Religión, Santería, La denuncia de hoy
Yorubas, católicos, comunistas
El poder facilita a quien lo posee involucrar, arrastrar, satanizar o
manipular a otros que no son poderosos
Félix Luis Viera, México DF | 24/02/2014 10:18 pm
El poder no solo puede corromper a quien lo detenta, sino además a
quienes por una razón u otra se hallan cerca de este. A pocos hombres he
visto no sonreír con tono de encantamiento, de prosternación, cuando se
encuentran cerca de quien representa al poder. No son todos los que
mantienen una actitud erguida, neutral, de tú a tú, o de usted a usted,
cuando por una u otra razón deben darle la mano o saludar de alguna
manera a quien posee el mando. A tantos he visto babosearse en esos
momentos, cuando, dijéramos, solo se trataba de irradiar admiración tal
vez, pero no sumisión. No me refiero a la falta de decencia, de no
cumplir con lo protocolar, de no reconocer aun que ese representante de
lo más alto, de un poder realmente ganado por talento o por audacia, o
por lo que fuere, marca algunos puntos por encima de uno.
El poder —en este caso político, o mejor decir tiránico— facilita a
quien lo posee involucrar, arrastrar, satanizar o manipular a otros que
no son poderosos, ni lo desean, pero han tenido la mala o buena suerte
de, en algún momento, "caer" cerca de aquel. Quienes son dueños del
Absoluto suelen actuar así: generosos en ocasiones con súbditos promedio
que, si no están prestos o finalmente tienen las piernas flojas,
también, como decía al inicio de estas líneas, se corrompen o al menos
resultan corrompidos, algo parecido pero distinto. Sé de un intelectual
a quien un tirano, una vez, en un momento de euforia quizás, le pasó un
brazo por los hombros y le susurró al oído algo como "cuánto me gustó tu
libro". Sé que desde entonces el intelectual dicho, un ser hasta ese día
lejano del círculo de poder, y de la política, se sintió entonces tocado
en público por Dios, o por el diablo, y pasó tanto tiempo sin saber qué
hacer.
El poder, decía, involucra, y en ocasiones, mediante la habilidad de sus
poseedores, manipula a quienes han sido convocados por él, al parecer,
para alguna gestión noble. Así, tenemos que "Representantes nacionales
de instituciones religiosas y asociaciones fraternales de todo el país
mantuvieron un encuentro con Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del
Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de
Ministros". Esto aparece en la edición de Granma (como todos los
periódicos que circulan en Cuba, en la nómina del gobierno) del pasado
19 de febrero.
Se trata de una ofenda floral depositada en el Memorial José Martí, en
La Habana, por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de
Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acompañado por Antonio Castañeda,
presidente de la Asociación Cultural Yoruba y Dianet de la Caridad
Martínez, presidenta del Movimiento Estudiantil Cristiano. Estas tres
personas, decía, colocaron una ofrenda floral al Maestro el 18 de
febrero. Agrega el Granma en la nota citada: "El tema central del
encuentro fue la participación de las instituciones religiosas y las
asociaciones fraternales en el fortalecimiento de los valores humanos
que caracterizan a nuestra sociedad, asunto al que se refirieron varios
de los asistentes, a partir de las experiencias y resultados que sus
organizaciones han obtenido en esa importante labor".
Es decir, tanto el presidente de la Asociación Cultural Yoruba como la
presidenta del Movimiento Estudiantil Cristiano coinciden en que aquella
sociedad está caracterizada por "valores humanos". Cualquier lector que
haya llegado hasta esta línea podría preguntarse: ¿cuáles "valores
humanos"? ¿Acaso el terror implantado sobre mujeres que protestan
pacíficamente llevando como única arma un clavel en alto, y que en
muchas ocasiones son golpeadas por el régimen?, ¿o la ausencia total de
la libertad de expresión?, ¿o esas otras golpizas que en uno y otro
sitio de país el poder dispensa para quienes disienten de una u otra
forma, siempre en son de paz?, ¿o será un "valor humano" lanzar a las
mazmorras a aquellos que el régimen sanciona solamente porque han
expresado lo que cualquier ciudadano del mundo expresa, sin
consecuencias para él, en un país libre?, ¿o acaso otro de los "valores
humanos" del castrismo, por ejemplo, será su decisión de enriquecer a la
clase militar, no solo con "moneda fuerte", sino además separándola de
la miseria ambiente por medio de suntuosas viviendas? Y serían muchas
más las preguntas, y las mismas respuestas que ya sabemos.
Uno duda. Es posible que el presidente de la Asociación Cultural Yoruba
y la presidenta del Movimiento Estudiantil Cristiano no estén de acuerdo
con la nota aparecida en Granma. O sea, tal vez lo que en la ceremonia
referida dijeron ellos y otros de los presentes fue manipulado, por
omisión o transgresión —quién sabe— por quienes en la Isla cuentan con
el monopolio del poder, a través del Órgano Oficial del Partido
Comunista de Cuba. ¿Será?
Pero, en mi opinión, lo más espinoso de la nota del Granma al respecto
resulta: "También se intercambió acerca de la subversión política e
ideológica que realizan los enemigos de la Revolución, en la que
pretenden involucrarlas [a la Asociación Yoruba, a la Juventud
Católica], como hacen con otros sectores de la población cubana".
De modo que debemos suponer que han querido involucrar, los enemigos de
la revolución, a estas dos organizaciones, en actos subversivos. Pero
ambas organizaciones se han negado. Quien haya llegado hasta esta línea
seguramente se preguntará: ¿Será "subversión política" pedir la bonanza
material ante la inopia que azota al país?, ¿o el respeto para quienes
disienten?, ¿o la liberación de los presos de conciencia o la pluralidad
para el acceso a las artes y la literatura, y a la información?, ¿o la
inclusión de todos los cubanos en la sociedad a la que por nacimiento
pertenecen?, ¿o será, por ejemplo, un acto de "subversión política"
reclamar que los cubanos residentes en el extranjero, independientemente
de su manera de pensar, sean representados por las embajadas del
gobierno como hijos legítimos de aquella tierra... vaya: que ni siquiera
en la hora de su muerte tengan el auxilio del régimen que los ha negado
por discrepar de él?
En el caso que nos ocupa, creo que nos quedan dos opciones. Darles a la
Asociación Yoruba de Cuba y al Movimiento Estudiantil Cristiano lo que
llaman el beneficio de la duda. O evocar aquellos versos del Maestro:
"Oh, qué terrible procesión de culpables".
Ya ven. Así van las cosas.
Source: Yorubas, católicos, comunistas - Artículos - Opinión - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/yorubas-catolicos-comunistas-317015
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