Posted on Sun, Apr. 02, 2006
CRONICA DE DOMINGO
De Humala en peor
RAUL RIVERO
M adrid -- La ronda de países de América que se apresuran a poner por
estas fechas regímenes de diversas tonalidades de la izquierda o
claramente populistas y demagogos, van dejando a la dictadura cubana,
allá en el medio del mar Caribe, enfrascada en sus trámites de muerte,
como una pústula que irradia al mismo tiempo una luz mortecina y ondas
fúnebres.
Ninguno de los nuevos césares del continente se atreve a decirle
dictador al dictador, ni dictadura a la dictadura y todos se deshacen
--en público-- en elogios para la escuadra de sirvientes que Fidel
Castro conduce en su mar de bobería verbal hacia el olvido y la derrota.
Ellos, que están llegando (o saben que llegarán muy pronto) a la
deliciosa aventura del poder, conocen que en Cuba esa aventura de medio
siglo ha entrado en su estadía terminal y su derrumbe --y, sobre todo,
los resplandores del porvenir-- pueden ser muy peligrosos para sus
proyectos inventados sobre la marcha donde el elemento primordial ha
sido la sorpresa. En algunos casos, la de los mismos flamantes mandatarios.
Desde luego que no se puede ver ese fenómeno como un movimiento
uniforme. No se puede ver tampoco como una fila de devotos que sigue a
alguien que ha conseguido sojuzgar a una nación por casi cincuenta años.
Cada acólito tiene su corazoncito y su manual privado que trata de
adaptar a la realidad de su país.
Creo que la mayoría dispone de un ceremonial especial de ave de rapiña
para sobrevolar y luego dejarse caer sobre los despojos de aquella isla
y del discurso muerto de Fidel Castro para alimentar y calmar la sed de
la izquierda de Armani de sus países y para hacer llorar de emoción al
perfecto idiota latinoamericano.
Otros, parece que todos, resuelven una brigada médica, una asesoría de
viejos deportistas desharrapados, un grupo especial de policías, algunos
especialistas en piropos que envía el Ministerio de Cultura y otros
expertos en fracasos sociales de todos los dominios, pero que dominan
muy bien el arte de los plazos y las fugas.
Lo dramático de este panorama es que cada uno de los ya instalados
(Chávez, Lula da Silva, Tabaré Vázquez, Kirchner, Evo Morales) y los que
están anunciados para la matinée (Humala, Ortega otra vez, López
Obrador) en sus búsquedas de carroña en Cuba, contribuyen de una manera
muy importante a mantener secuestrado al pueblo cubano.
Es verdad lo que dijo, con mirada bovina en Caracas, Carlos Lage: Chávez
es también presidente de Cuba. Todos estos rufianes con piel de cordero
lo son de alguna manera. Todos son, cada uno en grado diferente, sostén
de un engendro que necesitan y que ahora también les causa miedo o
rechazo o les indica que tienen que andar con precaución.
Claro, el más presidente es Chávez, que ha convertido a su país en una
especie de Unión Soviética particular para Fidel Castro y le ha abierto
una llave de petróleo para que siga la batalla de ideas y se extienda la
esclavitud y el sufrimiento de los cubanos.
Vamos a tomar una foto en familia del momento. Cuba con todos esos
presidentes y pobre, sin libertad, con el ruinoso paisaje de la
república como fondo de la instantánea. Mírenla bien.
En el mismo tiempo que se necesita para pasar esta página se puede
arrasar también con el retrato.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/14242766.htm
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