24-09-2010.
Juan Mario Rodríguez
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- La despedida del verano 2010 para Miguel
Sánchez Camejo no pudo ser más aciaga. El excesivo uso de la fuerza por
parte de un agente de la Policía Nacional Revolucionaria, PNR, le
ocasionó una herida que pudo ser mortal, en opinión de la doctora que le
brindó los primeros auxilios en el policlínico de Guanabo, ubicado en el
municipio capitalino Habana del Este, lesión que finalmente necesitó
sutura de unos veinte puntos
Según Sánchez, el domingo 22 de agosto de 2010, en horas de la tarde, se
encontraba sentado a unos cincuenta metros de la orilla de la playa
cercana al hotel Marazul, cuidando a unos infantes que jugaban en la
arena. De repente dos bandos de jóvenes se liaron a golpes y pedradas.
En principio el tomó a los niños y huyó de la escena, pero se percató de
que a uno de sus amigos acompañantes le habían propinado una pedrada y
continuaba siendo agredido por varios desconocidos.
Sánchez dice que mientras auxiliaba a su amigo sintió un fuerte golpe en
la cabeza, dado por alguien que estaba a su espalda. Cayó sangrando al
suelo y la persona, a la que no podía identificar, anonadado como
estaba, lo tomó por el cuello y lo levantó bruscamente conduciéndolo
hacia un camión jaula de la policía. Al rato fue trasladado hacia el
citado policlínico y posteriormente hacia el hospital Calixto García.
En el policlínico de Guanabo la doctora expidió un certificado que,
explicaron Sánchez y su esposa Marianelis Vera Montesino, la policía
desestimó para validar el expedido -a petición- por un médico residente
latinoamericano que realizó la sutura y el protocolo en el Calixto
García. Posteriormente fue conducido hacia la unidad de instrucción
penal de Alamar, ubicada en el reparto homónimo, donde permaneció
detenido por cuatro días.
Según los esposos, un primer oficial de la unidad de la PNR de Guanabo
expresó visiblemente molesto su desacuerdo por la gestión hecha por los
agentes que utilizaron un auto de la policía y combustible para
trasladarse arbitrariamente de un municipio a otro.
A Miguel Sánchez Camejo lo están procesando acusado de atentado, según
opinó, como represalia por intentar acusar al policía por la severa
lesión que este le infligió con la macana. Según la víctima, el agente
dijo en principio que fue lastimado en una pierna pero en el acta
oficial consta que recibió un golpe en un labio.
La declaración obtenida por este reportero de los testigos Reinaldo
Morales Hernández, Adonis Jauma Pedroso, el chofer Enrique Rodríguez
González y la joven embarazada Dianelis Figueroa Moya es coincidente.
Ellos dijeron que alertaron al policía de que Sánchez no estaba
involucrado en la riña tumultuaria y que fueron amenazados con ser
golpeados también.
Una vez aplacada la riña el resto de los acompañantes de Sánchez
abordaron el camión en el que regresarían a sus casas. Apenas el
vehículo anduvo unos metros, declaró el chofer, un enjambre de policías
los interceptó, se subieron al camión y bajaron a todos los pasajeros
golpeándolos. A Dianelis cinco mujeres policías la golpearon porque
manifestó que estaban cometiendo un abuso. A un rastafari lo esposaron y
más de diez policías se ensañaron, cacheteándolo y tirando de su cabello
con la aprobación de un alto oficial vestido de civil, dijo Jauma.
Ningún medio informativo de la isla divulgó los hechos. Los testigos
afirmaron que a un joven que prefiere el anonimato un policía lo golpeó
con la cámara fotográfica con que filmó lo ocurrido, que le rompieron el
equipo y destruyeron la tarjeta de memoria. La PNR no ofrece información
a la prensa sobre los casos que atiende.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29982
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