Fábula de Papá Estado
By MIGUEL COSSIO
Tengo la convicción de que Juan Formell se siente más a gusto en la
residencia de Jonathan Farrar, el representante diplomático de
Washington en La Habana, que en las oficinas del Comité Central,
compartiendo ``ideas'' con José Ramón Machado Ventura u otro jerarca
cualquiera del régimen de Castro.
Digo esto porque a pesar de que jugó un papel de talibán mediático
antes, durante y después del concierto de Juanes, Formell acudió junto a
otros 200 artistas, intelectuales y académicos cubanos a una fiesta
convocada por el enviado del imperio.
Cuando BBC Mundo le preguntó el por qué de su asistencia, el Van Van de
todos los Van Vanes respondió que porque había sido invitado y porque
``hay un mejor ambiente entre los dos países''.
Sería bueno averiguar si Formell y el resto hubieran asistido a una
recepción de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba en la que
también estuvieran opositores al gobierno, que ahora, por primera vez en
10 años, quedaron excluidos. Seguramente, no.
Este hecho, junto a la discreta pero exploratoria visita a la isla de la
subsecretaria asistente del Departamento de Estado para Asuntos
Hemisféricos, Bisa Williams, refrenda, como botón de muestra, el sello
que la administración Obama le está imprimiendo a sus relaciones con Cuba.
No es casual que un día el canciller de turno Bruno Rodríguez Parrilla
se aparezca ante el foro de Naciones Unidas diciendo que las medidas de
Obama para Cuba son insuficientes y que su gobierno tiene una agenda
nueva a tratar con Estados Unidos (la misma de siempre: embargo,
Guantánamo, Radio y TV Martí, liberación de los cinco espías, Ley de
Ajuste Cubano, Pies Secos, Pies Mojados, etc., etc., etc.), y al otro el
Departamento de Estado revele detalles de la estancia extendida de la
subsecretaria Williams en Cuba, durante la cual visitó Pinar del Río,
asistió al concierto de Juanes y se reunió por separado con opositores y
funcionarios gubernamentales. Por cierto, Bisa Williams fue jefa del
Buró Cuba del Departamento de Estado en la administración Bush, por lo
que llama la atención que sea ella quien haya sido la encargada de
reiniciar las conversaciones migratorias y las negociaciones sobre el
servicio de correo directo con la isla.
Desconozco si Formell tocó de oídas, por percepción o porque realmente
sabe cuando asegura que existe un mejor ambiente entre los dos países.
En todo caso, ese supuesto clima, hasta ahora decorativo, ha sido
diseñado sólo por el lado norteamericano.
Cuba sigue con un discurso duro hacia fuera y hacia dentro. La prueba
está en lo que dijo esta semana Ramiro Valdés Menéndez, comandante de
las más negras historias de la Lubianka caribeña: ``Las masas tienen que
solucionar sus propios problemas y no esperar que papá Estado venga a
resolverles y como los pichones: abre la boca que aquí tienes tu
comidita. Así no''.
La declaración devela dos cosas. Una contradicción filosófica con la
supuesta responsabilidad del Estado socialista pensado por Marx, fundado
por Lenin y derrotado por la historia. Y por otra parte, el papel del
comandante Valdés.
Durante 50 años Raúl Castro fue el encargado de anunciar las
defenestraciones en Cuba y por tiempo Carlos Lage el de traer las malas
noticias económicas. Ahora Ramiro tiene la tarea del duro. Al parecer ha
sido bendecido nuevamente con la gracia del supremo, del papá del Estado
y de todos los cubanos.
MIGUEL COSSIO: Fábula de Papá Estado - Columnas de Opinión sobre Cuba -
El Nuevo Herald (1 October 2009)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/556078.html
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