Hostigamiento contra periodistas y diplomáticos extranjeros
Miércoles, Junio 27, 2012 | Por Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -El régimen cubano asume, al pie
de la letra, la máxima de Antolín El Pichón, el popular comediante,
quien nos hacía reír en un programa de la televisión con su frase: "El
que me haga sombra, se va". Tal máxima fue aplicada por el régimen hace
poco a la cadena de noticias Al Jazeera, que decidió cerrar su oficina
en La Habana, debido al constante acoso por parte del gobierno que
sufría su corresponsal, Moutaz Al Qaissia.
El caso expone una obvia tendencia de la dictadura a mantener la
censura. Las agencias de prensa que no acaten las reglas, deben trabajar
en perpetua zozobra. Algunas de estas reglas no están escritas pero sí
sobreentendidas, y acatarlas evita a los corresponsales la expulsión
del país, o el hostigamiento y represalias tales como amenazas anónimas,
insultos, descalificaciones y robos.
En varias oportunidades, debido a las presiones y el hostigamiento, los
corresponsales han optado por abandonar el país sin haber sido
oficialmente expulsados. De esta manera el gobierno se ha desembarazado
de periodistas incómodos, sin tener que pagar el costo político de
expulsarlos.
Entre las causas de la partida de este periodista jordano-palestino, que
cursó estudios de Telecomunicaciones en La Habana, entre el 2000 y 2004,
aparecen las obstrucciones del gobierno para permitirle la importación
de un automóvil y la negativa a otorgarle una autorización para abrir
una cuenta bancaria.
Nada indica que la situación vaya a cambiar en el futuro cercano. Salvo
puntuales permisividades, los corresponsales de las agencias de prensa
acreditadas continuarán bajo la estricta supervisión de los
departamentos encargados de esas labores, tanto en el partido comunista
como en la contrainteligencia. Los límites de la tolerancia seguirán tan
borrosos como siempre.
Pero en el colimador del régimen no solo están los periodistas
extranjeros, los tentáculos llegan al cuerpo diplomático. Los
diplomáticos que se atreven a saltar las barreras impuestas por el
poder, también se arriesgan a ser blanco de operaciones sucias, que
vulneran la Convención de Viena, pero que no dejan de aplicarse.
Cualquier muestra de acercamiento a opositores o disidentes por parte de
un diplomático, se paga caro. Que un diplomático observe un acto de
repudio contra un opositor, aunque no se involucre en lo más mínimo,
basta para que el gobierno le aplique los correctivos, sin medias
tintas. Abucheos "del pueblo enardecido" en plena calle, campañas
difamatorias en la prensa oficial, neumáticos pinchados, cortes del
servicio de electricidad y de agua en sus domicilios, son parte de los
efectos que las represalias communes que los diplomáticos "conflictivos"
deben soportar.
En última instancia, el reportero de Al Jazeera podría considerarse un
privilegiado, porque con un pasaje de avión se libró de su calvario. A
los periodistas independientes el gobierno nos reserva destinos menos
gratos que frecuentemente incluyen vacaciones en la cárcel.
oliverajorge75@yahoo.com
http://www.cubanet.org/articulos/hostigamiento-contra-periodistas-y-diplomaticos-extranjeros/
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