Thursday, January 03, 2008

Cansado de vivir

3 de enero de 2008

Cansado de vivir

Alfredo Domínguez Batista, prisionero de conciencia

PRISION PROVINCIAL DE HOLGUIN, Cuba, enero (www.cubanet.org) - El estado
positivo de la juventud en la sociedad, es obra de la buena voluntad de
Dios para el mejoramiento de la humanidad. Los gobiernos deben proteger
a los jóvenes, con oportunidades que vayan más allá de los compromisos
que hacen públicos en sus arengas.

En Cuba existen muchos barrios marginales, donde las personas se dedican
a las actividades más bajas, buscando algún bienestar. Son los sistemas
más discriminatorios los que originan una juventud sin ideales ni
esperanzas.

El gobierno cubano centraliza sus esfuerzos, o mejor dicho, el cuidado
de su imagen, en las grandes ciudades del país, donde a diferencia de
los barrios marginales existe una capa social que delinquiendo se
apropia de recursos. Sería bueno hablar de eso, pero no puedo ahora,
pues mi comentario está dirigido a algo más personal. Un joven, preso
común, que sentado en su litera me cuenta parte de su vida social.

Se llama Felipe, tiene 24 años de edad, apenas terminó el sexto grado de
escolaridad. Es del barrio holguinero La Colorá.

En el año 1994, cuando apenas era un adolescente, Felipe fue recluido en
la cárcel de menores en Holguín. Cumplió su sanción en 1999. Ese mismo
año fue sancionado nuevamente, esta vez, a un año de privación de
libertad por hurto y tenencia de arma blanca, que cumplió en la cárcel
de Holguín. Luego volvió a prisión en el 2001 por dos años más.

Felipe padece epilepsia y era adicto a los fármacos. Un día del 2005 se
reunió, como de costumbre, con un grupo de amigos en un parque de la
ciudad holguinera. Cansado de huir de la policía, decidió transformar su
vida inyectándose el VIH/SIDA. Su pareja, por lealtad, hizo lo mismo.

Ese momento difícil y desesperado no terminó ahí, sus amigos allí
presentes, como compromiso de amistad, hicieron lo mismo. Contaban un
total de ocho.

Su última andanza fue en julio de ese año. La policía lo capturó y lo
condujo a la prisión provincial de Holguín. Esta vez fue sancionado a 15
años y cuatro meses de privación de libertad.

Tengo una idea de cuanto sufre Felipe y el dolor que envuelve a su
familia. En los últimos días Felipe se ha acercado a la vida cristiana,
como oportunidad regenerativa.
Sentado en su cama, con una mirada al cielo, terminó de contarme su
historia. No habló una palabra más. Su cara pálida mostraba angustia. Yo
me retiré, creí que debía respetar su silencio.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/en08/03a2.htm

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