2007-12-20.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
El acuerdo común de la totalidad de los diferentes movimientos y
partidos de la llamada oposición cubana, es alcanzar un espacio legal en
la vida civil de la isla, con o sin presencia del Partido Comunista que
nos (des)gobierna. En este punto no exite una nota discordante. Pero de
ahí en adelante es cuando comienzan a surgir las contradicciones no
enmarcadas precisamente por sus métodos de lucha para obtener el ansiado
espacio político y social que el régimen le niega.
Este punto divergente radica en que cada organización pretende, lucha y
a veces ignora a las otras u otra, cuando no la demerita (aunque nos
duela reconocerlo). De antemano adivino, que muchos al leer este
comentario, desearán llevarme a la pira, lo que no me inquieta. Escribo
en medio de la totalidad de la libertad que debe prevalecer en la prensa
independiente cubana. Además, este punto de vista es basado por toda una
serie de análisis realizados que me llevaron a esta triste conclusión.
La tal unidad en la oposición cubana no se logra. Cada cual, (y su
organización, por supuesto), se cree que es la única veraz, tangible,
fuerte y agrupadora. Y con cierta actitud mira con aire de menosprecio
al resto, que para más desgracia, sus delegados nacionales viven en el
intrerior del país y se acentúa más.
Por lo tanto, el nivel de las diferencias se hace mayor y enreda todavía
más la madeja de las aspiraciones. Verdad que existen grupos opositores
de más fuerza y empuje, tanto de matices moderados como contestatarios.
Pero todos, ¡todos!, son dignos de respeto, así sea un movimiento grande
o pequeño que ni se nombre ni se tiene en cuenta.
Sin embargo, en cualquier ciudad o pueblo de provincia los encontramos
atravesando situaciones adversas (acoso, detenciones, viven de lo que
pueden, y son constantes objetivos en la punta del colimador tanto de
las autoridades policiales como de la Seguridad del Estado).
Anoto esto porque es observado que la separación es notable cuando
"algunas de las figuras relevantes de la oposición" asentadas en La
Habana, mantienen un nivel de vida más que notable, muy lejos de un
porciento mayor del interior, que recurren, porque no les queda más
remedio, a la botella (autoestop), o al siniestro camello(transporte
colectivo compuesto por un camión rastra y un vagón de 20 metros de
largo que en su interior contiene asientos), para asistir a una reunión,
con los consabidos riesgos de ser detenidos en una parada de ómnibus.
Estas objetivas diferencias lastran y golpean, producen resquemores y un
cierto desengaño en vez de admiración hacia esos dirigentes opositores.
Es más, si me extendiera y las expusiera todas, los gritos se oirían en
el cielo, y hasta acusarme que le estoy haciendo un servicio gratuito al
régimen.
Para concluir pienso que mientras las separaciones y el no
reconocimiento del otro opositor, tan opositor como el que más, la
oposición cubana no avanzará como se observó hasta la fatídica Primavera
Negra del 2003 que con el golpe recibido, continuó su camino aunque
tambaleándose. Experiencia amarga de por sí para sacar y llegar a la
conclusión: o avanzamos juntos pese a cualquier diferencia, o nos
hundimos todos y pasan a la historia en el capítulo de la frustración.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13131
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