jueves 31 de nero de 2008 15:59 GYT
Por Esteban Israel
LA HABANA (Reuters) - La decisión del Gobierno cubano de cobrarle
impuestos a los empleados de las empresas extranjeras y embajadas ha
causado malestar e inusuales protestas entre los trabajadores mejor
pagados de la isla.
La decisión afecta a cerca de 5.000 empleados de compañías extranjeras
que reciben complementos salariales en moneda dura, un mecanismo no
reconocido por la ley pero tolerado bajo el ambiguo concepto de
"gratificación."
Los trabajadores de Acorec, una de las agencias estatales de empleo,
protestaron duramente el 12 de enero durante una reunión con la
viceministra de Finanzas, Nelly Cubillas.
Un video del encuentro en el Teatro Nacional de La Habana, al que
Reuters tuvo acceso, muestra a varias personas cuestionando la "base
legal" de la medida y pidiendo que, si deben tributar, las
gratificaciones sean reconocidas como salarios. Los funcionarios
responden que no hace falta.
"En este momento de supuestos cambios es lo más increíble que puede
pasar. No voy a inscribirme para pagar algo que no gano," dijo una mujer
que se identificó como militante del gobernante Partido Comunista.
El video muestra a la gente riendo a carcajadas cuando un funcionario de
la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) les informa que
deberán pagar 30 pesos convertibles (32,4 dólares) para registrarse como
contribuyentes.
Otros destacaron sus credenciales revolucionarias y dijeron que pese a
gozar de "privilegios" como automóviles y teléfonos celulares, trabajan
hasta 16 horas al día por su país.
Las empresas extranjeras que operan en Cuba deben contratar a sus
empleados en moneda dura a través de agencias estatales, que pagan en
pesos cubanos que valen 24 veces menos.
La nueva resolución grava las gratificaciones recibidas bajo el
mostrador con entre un 10 y 50 por ciento, según un rango de ingresos
que oscila entre 2.592 y 64.800 dólares anuales.
En Cuba, donde la educación y la salud son gratuitas y el Estado
subsidia fuertemente algunos servicios, un salario medio equivale a 15
dólares mensuales.
Hasta ahora, sólo los empleados por cuenta propia, artistas y escritores
declaraban y pagaban impuestos.
REUNIONES SUSPENDIDAS
Tras las protestas en el Teatro Nacional, fueron suspendidas reuniones
similares pactadas con empleados de otras tres empresas del Estado que
proveen mano de obra a compañías extranjeras.
Los trabajadores contratados a través de Cubalse, una agencia que ofrece
servicios a empresas y embajadas, han recibido en sus domicilios una
copia de la resolución emitida el 13 de diciembre por el Ministerio de
Finanzas acompañada por una carta.
"Le hacemos llegar la mencionada resolución, así como un plegable o
instructivo (...) que detalladamente explica cómo proceder en
cumplimiento de lo dispuesto," dice la misiva.
Informa, además, que el plazo para inscribirse en el registro de
contribuyentes fue extendido un mes hasta el 1 de abril. Dice que
funcionarios de Cubalse y ONAT estarán disponibles entre el 30 de enero
y 8 de febrero para aclarar dudas.
DECISION POSITIVA
Según Phil Peters, un experto en Cuba del centro de estudios Lexington
Institute en Washington, el Gobierno está reconociendo que en Cuba, una
sociedad socialista e igualitaria, algunos ganan más que otros.
"Los empleados de las empresas extranjeras han tenido altos ingresos y
una exención tributaria de facto. Eso está terminando y
comprensiblemente no les agrada. Pero es difícil considerarlo injusto,"
dijo.
"Si la misma línea se aplica en otras decisiones de política económica,
significaría más incentivos, posibilidades de salarios más altos y
mayores oportunidades de mejorar la producción y la productividad. Todo
eso sería positivo para la salud económica de Cuba," añadió.
Grandes compañías extranjeras aplaudieron la decisión, pues, dicen, les
permitirá llevar una contabilidad más transparente de sus operaciones en
Cuba.
Muchos empleados están, sin embargo, irritados.
"Nosotros sabemos que los impuestos son normales en todos los países del
mundo. Lo que molesta es la forma de imponerlo," dijo un trabajador que
pidió no ser identificado.
Un empresario extranjero en La Habana describió la decisión como "una
buena idea, mal ejecutada."
(Reporte adicional de Anthony Boadle)
http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTAN3134316420080131?sp=true
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