Wednesday, February 23, 2011

Los jazzeros en Cuba callan para no perder sus privilegios

"Los jazzeros en Cuba callan para no perder sus privilegios"
El saxofonista y clarinetista Paquito D'Rivera regresa hoy a Barcelona
como la gran estrella de la primera edición del festival Clazz
Cultura | 21/02/2011 - 01:44h

El saxofonista y clarinetista Paquito D'Rivera se exilió de Cuba en el
año 1980 durante una escala en Madrid, y desde entonces reside en Nueva
York, en el entorno del latin jazz. Ya en aquella época estaba
considerado una de las referencias del género, estatus que se ha
acrecentado en estos tres decenios.

D'Rivera (La Habana, 1948) regresa hoy a Barcelona como la gran estrella
de la primera edición del festival Clazz, un encuentro de jazz latino
con la presencia también de Pepe Rivero, Alain Pérez, Jerry González o
Javier Colina, y que tendrá lugar hoy y mañana simultáneamente en
Barcelona y Madrid. La sala Arteria Paral·lel será el escenario
barcelonés de acogida (a partir de las 21 h). El efervescente músico
cubano exhibe un envidiable estado de forma cuando asegura que "me
moriré tocando jazz".

Al igual que en los años 80, el jazz latino parece estar viviendo una
época de esplendor.
Sin duda. Creo que es un momento históricamente bueno. Mirando para
atrás, tenemos el de los años 40-50, en una coyuntura ideal tras la
Segunda Guerra Mundial, ganas de diversión y un caldo de cultivo del que
surgieron músicos extraordinarios como Bebo Valdés; luego estarían los
años ochenta, cuando yo me exilié y había mucha actividad dentro de la
isla y fuera, sobre todo en Miami y Nueva York, y llegamos al presente,
donde las jóvenes generaciones van tomando el relevo.

¿Dentro de Cuba también?
Lo malo de la situación en la isla es que la población tiene otras
prioridades, como la de comer cada día y tener su perspectiva vital
cubierta. En Estados Unidos o en Europa, el jazz latino tiene un auge
tremendo. En esto ha ayudado mucho Fernando Trueba con películas como
Calle 54 y, ahora mismo, Chico y Rita. No se imagina cuánto.

Usted siempre ha sido un acérrimo crítico del régimen castrista. ¿No
cree en los síntomas de apertura del Gobierno de la isla?
No haga ningún caso, es una simple operación de marketing. La dictadura
prosigue y lo malo es que hay muchos países que por interés o por
ignorancia abrigan alguna esperanza, como España. Mire, muchos amigos y
compatriotas míos que han estado en La Habana me transmiten su
decepción, me cuentan que no hay libertad ni para tomar el sol. Bueno,
ya me entiende. De esa llamada "segunda apertura" no existe ni la más
pequeña señal; los dirigentes siguen aferrados al poder porque tienen
mucho miedo.

Pero, ¿aún tiene esperanzas de volver a su tierra?
Es el último deseo de cualquier cubano, morir en su país, y en mi caso,
morir tocando jazz. Pero lo veo bastante complicado. Ahora sigo teniendo
miedo de ir para visitar a mis parientes y que no me dejen salir. Mire
la guasa: ayer el propio Fidel Castro escribía en la revista Granma
dando sus felicitaciones al pueblo egipcio por haber logrado la caída de
Mubarak. Es de un cinismo… Lo mismo se dijo cuando la caída del muro de
Berlín, y así llevamos más de medio siglo. No soy pesimista sino que soy
realista: llegarán tiempos peores.

No deja de ser sencillo criticar estando en el extranjero, siendo famoso
y viviendo en Nueva York.
No fue fácil para mí, como para Bebo por ejemplo, que dejó a toda su
familia en la isla, emprender el camino del exilio; se lo aseguro. En
todo caso, creo que son más criticables aquellos músicos que permanecen
en Cuba y que no están de acuerdo con el régimen. Son la mayoría, sobre
todo los jazzeros, que no tienen ganas de perder todos los beneficios
que tienen siempre que permanezcan callados. En otros ámbitos musicales,
en cambio, hay más contestación, como en el hip-hop, el rock. Eso está
más bueno.

En este festival Clazz hay incluido un homenaje a la obra de Bebo
Valdés. ¿Por qué no ha venido?
¡Uy! Ya lo intenté varias veces, no se crea. Somos muy amigos, y le dije
que por qué no se animaba y Bebo me contestó: "Mira, yo padezco eso que
llaman Alzheimer y a veces me pasa que comienzo a tocar en el piano un
bolero y acabo con un Chachachá. No me acuerdo de las partituras… sería
demasiado cómico". Pero serían piezas insólitas, ¿no cree?

http://www.lavanguardia.es/cultura/20110221/54117989231/los-jazzeros-en-cuba-callan-para-no-perder-sus-privilegios.html

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