Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Los avances democráticos
argumentados por el Ministro de Relaciones Exteriores de España para
justificar su viaje a Guinea Ecuatorial con una corte de empresarios,
que algunos mal pensados atribuyen a incentivos de los petrodólares
guineanos, aclaran los motivos de su compadreo con el gobierno de Cuba.
Al mirar las fotos en que aparece amelcochado con su homólogo cubano,
Felipe Pérez Roque, mientras negaba la existencia de presos políticos y
de conciencia en la Isla, y prometía y prometía, sin que, a cambio, los
empresarios españoles hayan logrado apreciables avances y ahora la
tengan muy difícil para cobrar sus decrecientes ganancias, Moratinos
debe comprender que se equivocó al apostar por los supuestos
herederos, hoy defenestrados.
Aquí mandan los mismos, con iguales métodos, y sin cambiar realmente
nada; sin agradecimientos de ningún tipo, pues una vez alcanzados sus
objetivos, tensan las relaciones para continuar el chantaje.
Por suerte, de España también nos llegó el Padre Las Casas para defender
al pueblo indefenso en la época colonial, y ahora España tiene una
democracia que propicia elecciones cada cuatro años; privilegio que no
poseemos los secuestrados en su última colonia en América que algunos
nostálgicos ibéricos pretenden recuperar, incluso a riesgo de
reencarnar a Valeriano Weyler.
Desde las primeras declaraciones del Canciller Moratinos, en 2004, sobre
el vuelco que daría a las relaciones de España y la Unión Europea con el
gobierno de Cuba, entendí que nuestros prisioneros de conciencia y los
defensores de los derechos humanos y luchadores por la democracia en
Cuba, éramos como unos incómodos "zapatos del cielo", apretados y
magullados, de esos que hacen ver las estrellas al molesto mortal, que
se apresura a tirarlos tan rápido como le sea posible.
Pronto desembarcó en la Habana el Embajador Zaldívar, anunciando que el
año siguiente tendría a los representantes del gobierno en la recepción
de la fiesta nacional de España y, por consiguiente, echando de la
residencia a quienes tenía como invitados, porque España no había podido
aún eliminar los acuerdos de la Unión Europea de junio de 2003,
resultado de la Primavera Negra.
Recién llegado Zaldivar, coincidimos en una embajada europea donde le
dije, en privado, que me molestaba visitar una casa donde no era
bienvenida pero, como se trataba de una de las medidas de la UE,
asistiría, y que no creía que debían levantarse las medidas hasta que
las autoridades cubanas modificaran las causas que las habían originado.
Aquel 12 de octubre soportamos estoicamente las palabras insultantes de
Su Excelencia y la mayoría permanecimos defendiendo nuestros derechos y
para dar oportunidad a la rectificación, foto incluida en primera página
de diarios y la televisión españoles.
Por entonces, la presión internacional desde todos los ámbitos era
intensa ante los arrestos arbitrarios, las condenas injustas de hasta 28
años de cárcel y el deterioro de la salud de muchos de los 75,
fundamentalmente de quienes habían ingresado a prisión con serias
enfermedades y edad avanzada.
Los interrogatorios en el cuartel general habanero de la policía
política, Villa Maristas, y también en las provincias, así como las
crueles condiciones en las cárceles, distantes cientos de kilómetros de
los hogares, combinaban la tortura psicológica con la física, sin dejar
huellas visibles. El totalitarismo no quería complicaciones con algún
muerto en prisión. Pero sobre todo, necesitaba modificar la imagen para
consumo exterior.
Desde mediados de 2004, el gobierno otorgó licencias extrapenales, con
la amenaza de retorno a presidio en cualquier momento, a algunos presos,
entre ellos Miguel Valdés Guevara, quien falleció en un hospital de La
Habana el 10 de enero de 2007. El goteo de las licencias concluyó con un
total de 20 y 11 de los presos que las recibieron viajaron al exterior -
4 hacia España en condición de exilados. Uno fue excarcelado porque
cumplió su condena de 6 años. Hoy, 54 permanecen hacinados con
peligrosos presos comunes, mientras se multiplican sus enfermedades, sin
la asistencia médica adecuada.
Pero Don Moratinos asegura que el gobierno cubano ha cambiado desde
2004, gracias a su diálogo constructivo, lo cual sería muy positivo si
en realidad el "diálogo" no fuera un monólogo, con una contraparte que
escucha y promete respuestas que parece serán dadas para las calendas
griegas. Dice el Canciller que la cantidad de presos políticos ha
disminuido. ¿Ingenuo? La sagaz dictadura mantiene el acoso y las
amenazas y aplica condenas por presunción de peligrosidad predelictiva,
para convertir a los contestatarios en reos comunes.
No obstante, Moratinos, junto con la diplomacia española, logró eliminar
las medidas de la UE de 2003 y ha prometido hacer lo mismo con la
posición común de 1996, en ocasión del próximo análisis de la misma, que
tendrá lugar en junio de 2010, aunque La Habana mantiene casi congeladas
las relaciones bilaterales con los 27, y las maneja selectivamente.
¡Sobre "principios muy sólidos" llegará el gobierno de España a presidir
la Unión Europea en enero! En contubernio con las dictaduras de Guinea
Ecuatorial y Cuba. Con el olvido de su antigua colonia en Sahara
Occidental, donde también se habla castellano y donde los españoles que
han visitado sus campos de refugiados se sienten conmovidos y
avergonzados.
¡Ay, España querida, cuánto nos dueles!
Cuba: "Ejemplar" política exterior española (28 July 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/julio09/28_C_4.html
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