Monday, November 03, 2014

La USAID buena y la USAID mala

La USAID buena y la USAID mala
YOANI SÁNCHEZ, 03/11/2014

Hace apenas unos meses vivíamos bajo una avalancha de propaganda oficial
cuyo blanco de ataques era la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID). Aquellas siglas pasaron a representar
al enemigo con que nos asustaban desde la pantalla de los televisores,
las tribunas y hasta las propias aulas. Sin embargo, para nuestra
sorpresa, esta semana se ha sabido que algunos médicos cubanos llegados
a Liberia laborarán en un hospital de campaña financiado por tan
"terrible organismo".

Aunque la prensa oficial ha evitado publicar las fotos que muestran a
nuestros compatriotas junto al membrete de la USAID, alguna que otra se
les ha escapado de la censura. Así que de pronto, el relato del
enfrentamiento se agrieta, la retórica del adversario hace aguas y queda
en evidencia todo el relativismo moral de quienes fabrican las cruzadas
ideológicas con que nos bombardean desde los medios masivos.

¿Alguien podría pedirle a Associated Press (AP) que vaya cuanto antes a
investigar ese contubernio "secreto" entre la Plaza de la Revolución y
una agencia que recibe directrices del Departamento de Estado? Estamos
deseosos de ver los ríos de tinta que esta extraña colaboración va a
provocar, los "destapes", los memorándums secretos y las confesiones a
rostro velado, que expliquen semejante colaboración.

Sin embargo, la respuesta que darán quienes rechazaron el apoyo de la
USAID a la sociedad civil cubana pero les parece muy bien que trabaje
codo a codo con las autoridades de la Isla, será que en cuestiones
humanitarias no hay colores políticos. Como si informarse y empoderarse
tecnológicamente no fuera también una cuestión de sobrevivencia en este
siglo veintiuno. La propia prensa oficial, por su parte, se aprestará a
exponer que cuando de salvar vidas se trata, los galenos cubanos están
dispuestos a dejar a un lado las diferencias. Pero ninguna de esas es la
verdadera explicación.

El meollo del asunto es que el gobierno de Raúl Castro está deseoso de
darle y recibir beligerancia de parte del gran vecino del Norte. Lo que
no tolera y nunca aceptará es otorgarle o permitir que se le reconozca
la beligerancia a su propia sociedad civil. Está ansioso de la foto de
familia con el Tío Sam, siempre y cuando nadie invite al sobrino
bastardo que es la población cubana.

El poder tiene esas atracciones hacia sí mismo, parecen querer decirnos
las imágenes de estos últimos días. Si un joven cubano recibe un mensaje
de texto que lo convoca a un concierto alternativo, debe tener cuidado
–según nos advierten los comentaristas oficiales en nuestra pantalla
chica– porque el imperialismo puede estar detrás de cada carácter. La
misma vara ética no la usan, no obstante, para medir a un profesional de
la salud que trabaja bajo la carpa, sobre las camillas y con las
jeringas financiadas por la USAID.

¿Cómo van a explicarles a esos niños que llevan meses siendo asustados
con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional,
que ahora su papa o su tío que se fue a Liberia trabaja en un hospital
construido con fondos de esa agencia?

Cuando Ronald Hernández Torres, uno de los médicos cubanos que viajaron
a Liberia, escribió en su página de Facebook que "esta unidad cuenta con
las mejores condiciones para el cuidado del paciente, y los mejores
profesionales de diferentes países que trabajan codo con codo", ¿sabía
acaso que todo eso está siendo costeado por el mismo organismo que es la
última bestia negra que ha encontrado el castrismo para asustarnos?

Como siempre suele ocurrir, los gritos de la histeria política terminan
por ahogar las voces que enarbolan argumentos. Aunque por regla general
termine imponiéndose la versión oficial, porque es la que más alto
insulta, eso no debe desanimarnos en buscar las razones y revelar las
contradicciones de su discurso.

Ya sé, que al final del año, cuando se pase balance informativo a los
titulares de nuestros periódicos nacionales, quedará la impresión que el
gobierno de La Habana y la USAID son enemigos irreconciliables. Mas es
mentira. La principal confrontación que sigue inamovible y sin ceder ni
un centímetro, es esa que brota desde el poder en Cuba y hacia su propio
pueblo.

Source: La USAID buena y la USAID mala -
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/USAID-buena-mala_7_1663703614.html

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