Porno para Ricardo, para Raúl y para Fidel
By MERCEDES SOLER
Lo que más disfruté de mi participación el domingo pasado en la
transmisión de América TeVé Canal 41, del concierto de Juanes en la
Habana, fue sentarme junto a Gorki Aguila por una hora, y conversar con
él, tanto al aire como durante los cortes comerciales. El roquero punk
luce mucho más joven de sus 40 años, tiene ojos de infinita curiosidad y
una risa contagiosa. Muy diferente a la imagen de niño malo que evocaría
su collar de cuero negro con remates puntiagudos de metal, los tatuajes
en los brazos y la argolla que le atraviesa la fosa nasal derecha. Al
estrecharlo lo sentí como un osito de peluche, un hombre desenfadado y
jaranero, ávido de conocer al mundo de otras orillas. El que por tanto
tiempo le han negado. Y debido a lo cual ha renegado hasta convertirse
en el músico más irreverentemente anticastrista que haya parido la
revolución.
En las letras de sus canciones Gorki es brutalmente honesto y
vulgarmente directo. Inicialmente cantó con el lenguaje popular de la
contra-cultura que abarca la filosofía punk, la cual celebra la
desinhibición, el sexo y las drogas. Eventualmente, el hostigamiento del
gobierno castrista que lo arrestó y encarceló en el 2003 por un período
de cuatro años, basado en una acusación de posesión de drogas (dos
pastillas de metanfetamina halladas en su bolsillo), lo llevó a politizarse.
Hoy Gorki le da voz a una generación cansada de escabullirse en el
underground, y llama las cosas por su nombre. Es desafiante y
discordante. En el vídeo titulado La política ruge con voz rajada, ``a
mí no me gusta la política pero / yo le gusto a ella compañero''. Las
imágenes, puestas en YouTube, muestran a uno de los integrantes de su
banda bajándose los pantalones y mostrándole el trasero a la cámara
mientras Gorki se burla de las supuestas elecciones cubanas y explica
por qué se abstiene de participar en ellas, ``hasta donde llega su
cinismo / de esta m-da que es comunismo'', retumba. Esa letra, que para
algunos pudiese sonar ofensiva, despediría civismo comparada con la de
las canciones tituladas El comandante y El general, en las que se
refiere groseramente a los hermanos Castro.
El roquero llegó a Miami sin previo aviso, en una gira promocional que
lo llevará hasta Washington D.C. y Nueva York. ``Te va a encantar NY'',
le indiqué. ``Eso me dice todo el mundo'', respondió entusiasmado.
También me habló de lo difícil que le fue viajar a México, donde reside
toda su familia, incluyendo padres y hermanos, y de su deseo de regresar
a Cuba, donde permanecen su esposa e hija de trece años.
Porque tengo una hija de la misma edad, le pregunté si no teme
represalias contra ella al llegar a Miami vilipendiando a los Castro y
tocando sus canciones. ``No, si yo lo hago en Cuba''. Fue su respuesta.
Entonces su representante me pidió acceso a la Internet para escribir
unos correos y le entregué mi iPhone, aparato que a Gorki le pareció
``de otra galaxia'', y que dio pie para que yo entendiera mejor su falta
de temor.
La Internet, como lleva dos años demostrándolo Yoani Sánchez, quien el
lunes ya había colgado su propio vídeo del concierto de Juanes en
YouTube, se ha convertido en el arma de protesta más formidable que
hasta ahora ha logrado esgrimir la oposición de todas partes del mundo.
Hace un par de meses los mensajes iraníes por Twitter y Facebook,
denunciando el fraude electoral, convocaron a protestas multitudinarias.
Recientemente, sirvió para publicitar el vídeo Decadencia de Eskuadrón y
para forzar el traslado de Pánfilo a un hospital psiquiátrico.
Gorki asegura que el año pasado fue liberado de lo que pudo haber sido
otra larga condena, tras su arresto por ``peligrosidad social'', gracias
a la fuerte campaña de protesta internacional, en gran parte por
Internet, que se hizo a su favor. Una parecida todavía no ha dado
resultados para los médicos Oscar Elías Biscet, Darsi Ferrer y otras
decenas de disidentes. No obstante, el roquero considera que el poder
del incipiente solidarnosc electrónico es incuestionable. Yo concuerdo
que hay que esgrimirlo.
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/story/553268.html
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