Monday, May 02, 2016

“Cazar jabalí” en La Habana, entre drogas y reguetón

"Cazar jabalí" en La Habana, entre drogas y reguetón
Tras cinco décadas de autoritarismo, la capital cubana comienza a
mostrar el temido lado oscuro del anunciado "cambio"
EL LADO OSCURO DEL CAMBIO | 02 de Mayo de 2016
LA HABANA.-IVÁN GARCÍA
Especial

En una pantalla plana de 60 pulgadas de un bar privado, al oeste de La
Habana, Pancho Céspedes canta La vida loca. Cerca, dos decenas de
parroquianos toman cerveza en un ambiente refrigerado y a media luz.

Sentados en una mesa de patas altas, cuatro amigos beben despreocupados
y otean el panorama en busca de jineteras para pasar la noche, mientras
pican croquetas de picadillo de pavo y camarones rebozados. Uno de ellos
hace una seña al dependiente y le dice: "Pon'me otras cuatro 'Obama'
(así le llaman en Cuba a la cerveza dominicana Presidente). Bien frías
por favor", dice un tipo que ronda los 40 años y luce abundante gel en
el cabello.

Pasadas las once de la noche, comienza el desfile. Chicas muy jóvenes
con shorts a media nalga se sientan en un extremo de una barra de caoba,
recién barnizada.

Al parecer son clientas de confianza del bar. Saludan a los meseros con
jovialidad y les dan a guardar sus bolsos de marcas piratas. Quince
minutos después, varios parroquianos las invitan a tomar cerveza o beber
caipirinha, que en La Habana se sirve sustituyendo la cachaça brasileña
por aguardiente Santero.

Ernesto, el dueño, cuenta que "en todos los bares privados de la capital
es así, vienen clientes con pasta (dinero) a buscar prostitutas. A eso
le dicen 'cazar jabalí'. Aquellos dos (señala para una mesa apartada)
trabajan en el aeropuerto, lugar que siempre ha sido una mina de oro
para buscar dinero por la izquierda. Estos cuatro (indica hacia el grupo
de amigos que beben en una mesa del centro), tienen negocios
particulares y a veces se gastan hasta doscientos chavitos", la moneda
fuerte convertible cuc.

Los precios son excesivamente caros. La cerveza más barata cuesta dos
pesos convertibles, el salario de dos días de un obrero calificado, y un
plato para picar, entre tragos, no baja de cinco cuc.

Pero el lugar se llena. "Las putas arrastran gente. Pero todo hay que
manejarlo con discreción. Tengo un socio que tiene un bar que el mal
ambiente de jineteras y chulos le ha traído problemas. El año pasado en
una bronca mataron a un cliente. Eso te marca con la 'lacra' (policía
especializada que combate las drogas y prostitución). Lo que sí no
permito es vender drogas en mi bar", acota el dueño.

Pero no hay que ir muy lejos para obtenerla. En la esquina del bar, dos
morenos musculosos, a todas luces adictos al gimnasio, sentados en la
entrada de una parroquia, venden marihuana, parkisonil y melca.

"Tengo yerba de los dos tipos 'puro', criolla que está muy buena, y la
yuma que está fresquita, hace cuatro días se cayó del barco", dicen
mientras tratan de venderle su mercancía a un hombre pasado de tragos,
abrazado a una jinetera rumbo a una habitación cercana de alquiler.

Los bares y discotecas de las noches habaneras han generado una
industria de sexo, drogas y hospedajes en sus inmediaciones. "Tienen
hasta tipos que cuidan autos y motos y personas que venden condones. A
todos los centros nocturnos siempre asiste una legión de jineteras,
proxenetas y expendedores de drogas; forma parte del paisaje", cuenta
Dagoberto, jefe de almacén de la discoteca El Túnel, en la barriada de
la Víbora.

Y acorde con los nuevos tiempos, también acuden travestis y gays que
venden sus cuerpos a menor precio que las jineteras. Ileana, prostituta
desde hace diez años, comenta que "los homosexuales nos hacen
competencia. Ellos cobran más barato, entre 40 y 70 pesos, una jinetera
de clase media cobra no menos de 500 pesos. Esa competencia genera
chivatazos con la Policía y broncas".

Según Yésica, lesbiana que se prostituye en La Habana Vieja, "lo que
está de moda son los cuadros. A los cubanos les gustan que las mujeres
sean jóvenes y no tengan pinta de machorras. El cuadro más barato se
paga a 20 pesos convertibles por participante. Hay tremenda cantidad de
'tuercas' (lesbianas) que se han metido a proxenetas, porque deja un
baro largo (bastante dinero)".

Luego de beber caja y media de cerveza, bailar y cantar el reguetón
Hasta que se seque el Malecón, que en Cuba se ha convertido en el himno
de la 'farándula' (ambiente nocturno), los cuatro amigos parten con ocho
chicas, quienes como pueden se apilan en un restaurado Ford de 1952.

"Ya compraron polvo y yerba. Vacilón toda la madrugada. Los socios míos
son tremendos locos", apunta Ernesto, dueño del bar.

Hoy la cacería fue recompensada. Tocó a dos 'jabalíes' por cabeza.

Source: "Cazar jabalí" en La Habana, entre drogas y reguetón :: Diario
las Americas :: Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/4847_cuba/3786168_cazar-jabali-en-la-habana-entre-drogas-y-regueton.html

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