Yosvani Anzardo Hernández
Bitácora Cubana, 2 de enero de 2007 - Holguín
Karell Infante nació en la entrada de la última curva del Siglo XX, con
los bolsillos llenos de pesares, llorando en la oscuridad y sin saber
por qué deseaba tanto haber partido con su viejo. Y fue él, sin embargo,
quien le mostró el camino y quien le explicó, por qué debía quedarse.
Ahora sigue llorando pero por dentro.
Su viejo perteneció al Alpha 66, y fue presentado ante el tribunal en
noviembre de 1961, acusado y condenado por actividad
contrarrevolucionaria en el primer juicio celebrado en Cuba por
sacrificio de ganado mayor.
"Siempre fue un buen hombre. No tiene descanso mi viejo –dice–, sus
pasos son los míos, su corazón late en mi pecho. Se le acabó el Siglo
antes de tiempo, y a pesar de la distancia, mantenemos buena
comunicación. Tiene la tristeza larga, como alguien dijo, yo soy tu
sangre, soy tu silencio y tu tiempo. No es un canto gregoriano lo que
escuchan mis oídos, es su voz como un lamento, pidiendo redención".
Mataron a su viejo hace tantos años, en un aparente accidente de
tránsito en el año 85, y aún hoy siente que lo matan todos los días,
nunca nadie fue sancionado. El juicio a la asesina culpable fue un
fraude. Dos años después murió la tía de Karell, intentado hacer
justicia. Tiempo después el tío fue sancionado a dos años de privación
de libertad con internamiento por un accidente en el que ni siquiera
estuvo, ¡cosa increíble!. Criminalística lo apoyó y alguien en La Habana
lo sancionó.
Karell Infante heredó la voluntad animal de su abuelo, esa, que a este
no le permite detenerse, ni aun después de muerto; y la rebeldía que
emanó del ceno de su madre.
"Es un buen tipo mi viejo, dice la canción. Viejo, mí querido viejo. El
dolor lo llevo dentro, tengo el corazón tatuado y en el alma tu
silencio. Ahora yo camino lento para no perder tus huellas. Ya no soy un
temerario, miro de frente y no miento. No siento odio, pero espero. Un
día descansarás tranquilo, y yo extrañaré tu presencia".
Karell Infante no odia, pero seguirá siendo la sangre, el silencio y el
tiempo, de personas que no debieron morir.
Agencia de prensa Jóvenes sin censura (El gobierno cubano le niega a
esta agencia su reconocimiento legal).
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3681
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