CUBA: LA BATALLA POR LA SUCESION
(Parte I)
EL AMAGO DE GOLPE DE ESTADO
DEL 13 TERMIDOR
(31 de julio de 2006)
Por Jacobo Teitelbaum
Analista
Colaboración
La Nueva Cuba
Octubre 31, 2006
A medida que transcurren las semanas tras el ya célebre 31 de julio,
"día de la Proclama" [1] que anunciara el "cese temporal" de Fidel
Castro al frente del gobierno de Cuba, transpiran claras señales de los
resultados del reposicionamiento "político" que ha tenido lugar tras de
lo que es evidente ya fue un fallido amago de "golpe de estado interno"
al que llamaremos del '13 Thermidor', al utilizar eufemísticamente el
Calendario Republicano de la Francia en Revolución en el siglo XVIII.
El 26 de julio, irónicamente aniversario del asalto organizado por Fidel
Castro al cuartel Moncada en Santiago de Cuba que le permitiera
finalmente "suceder" a Fulgencio Batista, es asímismo la fecha "oficial"
del inicio de La "Batalla por la Sucesión" en el régimen castrista. Y
aún ese proceso está en marcha.
Aunque dentro de Cuba, una imagen de "unidad", de "concertación", se
trata de reforzar a través de los medios oficiales, lo cierto es que la
nomenklatura castrista ha pasado por sus peores momentos desde la
invasión de Girón o desde el desplome de la ex Unión Soviética, donde
igualmente muchos comenzaron a sopesar hacia que campo, lado o facción
definirse. En este ajedrez letal, las equivocaciones pueden llegar a ser
bien costosas.
No se trata de ideologías, filiaciones políticas, o meros desacuerdos
acerca de modelos económicos. En lo alto de la cúpula de poder, entre
las facciones, sólo priman tres principios "instintivos": control
político, control de los recursos y control poblacional. Y siempre, a
cualquier precio.
Si bien es cierto que Fidel Castro había logrado mantener en secreto
-según fuentes de inteligencia- un diagnóstico del pasado noviembre de
2005, de que padecía de una metástasis generalizada, la crisis de salud
del 26 de julio, en Bayamo, tomó por sorpresa a la nonmenklatura cubana.
[2] Castro había previsto tres agendas para cada eventualidad
"sucesoria", cada una con una pre-construida "Proclama" a fin de que sus
"designados" asumieran responsabilidades.
Existían proclamas para responder ante una muerte súbita de Castro, para
su incapacidad física y mental permanente y para una incapacidad o
necesidad temporal de mera ausencia del poder de Fidel Castro. Cada una
de esas "proclamas" iría acompañada de una serie de procedimientos
"institucionales".
LA CRISIS SE PRECIPITA
Los hechos comenzaron a desencadenarse el propio 26 de julio cuando
Fidel Castro comenzó a sentirse severamente indispuesto en Bayamo hasta
el punto de que fue necesario trasladarle de urgencia a la capital cubana.
La proclama fue decidida tras las angustiosas horas entre el 29 de
agosto -en que Castro fuera intervenido quirúrgicamente- y el 31 de
agosto, momento en que en horas de la noche se hace pública la
"Proclama". Habían transcurrido 48 horas de la operación a Castro y no
se esperaba que rebasara las 72 horas.
Dentro del seno de un mínúsculo grupo de militares-empresarios y
militares-burócratas, que laboran en el Estado Mayor General de las FARS
y en diferentes departamentos de la sede del Ministerio de las Fuerzas
Armadas cubanas, desde tempranas horas de la madrugada del 30 de julio
se ejercía presión sobre Raúl Castro para que tomara la iniciativa y se
proclamara Comandante en Jefe y Presidente interino.
Raúl vacilaba, pero adictos y leales creían que toda pérdida de tiempo
sería inaceptable. La gravedad de Castro -tras enfrentar incontrolables
hemorragias internas y una delicada y prolongada operación- urgía a
tomar una pronta decisión. Se temía que cualquier acción dilatoria
podría resultar fatal para sus ambiciones de consolidar a su "Jefe" en
la posición indisputable de sucesor, algo que durante meses se había
retado dentro de los círculos de las facciones en la cúpula de poder.
Por otra parte los propios médicos afirmaban que el tiempo de vida de
Fidel Castro estaba contado y tras la intervención quirúrgica no se
pronosticaba que sobreviera más de 72 horas.
EL AMAGO DE GOLPE DE ESTADO DEL 13 THERMIDOR
Fue en ese clima de incertidumbre y temores que el grupo de adictos a
Raúl: Los generales de Cuerpo de Ejército Julio Casas Regueiro, Vice
Ministro Primero de las FARs, Álvaro López Miera, ViceMinistro de las
FARs y Jefe del Estado Mayor y el Coronel Alberto Rodríguez
López-Callejas, director Ejecutivo de GAESA y yerno de Raúl Castro,
lograra que finalmente éste, vacilante y evasivo, les ordenó la
implementación de las medidas previamente decididas.
Raúl accedía, pero al mismo tiempo ponía distancia de sus subordinados a
fin de evadir responsabilidad en caso de que las cosas no salieran como
se esperaban.
Así se decidió, el 31 de julio, en sólo 48 horas, una maniobra audaz,
pero precipitada, la de utilizar la Proclama diseñada para responder a
un escenario en que Fidel Castro ya estuviese muerto como mecanismo
"relampagueante" de la sucesión. El objetivo era adelantarse al resto de
las facciones en la nomenklatura cubana y establecer prontamente el
sólido y firme control del poder para Raúl Castro. Sería un verdadero
"blitzkrieg" político ante el cual a los adversarios de Raúl no les
quedaría otra cosa que hacer que aceptar el "fait accompli".
Se daba por descontando el apoyo del General de Cuerpo de Ejército
Leopoldo Cintra Frías (Polito), Jefe del Ejército Occidental y con la
lealtad de los Jefes de las tres divisiones de la Guarnición de La
Habana. No se esperaba problema alguno con las unidades de la RAM -el
cinturón de unidades militares en las perisferias de la capital cubana.
Pero a ninguno de ellos se le participó la decisión tomada.
En la premura ni siquiera se siguió el procedimiento formal de reunir al
Consejo de Estado, obtener una mayoría simple y ni siquiera se debatió
de posteriormente buscar la ratificación de la Asamblea Nacional que
garantizaría 6 meses de gobierno interino hasta que se convocase a una
"nueva elección" de delegados electores que votarían por el próximo
"presidente".
La transmisión televisiva de la "Proclama" sorprendió a prácticamente
casi todos los dirigentes del régimen. Un verdadero terremoto político
sacudió aquella noche las vértebras de aparato del estado cubano. Había
estallado la Batalla por la Sucesión y los raulistas habían tomado la
iniciativa.
Pero los complotados subestimaron la capacidad de maniobra de sus
rivales entre las ambiciosas facciones de la nomenklatura...
[1] "PROCLAMA" DEL COMANDANTE EN JEFE AL PUEBLO DE CUBA
La Nueva Cuba Julio 31, 2006
[2] ¿TRAERA LA DESAPARICION DE FIDEL CASTRO LA CONTINUIDAD, LA REFORMA O
LA CONTRA-REVOLUCION?
Por Sebastián Robles, Análisis, La Nueva Cuba, Agosto 8, 2006
http://www.lanuevacuba.com/archivo/jacobo-teitelbaum-2.htm
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