La Habana protesta por editorial de "The Washington Post"
El editorial del diario estadounidense señala que la Casa Blanca hace
bien al negarse a considerar el intercambio de Gross por los cinco
espías de la Red Avispa, pues no hay comparación alguna entre el trabajo
humanitario del contratista y los actos de espionaje de los agentes cubanos
Redacción CE, Madrid | 11/01/2012
La Sección de Intereses de Cuba en Washington protestó este martes por
un editorial del diario The Washington Post que, según el Gobierno de La
Habana, "tergiversa hechos relacionados con Cuba", como la sanción
contra Alan Gross y el caso de los agentes cubanos detenidos en EEUU en
1998 bajo cargos de espionaje, informaron medios de prensa de la Isla.
Según el comunicado de la sede diplomática cubana, el diario
estadounidense publicó una columna editorial del pasado 31 de diciembre,
donde "cuestionó la sanción impuesta al ciudadano estadounidense Alan
Gross, condenado por violar las leyes de la Isla".
La Habana subraya que Gross "no fue juzgado y condenado por una supuesta
'labor humanitaria' asociada a ayudar a la comunidad judía en Cuba a
conectarse a Internet", pues "las sinagogas tenían acceso a la red mucho
antes de su llegada", explica la sede diplomática en una carta.
Agrega que "El señor Gross violó las leyes cubanas y se dedicaba a
actividades encubiertas, pues el gobierno de Estados Unidos lo contrató
para desarrollar programas federales que atentaban contra el orden
constitucional de nuestro país".
El comunicado criticó además el editorial pues, según indica la Sección
de Intereses cubana en Washington, "se intenta justificar el injusto
castigo aplicado contra los Cinco", como denominan en medios
oficialistas a los espías cubanos condenados en EEUU, y "desestima el
apoyo mundial con la causa de esos cubanos, cuatro de los cuales
enfrentan injustas condenas, mientras René, el primero en cumplir la
pena, deberá permanecer en territorio norteño otros tres años bajo
libertad supervisada".
Calificar "como espías que se infiltraron en instalaciones militares del
sur de la Florida", resulta "engañoso", añade.
Según La Habana, "ellos solo controlaban la actividad de grupos
extremistas de origen cubano en Nueva Jersey y Florida, tratando de
anticiparse a sus acciones terroristas y reunir pruebas sobre posibles
ataques en el propio territorio de EEUU".
Gracias a los agentes, "Cuba compartió con el Buró Federal de
Investigaciones (FBI) durante la administración del ex presidente
William Clinton decenas de cintas de videos y amplios detalles sobre la
campaña de terror que planificaban y trataban de ejecutar esos
individuos", señala.
El comunicado exhorta a The Washington Post a "tener en cuenta los
argumentos expuestos para lograr un acercamiento a estos temas".
Por su parte, el editorial del rotativo estadounidense titulado "Cuba
debe liberar a Alan Gross" indica que el contratista estadounidense
detenido en La Habana desde diciembre del 2009, está acusado de atentar
contra la seguridad nacional de Cuba, si bien solo estaba ayudando a la
pequeña comunidad judía comunicarse a la Internet.
Sin embargo, señala el editorial, en Cuba, ayudar a personas comunicarse
libremente puede ser un crimen.
Añade que la Casa Blanca hace bien al negarse a considerar el
intercambio de Gross por los cinco espías de la Red Avispa, condenados
en Estados Unidos.
No hay comparación alguna entre el trabajo humanitario de Alan Gross y
los actos de espionaje de los agentes cubanos, agrega.
La Administración Obama debe insistir en la liberación del contratista
sin ceder a la extorsión cubana, concluye el editorial.
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