en el marco de un
ambiente económico cada vez más agresivo, junto a los enormes problemas
de disciplina y conducta del alumnado, provocan una permanente sangría
de profesores hacia otros sectores.
Muchos años de crisis e improvisación para enfrentar este problema han
debilitado considerablemente la calidad de los procesos
docente-educativos en las escuelas y universidades cubanas, lo cual a
pesar de que la educación en Cuba aún es nominalmente gratuita, obliga a
las familias a gastos económicos extras para procurar a sus hijos
atención y respaldo docente extracurricular que les garantice los
conocimientos y preparación necesarios para enfrentar el avance hacia
objetivos docentes superiores.
Esta situación acentúa una nueva diferenciación económica en nuestra
sociedad y profundiza desventajas ya tradicionalmente establecidas y
poco reconocidas por las autoridades. Una vez más las familias pobres
del interior del país o de los cinturones periféricos y marginales de
nuestras ciudades quedan a la saga de esta dura carrera, una vez más los
afrodescendientes son los grandes perjudicados en esta coyuntural y
grave desigualdad, al igual que los hijos de muchas madres solteras que
deben sacar adelante a sus familias sin respaldo del Estado.
Para colmo de males, los gobernantes cubanos, como aquel marido engañado
que decide vender el sofá donde ha sorprendido a la esposa y a su
amante, para enfrentar el profundo desfase entre la fuerza laboral
profesional e intelectual del país y el bajo índice de desarrollo y
posibilidades de realización laboral ha tomado la gravísima
determinación de reducir considerablemente las posibilidades y espacios
de instrucción superior para los estudiantes cubanos.
La ecuación resulta sencilla aunque macabra: Si yo como poder absoluto
soy incapaz de generar una economía dispuesta a asumir la fuerza laboral
calificada, entonces que los cubanos no estudien tanto. La solución que
han encontrado al problema que ellos crearon no fue abrir nuevos
espacios económicos o impulsar una saneadora liberalización, si no
reducir las posibilidades de continuar estudios.
Las autoridades cubanas han impuesto una drástica reducción de plazas en
la enseñanza universitaria, preuniversitaria y tecnológica, ahora dicen
que quieren formar obreros calificados y recuperar muchos de los oficios
relativamente perdidos en las últimas décadas.
El otro método que han activado como filtro excluyente es, frente a las
clases de baja calidad, imponer exámenes de alta exigencia y de esa
manera eliminar a muchos de los posibles aspirantes a la continuidad de
estudios. Una oleada de suspensos han arrojado los últimos exámenes de
secundaria y preuniversitario, con lo cual aumentan los dolores de
cabeza de las familias cubanas, justificadamente preocupadas por el
futuro de sus hijos.
Al parecer, los gobernantes cubanos, no contentos con su terrible legado
de destrucción material, moral y espiritual de toda una nación, ahora
han emprendido un proceso de analfabetización de la sociedad cubana,
destinado a dejar a Cuba peor preparada para el futuro que vamos a vivir
sin ellos. Se han propuesto lanzarnos a ese futuro sin economía, sin
infraestructura, sin cultura económica, sin valores, sin autoestima
cívica, con la corrupción como paradigma de vida y ahora sin preparación
profesional.
¿Alguien se ha preguntado qué será de Cuba dentro de veinte años, con un
país de ancianos y sin fuerza laboral calificada? Definitivamente el
reto para los cubanos de mañana será muy grande y a los líderes
incombustibles de la revolución destructora la Historia no los absolverá.
Para Cuba actualidad: montesinos3788@gmail.com
Source: Para destruir el futuro | Cuba noticias actualidad.Periodismo
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http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/11211-para-destruir-el-futuro-.html
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