31-07-2010.
Juan Carlos Linare Balmaseda
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- De cuatro hijos alumbrados por Mercedes
Rico Pérez, uno muere siendo bebé todavía. Un segundo de nombre Yosvani,
con 20 años de edad en noviembre de 1999, muere quemado por un equívoco
de venganza, estando de visita en casa de un conocido, tocan.
Yosvani abre la puerta y desde afuera una mujer, sin fijarse a quien, le
lanza una mezcla de combustibles en llamas. Un tercer hijo es Alexander
Fernández Rico, habanero de 35 años, confinado en la prisión Kilo 7 ½ en
la provincia de Camagüey.
Mercedes tiene 55 años, es ama de casa, cuida y atiende a un hermano
esquizofrénico tres años mayor que ella y saca dinero de donde no hay
para ir a visitar a su hijo a Camaguey, donde éste extingue una
sentencia de cinco años por delito de Lesiones más otra sentencia de un
año por Atentado a un carcelero entando preso.
Alexander ha denunciando periódicas violaciones del código cubano para
prisioneros y del convenio internacional para el trato de presos.
En carta dirigida a este corresponsal, él relata: "El pasado 14 de mayo
me entrevistó un tal capitán Stayles en la oficina del Jefe de
Reeducación, dijo que representaba Atención a la Ciudadanía, traía
consigo la carta que yo escribí y había sido entregada por mi madre en
Ciudad de la Habana, en el Consejo de Estado, directamente dirigida al
Presidente Raúl Castro Rúz…me dice (Stayles) que en La Habana la
situación es peor, que allá (en La Habana) todos saben que aquí en
Camagüey no hay bastidores para los colchones, aunque la alimentación es
igual de mala que en La Habana, todo eso lo sabe hasta la jefatura
nacional pero siguen trasladando reclusos de La Habana hacia Camaguey"
Alexander: "Aquí corren los comentarios que militares de esta prisión
quieren dejar el Ministerio del Interior, muchos de ellos son los que
desahogan sus frustraciones con los reos, aplicándoles golpizas".
Desde su arribo a Kilo 7 ½, el 10 de septiembre de 2009, viene
observando: "…es tanta el hambre aquí, que hay que ver como los reos se
pasan el día hablando de comida, llenando sus barrigas con sueños, a
veces pienso que es mejor morir pacíficamente en una huelga de hambre
que soportar los abusos de la uniformada".
A Raúl Castro le recuerda las palabras de su hermano Fidel: "Machado
antes, Batista después, las tiranías mismas a través del tiempo iguales
son sus destinos, iguales sus tratos, iguales sus intereses, iguales en
su encierro más destierro, un doble castigo".
Esto fue escrito por Fidel Castro en el libro Prisión Fecunda con motivo
de sentirse un desterrado en la prisión de Isla de Pino, después de
asaltar el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba.
Por su parte Mercedes fundamenta que es mayor castigo para ella: "soy la
única que va a verlo. Tengo que viajar casi 600 kilómetros. Todo un día
de viaje y un transporte tan malo. No dispongo de dinero, tengo que
dormir en las terminales y hasta afuera de la cárcel esperando que
amanezca. Luego de dos horas de visita de régimen el mismo tormento del
regreso", y concluye: "a esta prisión le dicen 'se me perdió la llave',
pero lo que quieren es que a gente como yo se le pierda el camino".
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29145
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