Crecen en Holguín el desabastecimiento y la represión policial
Se han celebrado centenares de juicios sumarísimos contra ciudadanos
sorprendidos con yogurt, tejas de zinc, paquetes de café o jabones caseros.
Redacción CE , Madrid | 12/10/2008
Una nueva ola represiva ha sido puesta en práctica por los Ministerios
del Interior y de Justicia en la provincia de Holguín, luego de que las
autoridades políticas ordenaran "aplastar a los especuladores y
negociantes", según dio a conocer la prensa local.
El Tribunal Provincial Popular de Holguín ha realizado juicios
sumarísimos a personas que fueron sorprendidas con productos de primera
necesidad, que escasean en los negocios estatales, luego del paso
arrasador de Ike.
En todos los casos se han aplicado sanciones que van desde los ocho
meses hasta un año y medio de privación de libertad, o trabajo
correccional sin internamiento, lo cual es considerado "un uso excesivo
del poder judicial".
Sin dejar espacio para las apelaciones, los sentenciados deben
incorporarse inmediatamente a labores agrícolas o de saneamiento,
informaron fuentes cercanas a varios afectados.
Ciudadanos sorprendidos con bolsas de yogurt, tejas de zinc, paquetes de
café o jabones de fabricación casera han recibido "todo el peso de la
ley", según el semanario oficialista ¡Ahora!
En medio de la escasez generalizada, la población se siente fuertemente
amenazada ante las medidas represivas del gobierno, con respecto a la
distribución de alimentos y otros productos de primera necesidad.
"A veces puedo vender algunos productos sobrantes para ayudar, pero
prefiero botarlos antes de ir preso", declaró un dependiente de
carnicería, quien pidió no fuera revelada su identidad.
Los mercados permanecen prácticamente vacíos, así como las tiendas
recaudadoras de divisas. La policía ha respondido con el registro a
cuanta persona se encuentre en la calle con algún bulto.
"Lo cachean a uno en plena calle, sin importarles si eres una persona
decente, un obrero que solo busca comida para sus hijos", subrayó una
mujer que retornaba del mercado del reparto Sanfield con la jaba semivacía.
El gobierno expende muchos de los productos de primera necesidad en
pesos convertibles, aunque las oficinas de cambio de moneda (CADECA) no
superan las veinte en toda la provincia, de un millón de habitantes.
Las patrullas policiales constantemente están al asecho de los
vendedores de divisas o de otros productos, así como de las personas que
viajan desde otras poblaciones con alimentos que escasean en las ciudades.
"Mi madre vive aquí y no tiene ni leche que tomar, yo me arriesgo a
traerle dos veces por semana unos litros desde Santa Lucía, donde vivo;
espero que no me metan preso por eso", comentó un joven que recién
llegaba a la Terminal Las Baleares.
Desde que el gobierno adoptó la medida de controlar los precios de las
mercancías en los mercados agropecuarios, estos permanecen prácticamente
vacíos y los precios de los productos han aumentado en más de un 40%.
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