Es el futuro de los hijos lo que buscan porque hasta parece que el
futuro haya emigrado también de esa isla varada en un pasado que se
niega a transcurrir.
martinoticias.com 28 de septiembre de 2011
Esa incertidumbre a la cual uno se acostumbró no la quiere para sus
hijos y es entonces que se hace cualquier sacrificio.
Cuba emigra. Unos por razones políticas, alegan; los más por razones
económicas, dicen; otros, en la búsqueda de un futuro mejor para sus
descendientes, argumentan.
Se escurre Cuba por el mar y los aeropuertos. Se filtra por fronteras
ajenas. Discurre por desiertos y nevadas en un mundo prestado desde
donde contempla como el suyo propio se anquilosa.
El techo queda a ras de pelo. Los caminos se cierran a los cuatro pasos.
El mundo es del tamaño de un chícharo. La estrechez asfixia. Es una Cuba
pequeñita la que se habita, parecen gritar los cubanos.
Reynaldo López, un ingeniero mecánico que ama y vive del diseño, ha
explicado desde Miami que conoce a gente en Cuba que tiene mucho dinero
y ha decidido sacar a su familia de la isla debido al ambiente de
inseguridad que se respira.
No basta un alto cargo. No importa la fama artística. De nada vale la
gloria deportiva. Y hasta el dinero deja de ser un alivio cuando se mira
hacia el futuro, ha señalado López.
Pareciera que el tiempo ha enfermado de gravedad en esa isla donde nadie
espera que el mañana le brinde lo que el hoy no le proporciona.
Fracasaron los abuelos, no importa si médicos o ingenieros, militares o
labriegos; fracasaron los padres, no importa si militantes o disidentes,
y los nietos han visto desfilar desde su infancia esa friolera de
frustraciones, y no quieren que a sus hijos les ocurra lo mismo.
Recuerda Reynaldo López que desertan los funcionarios en sus viajes. Se
escabullen los artistas en sus giras. Los deportistas se escapan en
medio de las competiciones. Los "macetas" usan sus finanzas para un
pasaje hacia lo que suponen un sueño.
Es el futuro de los hijos lo que buscan porque hasta parece que el
futuro haya emigrado también de esa isla varada en un pasado que se
niega a transcurrir.
Grisel Andrade, una habanera que ahora vive en Hialeah, confesó que vino
a los Estados Unidos, hace ya varios años porque no soportaba más la
realidad cubana y deseaba un futuro mejor para su hijo.
Esa incertidumbre –finalizó López- a la cual uno se acostumbró no la
quiere para sus hijos y es entonces que se hace cualquier sacrificio.
http://www.martinoticias.com/noticias/Cuba-emigra-de-una-estrechez-que-asfixia-130718218.html
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