Posted on Mon, Apr. 03, 2006
Artistas rinden un homenaje humorístico al refrigerador
CARLOS BATISTA / AFP
LA HABANA
El refrigerador, electrodoméstico vital en Cuba, es centro de un
homenaje que rinden 54 artistas locales al ''frío'' en un ambiente de
nostalgia, pero con mucho ingenio, fino humor y belleza plástica, en una
exposición en el corazón de La Habana Vieja.
Se trata de Manual de Instrucciones, una muestra inaugurada el sábado en
el antiguo Convento de Santa Clara, dentro de la programación de la IX
Bienal, que se desarrolla en la capital cubana.
Durante un año, renombradas figuras como Alexis Leyva (Kcho), Zaida del
Río, Flora Fong, Roberto Fabelo, Nelson Domínguez, y otros más jóvenes
como el también actor Jorge Perugorría, trabajaron sobre aparatos de las
décadas de los 40 y 50, de fabricación estadounidense, pasados a
jubilación por la política de ahorro energético del gobierno cubano.
''Frente a lo ya proclamado infuncional, la mirada del artista, el sesgo
que simboliza para los próximos días: la posible eternidad'', dijeron
los curadores de la exposición.
Precisamente Perugorría trabajó sobre Rocco, el aparato con que
dialogara su personaje en el filme Fresa y Chocolate, al que tendió como
un ataúd, colocó la máquina bajo un cristal en la puerta del congelador,
a manera de rostro del cadáver, y lo vistió con un sudario y flores.
Para los cubanos, acostumbrados a desafiar las vicisitudes y la escasez
cotidianas, el refrigerador no es sólo el aparato que permite enfriar el
agua con la cual combatir los fuertes calores; es el colega, el cómplice
que preserva los alimentos ''resueltos'' de alguna manera para asegurar
el mañana.
''Aquí (en Cuba) significa más el refrigerador, aquí nos define, nos
delata como individuos, como seres que somos: con virtudes y defectos.
El refrigerador es la frontera que nos distingue'', dicen con humor los
curadores.
Un viejo aparato General Electric fue vestido con tela verde y, sobre lo
que fuera su ''pecho'', penden tres medallas. Es el ''General
Eléctrico'' de Alejandro y Esteban Leyva.
Pintado con escenas y mapas de la Guerra Fría por tres de sus lados,
otro aparato proclama: ``Se acabó la Guerra Fría, a gozar con la
globalización''.
La preocupación de las amas de casa porque los otros miembros de la
familia dispongan de algún alimento guardado en el aparato y programado
para la comida de los próximos días, llevó en algunos casos a colocar un
candado en su puerta.
Esa idea llevó a Eulises Niebla a convertir su refrigerador en un gran
candado, con llave y todo, bajo el título High Security (alta seguridad).
La escasez y la búsqueda a veces de algún alimento olvidado para saciar
un hambre repentina inspiraron a Liang Domínguez, que pintó ojos por
todos los lados del aparato y colocó paja en su interior, en su obra Una
mirada al vacío.
Esa misma motivación tuvo Angel Ramírez para convertir su aparato en un
confesionario bajo el título Háblame María, mientras Ulises Bretaña hizo
del suyo un cuadro con un cerdo crucificado a la manera de Cristo,
rodeado con bombillas navideñas, bajo el título de Merry Christmas
(Feliz Navidad).
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/14248340.htm
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