Saturday, October 26, 2013

Los cubanos y el difícil reto de vivir

Los cubanos y el difícil reto de vivir
"Con lo frágil que es la vida, con lo cerca que estamos de un final
fatal, a veces me pregunto, ¿cómo es que los cubanos seguimos vivos?"
octubre 25, 2013

Siempre he pensado que la vida es un premio difícil. Una especie de azar
al cual nos aferramos con todo lo que tenemos a mano. El milagro de la
vida, venido como azar biológico o como premio divino constituye -para
la mayoría de los cubanos- un doble reto. No solo es nacer; sino
permanecer vivos, somática y psicológicamente aptos para desenvolvernos
normalmente en una época tremendamente difícil y compleja.

Pensemos un momento cómo hemos vivido los cubanos: moviéndonos a pie, al
Sol o la lluvia, en la vera de peligrosos caminos y carreteras o
imbuidos en el tráfico infernal de nuestras polutas ciudades. Viajando
intraurbanamente en hacinados transportes, colgados de sus puertas, en
escaleras de camiones, sobre volquetes, u otros medios desvencijados,
sin cinturones de seguridad, bolsas de aire, ni salidas de emergencia;
carentes de extintores de incendio y fumigados en el interior por gases
de escape. Nosotros los cubanos cubrimos distancias colosales subidos en
la parte trasera de remolques, jaulas para transportar animales, grúas,
tanques cisternas o entre mercancías peligrosas.

Nosotros apenas conocemos las tapas de medicamentos con «seguro contra
niños», y en nuestras casas, ese «seguro» jamás existió en botiquines,
gabinetes, gavetas, puertas o escaleras peligrosas.

Los cubanos nunca montamos en bici con rodilleras, coderas o cascos de
protección contra caídas, aun sabiendo que nuestras bicicletas tienen
pésimos frenos (o carecen totalmente de ellos). Y andamos de noche entre
el tráfico a oscuras, sin chaquetas fosforescentes ni dispositivos
lumínicos o pinturas refractarias. Y conducimos a cualquier lugar, por
desconocido que este sea, sin la ayuda del GPS.

Construimos sin cascos, guantes, ni botas antideslizantes, dieléctricas
e impermeables. Pintamos techos, paredes altas y azoteas, sin gafas
antisalpicaduras, máscaras purificadoras, cinturones de seguridad ni
mallas protectoras. Nuestras tomas de corriente, al igual que los
interruptores eléctricos o los metrocontadores, no tienen protección
contra niños pequeños, y muchas veces carecen hasta de sus tapas ordinarias.

Acá en Cuba desconocemos las pastillas purificadoras de agua, apenas
usamos repelente para insectos, ni cremas de protección solar, ni
aerosoles desinfectantes, ni raticidas. Siempre hemos tomado agua del
grifo de la cocina, o de la manguera del patio (1). Nuestros inodoros
nunca tienen tapa, ni los pisos de los baños son antirresbalantes. Y,
por si fuera poco, cohabitamos con gatos, perros, palomas, gallinas y
cerdos en espacios urbanos reducidos sin ningún tipo de control
sanitario ni ambiental y con menos del 50% de disponibilidad de agua que
necesitaría un ser humano normal en Europa o América del Norte.

Nuestros hijos en las escuelas, no tienen almuerzo escolar sino
«merienda». No tienen celulares con los cuales los padres puedan
ubicarlos o ellos puedan solicitar ayuda en caso de cortarse un dedo,
perder un diente, romperse un hueso o tragarse una canica. Tampoco
existe (o al menos se desconoce) un servicio de emergencia análogo al
911, ni hay helicópteros-ambulancias que conduzcan rápidamente a un
herido a un centro asistencial.

La vida es un misterio. Somos tan frágiles como un delicado mecanismo de
relojería. Cualquier nimiedad puede averiarnos. Y por si fuera poco, el
orden existente no ayuda, sino todo lo contrario: parece empujarnos a
ese punto de "no retorno". Con lo frágil que es la vida, con lo cerca
que estamos de un final fatal, a veces me pregunto, ¿cómo es que los
cubanos seguimos vivos?

Aun así, aquí estamos, permaneciendo en franca "litis" con la adversidad
que nos rodea. Resistimos y en ocasiones hacemos esfuerzos por cambiar
el orden de las cosas. ¡Vaya si somos fuertes los cubanos! ¡Únicos y
especiales! Reconozcámoslo: en este "caldo de brujas" ¿Quién que no
fuera un cubano sobreviviría?

Este artículo de Jesuhadín Pérez Valdés fue publicado originalmente en
la revista Convivencia No.35)

Source: "Los cubanos y el difícil reto de vivir" -
http://www.martinoticias.com/content/opiniones-convivencia-dificil-reto-de-vivir/28680.html

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