Publicado el Martes, 03 Enero 2012 10:07
Por Café Fuerte
Por SERGIO COMAS*
¿Se decidira Raul Castro a eliminar el permiso de entrada y salida de
Cuba?El pueblo cubano esperaba que Raúl Castro abriera un poco más el
portón de la finca y derogara el permiso de salida. Pero el regalo de
Fin de Año fue una amnistía de presos, esperando que Estados Unidos le
dé una palmadita en el hombro para aprobar "los cambios".
La familia Castro está soltando lastre para elevar su "vocación
democrática" ante los ojos del mundo. Han estado tanto tiempo en el
poder que ya nadie recordará cómo empezaron tantas prohibiciones.
Lentitud es la palabra de orden: hay que ganar tiempo.
Ahora Raúl Castro habla de cambios "paulatinos", "de valorar en toda sus
integridad los efectos favorables y desfavorables de cada paso que
demos", en referencia a la política migratoria. Lo curioso es que cuando
llegaron al poder no necesitaron tantas precauciones. Había prisa, prisa
para demolerlo todo, para secuestrar la libertad ciudadana, sin pensar
en consecuencias desfavorables. Solo contaban entonces las "favorables":
el ejercicio del poder.
Todo empezó con alegría, eso ya es historia. El pueblo y las fuerzas
vivas querían un cambio y lo tuvieron. Desde los primeros días de la
revolución trataron de cumplir las formalidades legales, pero Fidel
Castro nunca toleró las leyes. Empezando por la Constitución del 40, las
leyes eran solo un estorbo, "un papeleo" que él llegó a rechazar
públicamente.
Las leyes requieren compromiso y Fidel Castro solo quería comprometerse
con su mesiánico ego. Hoy, solo los más viejos recordarán cómo nacieron
aquellas restricciones, aquel permiso de salida que ha resistido en el
tiempo, incluyendo la muerte de dos dictadores en Corea del Norte.
Ahora que el tema de la nueva política migratoria ocupa las
preocupaciones y genera impaciencia entre los cubanos de a pie,
deberíamos recordar ciertos hechos para mantener viva la llama de la
memoria histórica y no dejarnos arrastrar por la ilusión de una promesa
gubernamental:
3 de enero de 1959: En la Universidad de Oriente toma juramento el
doctor Manuel Urrutia Lleó como Presidente del Gobierno Provisional de
la República de Cuba. El gobierno fue "provisional" hasta 1976 cuando
implantaron una nueva Constitución. Apresuradamente, se conformó un
Consejo de Ministros, nombrando un Presidente y cinco Ministros
(llegarían a 19). La cosa era darle un rostro formal al naciente
Gobierno Revolucionario, pues Fidel Castro tenía prisa. Entre los
primeros cinco ministerios creados estuvo el "Ministerio de
Recuperación de Bienes Malversados". La revancha recibió así el
pistoletazo de arrancada, pues un ministerio dedicado solo a actividades
expropiatorias daría la alarma para la desbandada migratoria.
Después de jurar su cargo, El Presidente Urrutia reafirmó la vigencia de
la Constitución de 1940, pero advirtió de la posibilidad de hacerle
"modificaciones para adaptarla a las circunstancias revolucionarias" y
designó allí mismo a Santiago de Cuba como capital provisional de la
República, "hasta tanto el Gobierno Provisional no se trasladara a La
Habana". Total, la capital efímera del Gobierno Revolucionario duraría
unas 38 horas, hasta el amanecer del día 5 de enero, cuando los rebeldes
partieron a La Habana.
La Constitución de 1940 no quedaría reivindicada materialmente, su
reinstauración fue solo un acto formal esperado por todo el país, pues
contenía demasiados derechos y garantías para un pueblo que marchaba al
matadero de la Historia; su artículo 24 prohibía la confiscación de
bienes y daba garantías de compensación que ya Fidel Castro planeaba
incumplir. Así, el dictador en ciernes se dio a la tarea de desmontar la
estructura legal de una posible democracia y para ello dio pasos
agigantados.
5 de enero de 1959: Por una Proclama del Gobierno Revolucionario se
declara disuelto el Senado y el Congreso de la República y se
encomiendan las funciones legislativas al naciente Consejo de Ministros.
Sin órganos legislativos, las leyes cubanas ahora estaban en manos de un
reducido grupo subordinado a Fidel Castro. No lo pensaron tanto como
hace ahora Raúl con la reforma migratoria.
7 de febrero de 1959: el Consejo de Ministros, con Fidel a la cabeza, en
uso de sus facultades legislativas, aprobó la "Ley Fundamental de la
República", la cual reemplazó a la Constitución de 1940. La Ley
Fundamental estuvo inspirada en la Constitución de 1940 con una
"variante" muy conveniente para nuestro Kim Il Sum Tropical: atribuir al
Consejo de Ministros la potestad legislativa, así como las facultades
que eran de la competencia del Congreso (quedó excluido del texto
vigente todo cuanto se refería al Senado y a la Cámara de
Representantes) Fidel como Primer Ministro quedaría facultado para
legislar lo que fuera necesario.
El artículo 24 de la Ley Fundamental de 1959 disponía lo siguiente:
"Artículo 24. Se prohíbe la confiscación de bienes pero se autoriza la
de los bienes del Tirano depuesto el 31 de Diciembre de 1958 y de sus
colaboradores, los de las personas naturales o jurídicas responsables de
los delitos cometidos contra la economía nacional o la hacienda pública,
los (bienes) de las (personas) que se enriquezcan o se hayan enriquecido
ilícitamente al amparo del Poder Público, y los de las personas que
fueren sancionadas por la comisión de delitos que la Ley del Poder
Público, y los de las personas que fueren sancionadas por la comisión de
delitos que la Ley califica de contrarrevolucionarios, o que para evadir
la acción de los Tribunales Revolucionarios abandonen en cualquier forma
el territorio nacional, o que habiéndole abandonado realicen actividades
conspirativas en el extranjero contra el Gobierno Revolucionario.
Ninguna otra persona natural o jurídica podrá ser privada de su
propiedad si no es por autoridad competente, por causa de utilidad
pública o de interés social o nacional. La Ley regulará el procedimiento
para las expropiaciones y establecerá los medios y formas de pago así
como la autoridad competente para declarar la causa de utilidad pública
o interés social o nacional y la necesidad de la expropiación".
Esta formulación tan imprecisa, de privar a la gente de su propiedad por
"autoridad competente", sin definir qué se entiende por tal, dio lugar a
los primeros actos de anarquía revolucionaria. El Ministerio del
Interior (MININT) hizo su debut con una Resolución que no firmaba nadie
y que causó descontento y expresiones de protesta entre los propios
miembros del gobierno.
29 de de septiembre de 1961: Se dicta la Resolución 454 del MININT bajo
el fundamento de que las personas que salían del territorio nacional
abandonaban sus propiedades con el "deliberado propósito de burlar las
disposiciones de la Revolución". La norma consideraba ese abandono como
un acto constitutivo de delito, calificando por igual a quienes así
actuaban de elementos contrarios a "los principios y orientaciones
populares de la Revolución Socialista". Con ese razonamiento excluyente
se dispuso que a los ciudadanos que salieran del territorio nacional
se les concedería un permiso de salida de la forma siguiente:
- 29 días, para los que salían hacia Estados Unidos.
- 60 días, para los viajeros que se salían al resto de los países del
Continente Americano.
- 90 días a los que salían hacia el Continente Europeo.
La propia norma reconocía que esas personas dejaban sus bienes en poder
de "familiares, amigos o testaferros", lo cual descalificaba el abandono
y advertía que, no obstante, quienes no regresaran después de vencido el
término del permiso de salida, se consideraría que "abandonaban
definitivamente el territorio nacional". En consecuencia, el Estado
procedería a adjudicarse los bienes muebles, inmuebles y demás valores
de su propiedad.
Solo faltaba un fondo musical con José Tejedor cantando."Me abandonaste
en las tinieblas de la noche y me dejaste sin ninguna orientación…" Un
bolero que el gobierno seguiría cantando por más de medio siglo. Esta
descarada resolución del MININT, que no contaba siquiera con una firma
ni se sabía públicamente su procedencia, tuvo un rechazo inesperadamente
frontal de la opinión pública, sobre todo en La Habana. El descontento
obligó a "recoger pita", pero la medida de control seria reelaborada,
esta vez con más peso legal.
5 de diciembre de 1961: Promulgan la Ley 989 para imponer el permiso de
entrada y salida, y la confiscación de bienes por esta causa. Ya no se
trataba de una Resolución del MININT con facultades dudosas, sino de un
tema de gobierno con categoría de ley. La actual Ley de Migración y su
Reglamento, imponen y regulan la forma de obtener estos permisos.
Y estas son las normas que Raúl Castro pretende modificar
"paulatinamente", "sin prisa pero sin pausa", como le ha dado por decir.
Lo que está claro es que el cambio afectaría muchos aspectos de la
sociedad cubana, los recursos financieros del gobierno y su mejor arma
de control ciudadano. Y eso, les aseguro, no sería tan "paulatinamente".
* Abogado cubano. Reside en Miami.
http://cafefuerte.com/opinion/opinion/puntos-de-vista/1447-cuba-el-permiso-que-se-resiste-a-morir
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