Deshielo de doble dirección entre Washington y La Habana
Cerca de 70.000 emprendedores cubanos reciben clases de economía de
mercado y administración de empresas
JUAN JESÚS AZNAREZ La Habana 28 MAR 2014 - 21:55 CET43
El partido comunista es hegemónico en Cuba hace 55 años, y nada sugiere
que no vaya a seguir siéndolo. El Estado todavía controla la economía,
pero algo sustantivo está ocurriendo en la isla como para que EE UU haya
atemperado su beligerancia contra el castrismo, la UE decidiera aparcar
la posición común de 1996, que condiciona las relaciones a la promoción
de la democracia y al respeto de los derechos humanos, y haya
desaparecido del malecón habanero la vieja consigna miliciana: "Señores
imperialistas, no les tenemos ningún miedo". Lo que está ocurriendo en
Cuba es que, por primera vez, y pese al inmovilismo político, convergen
liberalizaciones socioeconómicas y un pragmatismo impensables hace ocho
años.
"Se suceden las conversaciones secretas entre Cuba, Washington y los
europeos, y parece que todos han llegado a la conclusión de que Raúl
Castro va en serio", dice una fuente diplomática latinoamericana. "Hasta
ahora solo vemos reformas económicas, pero la apuesta es que su
trascendencia social lleve a medio plazo a la apertura política". La
progresiva descentralización y reducción del tamaño del Estado, el
surgimiento de 455.000 cuentapropistas, la compra venta de vehículos y
viviendas, y otros cambios estructurales no agotan la lista de las
reformas, algunas de complejo y errático desarrollo.
"Si nos damos cuenta de que una vez puestas en marcha hace falta
introducir correcciones, lo hacemos", dice en su despacho el economista
Hugo Pons, que participó en la preparación de apertura a la iniciativa
privada aprobada por el VI Congreso del Partido Comunista, en el año
2011. "Tenemos pendiente la eliminación de la doble moneda. La
unificación puede estar concluida en el 2016". Un total de 68.000
emprendedores reciben clases de administración y economía de mercado
bajo la asesoría de Pons.
Algo está ocurriendo dentro y fuera de en La Habana como para que Cuba
decidiera no acoger al analista de la CIA Edward Snowden, perseguido por
EE UU, que a su vez reaccionó discretamente cuando confiscó un barco
norcoreano cargado con armamento cubano. Tampoco el régimen saltó a la
yugular de Obama después de que el presidente norteamericano se
fotografiara con destacados miembros de la oposición cubana.
El deshielo es de doble dirección. La reforma migratoria y la
eliminación de la tarjeta blanca para salir del país, el acceso a la
telefonía móvil e Internet, aunque con limitaciones, la excarcelación en
el 2010 de 130 presos políticos, así como la autorización a viajar al
extranjero y volver a Cuba de los disidentes, son otros avances tenidos
en cuenta por EE UU y la UE para reanudar discretas conversaciones.
Los aeropuertos, mientras tanto, reciben a diario vuelos charter
procedentes de Miami, en un tráfico aéreo inusitado. Y quienes ahora
salgan de Cuba podrán permanecer dos años en el extranjero sin perder
sus bienes en la isla. Solo en el año 2012, más de 400.000 cubanos con
residencia en EE UU pudieron viajar a la isla, al igual que otros
cientos de miles domiciliados en Europa, Canadá y América Latina. Buena
parte de la inversión de los emprendedores que abren cafeterías,
restaurantes, talleres o peluquerías procede de sus familiares en el
extranjero.
Paralelamente, adinerados hombres de negocios y directivos
norteamericanos llegan a La Habana para reunirse con funcionarios y
sondear las posibilidades de invertir. Uno de ellos es Alfonso Fanjul,
miembro de una dinastía azucarera prerrevolucionaria, activista contra
el castrismo en Miami, que ha viajado a Cuba en dos ocasiones.
Empresarios extranjeros con muchos años de estancia aseguran en privado
que "los dirigentes del partido más reacios a la normalización con EE UU
han perdido influencia".
La Administración Obama relajó algunas de las restricciones y crece el
turismo norteamericano encubierto, camuflado en supuestos viajes
académicos, culturales o religiosos a La Habana. Por su parte, la
mayoría de los países latinoamericanos, de perfil socialdemócrata, no
objeta el régimen cubano, con el que mantiene fluidas relaciones
diplomáticas y comerciales, e ignora cualquier iniciativa dirigida al
aislamiento de Cuba. Piden el levantamiento del embargo impuesto por
Washington en los años sesenta, pero su eventual terminación no depende
del Ejecutivo norteamericano sino de un difícil acuerdo bipartidista en
el Congreso.
Source: Deshielo de doble dirección entre Washington y La Habana |
Internacional | EL PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/28/actualidad/1396039446_700461.html
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