De coma y cadáver
By GUILLERMO DESCALZI
El Coma Andante, y todos sabemos quién es, dice que la Organización que
Está Anquilosada, y todos sabemos también cuál es, es un ''cadáver
insepulto''. Es como si el carbón acusara al petróleo de ser negro. No
debe darse cuenta de la ironía que es que el Coma Andante acuse a la
organización de ser cadáver insepulto. Mientras tanto, las cosas se
acercan a un momento definitorio para ambos. El momento llegará en la
asamblea anual de la organización, en San Pedro Sula, a inicios de
junio, cuando se apruebe la anticipada derogación de la resolución que
sacó a Cuba de la OEA en 1962. No les quepa duda, se va a aprobar esa
derogación, con el quizás único voto en contra de los Estados Unidos...
y este es un quizás muy relativo porque sobre el tapete hay tres
versiones de la derogación, y una de ellas, la más diluida, es apoyada
por los Estados Unidos. Es el mismo secretario general de la
organización, José Miguel Insulza, quien ha venido proponiendo la
derogación.
Mientras tanto, Las Tres Cotorras de la izquierda continental han estado
haciendo un cabildeo ni-tan-silencioso entre los demás plumíferos de la
América Latina. Vuelan diciendo a quien las escuche que ha llegado la
hora de que todas las aves sean iguales. Las tres cotorras, Hugo, Evo y
Daniel vuelan haciendo proselitismo, prometiendo alpiste para todos si
es que le abren la puerta de su jaula dorada a la cuarta cotorra de esta
historia, el D'Artagnan cubano porque, no se olviden, los tres
mosqueteros en realidad eran cuatro. Tal apertura de puerta es un hecho
casi inevitable. La pregunta es si la cotorra cubana entrará por la
puerta de la OEA cuando se le abra, y la respuesta parece ser sí pero
no. Es que la cotorra cubana teme perder su virginidad en la OEA, o que
las demás cotorras de allí se den cuenta de que no es virgen, lo que es
casi lo mismo. La cosa es que el Coma Andante tiene un temor casi
virginal a entrar en estado matrimonial con la organización de cotorras
continentales. Mi comentario: se merecen los unos a los otros. Se
merecen. Es una organización casi cursi (rima, ¿no?: casi-cursi), donde
las cotorras no se dan cuenta de que son ejemplares casi por excelencia
de los prejuicios y posturas de las elites de sus países. Tampoco se da
cuenta de que es cadáver insepulto el que vive en Cuba en estado de coma
andante. Lo triste y ridículo de esto es que el Coma, Fidel, va a hacer
aspavientos y cabrioletas cuando se le abra la puerta de la
organización. Es que no sabe como dejar atrás lo que ya quedó atrás. Si
ni siquiera se da cuenta de que lo único que falta es su propio entierro.
Ahora, por otro lado: la Organización, por más anquilosada que esté,
tiene una función al menos terapéutica. Allí se da terapia de cotorras.
Allí al menos, en esa jaula dorada que tienen en su edificio principal
en la calle 17 en Washington D.C., allí cantan y exhiben sus plumas los
loros, pericos y demás aves por el estilo que se columpian en sus
perchas en la OEA, y se quitan así de encima algo de los complejos que
heredamos de nuestra tradición de hijos de la conquista, de hijos de
algo, de nuestra tradición de hidalgos, porque para eso sí sirve la OEA.
Es un lugar de catarsis, donde los plumíferos continentales tienen la
oportunidad de desahogarse en despliegues de plumas y discursos de
cotorra. Las hidalgas aves de la OEA se aprestan ahora a abrirle la
puerta a la hidalga cotorra castrista, y no se equivoquen: la cotorra
castrista también es hidalga. En vano trata de presentarse como
revolucionaria. De revolucionaria no tiene nada. Robo-lucionaria, de eso
sí tiene, y en eso comparte la misma característica de la hidalguía
latinoamericana, cargada sobre las espaldas de los pueblos a los que la
conquista robó de lo que tenían. Igualito es el Coma, montado sobre las
espaldas de un pueblo, el cubano, al que le robó su libertad.
El Coma no pudo escapar a sus orígenes y terminó siendo un hidalgo más y
nada más. ¿Cuánto tardará para que su régimen entre por la puerta de la
jaula de la OEA? No mucho, pero primero hará aspavientos de todo tipo
antes de rendir su supuesta virginidad. Más tarde o más temprano, una
representación del Coma Andante entrará por la puerta de la organización
del cadáver insepulto. Habrá que aplaudirlos cuando llegue el momento
porque se merecen el uno a los otros, y viceversa. Ahora, hay
excepciones. Pero pronto, muy pronto, pasará que el coma y el cadáver
entrarán en compromiso matrimonial.
GUILLERMO DESCALZI: de coma y cadáver - Opinión - El Nuevo Herald (27
May 2009)
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