El Enfrentamiento Contra el Consumo de Drogas en Cuba; Obligación
Gubernamental. Análisis Ortodoxo de la Misma.
2006-08-30
Por Heriberto Portales Rodríguez, Presidente del Partido del Pueblo
Cubano Ortodoxo
"La definición de un problema de políticas públicas, tiene más
importancia que su simple definición conceptual." Luis F. Aguilar
Villanueva.
La política elaborada en Cuba para el enfrentamiento al consumo y
tráfico de drogas es particularmente compleja, atendiendo
fundamentalmente a que no estamos en presencia de un mercado clásico
(como sí existe en otros países), razón por la cual la definición de la
misma se hace más difícil, ya que no solo persigue reducir al máximo
dicho consumo hasta lograr su eliminación, sino que también tiene por
objeto proteger a la sociedad de las posibles conductas peligrosas que
surjan de los consumidores de drogas.
En referencia a la política penal elaborada, está muy bien definido el
carácter represivo de la misma en el actual Código Penal, donde los
marcos sancionadores para las figuras de tenencia y tráfico de drogas
son muy severos. Sin embargo, en contraposición, la política preventiva
aún es defectuosa.
Hay quienes sostienen la idea de que el estado conductual de un
consumidor de drogas está definido por el consumo de la misma. Por lo
que es lógico elaborar una serie de medidas médico-sanitarias con el fin
de restablecerla dignidad y autonomía de este sector, disminuyendo con
seriedad el número de delitos conexos al consumo o provocados por éste.
Sobre este tema hay dos tendencias muy generalizadas, una que plantea
"que la propia prohibición de esta actividad es la que impulsa al
individuo a realizarla por lo que recomienda la prescripción legal de
las drogas como medida acertada para disminuir su mercado"; y la otra
plantea "que el pobre número de oportunidades sociales que enfrentan los
consumidores o candidatos son las causas de este problema, por lo que
recomienda ampliar el horizonte de oportunidades para este sector."
En Cuba (al igual que en todo el mundo) el tratamiento de este problema
pone en contrapunteo la postura del cumplimiento de la ley con la
postura médica a lo que va unido la instrumentación e políticas que
atacan la consecuencia (después de... ) con las que ataquen a las causas
(antes de... ). Por lo que la prevención debe ocupar un primerísimo
lugar en todo diseño de elaboración de agendas para el enfrentamiento de
este flagelo.
Para hacer posible una correcta política preventiva, lo primero que hay
que hacer es diferenciar (al igual que se hace en los consumidores de
alcohol o cigarrillos) al consumidor del adicto, ya que el tratamiento
para cada uno de estos grupos es completamente diferente. Y si tan
importante es ayudar al ya consumidor, mucho más lo es prevenir la
iniciación en esta actividad, porque la cuestión de lo que impulsa a los
consumidores a asumir formas de conductas peligrosas, la podemos
encontrar en cualquier análisis de este problema de la misma forma en
que se enfrenta la duda sobre la capacidad que tiene la política
instrumentada actual para mejorar la conducta de éstos.
Los slogan dirigidos al público utilizando los medios de difusión con el
objetivo de alertarlos sobre las consecuencias del consumo de drogas,
cumple únicamente con esta función no llegando a crear por si solos una
cultura antidrogas, la que debe ser más extensiva y llegar en forma más
directa a cada rincón de la sociedad (desde la familia a las instituciones).
Se debe (y no se hace) dar información actualizadas en forma de tasas
estadísticas capaces de informar e ilustrar cómo marcha el
enfrentamiento, dónde se encuentran los avances y dónde los retrocesos y
de qué forma la sociedad en su conjunto puede asumir un papel determinante.
Debe dejarse atrás el criterio (por suerte por los menos) de que el
gobierno solo debe intervenir cuando hayan efectos externos (o sea,
asumir una posición policial), ya que si lo único que se manifiesta es
la decisión de un individuo de acabar con su vida debe contar con esta
potestad, tesis esta que no es válida ya que el gobierno no solo el
cubano sino cualquier otro ) está autorizado para impedir o
contrarrestar que los individuos actúen sin conocimiento de las
consecuencias derivadas de sus actos , dada la obligación contraída con
sus ciudadanos de facilitarle ayuda para que disfruten de una vida
digna, evitando cualquier acto de desmoralización, ya que la dignidad de
una sociedad radica en no ser indiferente o tolerante a cualquier
actividad deshumanizadora o que prive a sus miembros de la capacidad de
juzgar, elegir y actuar en consecuencia.
Es por ello que para cumplir con esto debe ser instrumentada una
correcta política de prevención dirigida fundamentalmente hacia:
1.- Mejorar las condiciones de salud de los consumidores, reforzando
además su dignidad y autonomía.
2.- Reducir el contagio del consumo de drogas.
3.-Consolidar la moral de la sociedad.
4.- Reducir los recursos públicos que son absorbidos por los consumidores.
Y todo esto contenido dentro de una definición correcta de su ámbito de
instrumentación.
Es nuestra opinión, que las políticas preventivas correctamente
elaboradas y aplicadas tienden a determinado plazo tener resultados
positivos. Pero para que estos resultados sean logrados en el menor
tiempo posible, hay que dirigirlos fundamentalmente hacia los sectores
de riesgos y no dispersar la misma a todo lo largo de la sociedad porque
los individuos que son inmunes a este tipo de medida (por efecto o por
defecto) no están, ni tienen porque estarlo, en el ámbito de aplicación
de la prevención. Por lo que hay que tener visión de cuándo y dónde
comenzar a aplicar el programa pudiéndose atenerse a:
1.- Localización de los sectores vulnerables al consumo.
2.-Programas (instrumentados a todos los niveles utilizando todos los
medios) de educación sobre todo lo referente a las drogas.
3.- Detección temprana de los posibles consumidores y aplicación de
programas de cuarentena.
4.- Utilización de programas de inmunización antagonista temprana.
5.- Creación de comunidades terapéuticas (similares a la de alcohólicos
anónimos) especializadas en este tema y diseminadas por todo el país.
6.- Aplicación de tratamientos de psicoterapia individual o de grupos.
7.- Tratamiento médico especializado con la facilicitación de servicios
auxiliares.
Esto, unido a los correspondientes programas de capacitación,
antipobreza, de tratamiento a los problemas juveniles (el sector más
vulnerable de la sociedad), así como la prohibición (algo muy
fundamental) de tratos discriminatorios a los consumidores de drogas,
serían capaces de lograr mayores y mejores resultados que cualquier
programa operativo policial (bautícese como se bautice la operación ),
que se han estado aplicando en los últimos tiempos y que no sólo han
incluido a los que se dedican al tráfico de drogas, sino también , y es
penoso reconocerlo, a los consumidores de éstas
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=6717
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