El Viceministro Primero del Ministerio del Interior ha hecho que una de
las bellas nietas del jefe resbale y caiga en la cama que ocupa el señor
y licenciado, Presidente Rafael Correa, durante una de sus visitas a La
Habana.
Juan Juan Almeida/ Especial para martinoticias.com 26 de septiembre de 2011
Cuando siendo "hijo de Papá", decidí romper mí burbuja, supe que
enfrentaría críticas y amenazas. Pero nunca imaginé que la sonrisa
maliciosa y temerosa de Carlos Fernández Gondín, mientras yo era
vilmente expulsado del funeral de mi padre por órdenes del General Raúl
Castro, quedaría en mi memoria como eterna cicatriz. Deseé haber muerto
aquel día.
Hoy no quiero escribir de sus hijos a quienes más que medicación,
recomiendo un exorcismo. No ha sido fácil para ellos padecer a un padre
que se cree héroe popular y es sólo un montón de medallas. Me place
colorear la imagen del ocasionalmente risueño General Gondín, con más
prontuarios que historias, a quien llaman "El hada madrina" porque ama
hacer números con nombres y convertir a las personas en tema de
seguridad nacional.
Pese a su baja estatura, grotescos modales, y horrendo semblante; el
General Fernández Gondín es un hombre desprendido y manirroto, sobre
todo con lo que no es de él. Digamos que como Faruk, el último monarca
egipcio, este referido militar se inclina hacia lo promiscuo, es
extravagante y cleptómano.
La minuciosidad es su virtud. Espiando para Raúl, y compartiendo afición
por el vodka, llegó a jefe de la Contrainteligencia Militar, miembro del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba, General de División,
Viceministro Primero del Ministerio del Interior, y con la llegada de
Raúl a la presidencia de la Republica de Cuba, el empalagoso Gondín
pensaba ocupar el trono de su Ministerio. Pero no, las teorías tienen
fallas y hasta el imperio romano duró 4 siglos más de lo previsto. Con
la entrada en escena de Alejandro Castro Espín como Coronel Coordinador
de las actividades de su padre, y la subordinación total del MININT al
Vice Almirante Julio Cesar Gandarilla Bermejo, Jefe de Dirección de la
Contrainteligencia militar, el único marinero que no sabe nadar; se
agudizan los temores de Gondín que, al sentirse desplazado, se dedica a
minar en silencio el viejo muro de lealtad.
No hay nada más frustrante para un escalador, que sentirse espectador.
Pero su vida continua siendo una suerte de osario. Es tímido, intenso,
inusual y casi mudo; severo, prudente, poco escrupuloso, sádico y nada
lírico. A pesar de toda su gloria, y aunque goza de los beneficios de
una venta de falsas batallas, se muestra paranoico e inseguro. Quizás
por eso visita el empíreo terreno de la adivinación con un señor de La
Habana. Miramar, para ser exacto.
Hambriento de poder, sabe con exactitud hacia dónde debe correr en
situaciones de pánico. Con su arrogante apariencia, y su ridículo
atuendo, adora cazar, pescar, y ser constante alegoría de terror.
Algunos aseguran que Gondín es un hombre bueno, que no llegó a décimo
grado, y desconoce el artículo de La Declaración de Independencia que
dice "Cuando un gobierno se vuelve un peligro para sus propios fines, es
derecho del pueblo abolirlo".
"General en jefe, ordene", ha sido su lema de vida. Pero su tarea de
moda – según sus propios comentarios - se reduce a inventar la inminente
casualidad, y que además parezca fortuita, como por ejemplo hacer que
una de las bellas nietas del jefe resbale y caiga en la cama que ocupa
el señor y licenciado, Presidente Rafael Correa, durante una de sus
visitas a La Habana. No debemos pensar mal, eso no es proxenetismo,
jineterismo, ni asedio al foráneo; es un intento fríamente calculado
para cambiar el reparto geopolítico de la región.
http://www.martinoticias.com/noticias/cuba/promiscuo-es-extravagante-y-cleptomano-130560788.html
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