2007-04-27.
Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente
La Habana, 27 de Abril de 2007. Un mensaje al pueblo cubano y a los
pueblos del mundo, titulado Unidad por la Libertad salió a la luz el 15
de Abril pasado. El documento, suscrito por cubanos que individualmente
o formando parte de asociaciones pacíficas defienden y promueven los
derechos humanos, la reconciliación y la democracia, proclama la
necesidad de la unidad por la libertad sobre las diferencias ideológicas
y de táctica para llegar al ansiado objetivo de una Cuba "con todos y
para el bien de todos".
La llamada a todos los cubanos a unirse en un frente común, en un clima
de reconciliación, marca un paso decisivo hacia un futuro próspero y sin
exclusiones para la nación. En modo alguno se trata de sustituir los
distintos proyectos existentes, sino de encontrar puntos en común de
todos quienes pensamos que la pluralidad y el respeto entre los
ciudadanos es la mejor solución a los odios que por tantos años han sido
promovidos en Cuba.
El mensaje está en línea con los anhelos del pueblo cubano, asfixiado
por la prolongada permanencia de un régimen que prometió el paraíso y ha
convertido Cuba en un infierno, a través de la implantación por el
terror y la mentira de una nauseabunda enfermedad moral que ha tenido
como consecuencia una interminable crisis abarcadora de todos los
aspectos de la sociedad, con daños significativos al espíritu de la
nación y la autoestima de los cubanos.
Con mucha fuerza se subraya el propósito de la oposición y la disidencia
de que la solución al presente drama nacional sea encontrada por los
propios cubanos sin intervenciones extranjeras, a fin de lograr una
nación independiente y absolutamente soberana. El régimen, ya sin
argumentos válidos ni ideología que defender, trata de demostrar una
falsa adhesión al nacionalismo, mostrándose como guardián de la
independencia y la soberanía nacional.
Sin embargo, los testarudos hechos demuestran que lejos de ser un
gobierno defensor de los intereses nacionales desde hace tiempo se ha
convertido en un valladar a la autodeterminación e identidad del pueblo
cubano. Ayer convirtiéndose en un apéndice económico de la Unión
Soviética y hoy de Venezuela, ha puesto en riesgo la soberanía del país.
El patriotismo y la virtud ciudadana son muy difíciles de promover en un
entorno de precariedad continuada por casi 50 años, sazonado con
perennes mentiras e hipocresía.
Tantos años de crisis, miseria e infortunio han desatado un proceso de
creciente corrupción, y ha obligado a importantes sectores ciudadanos a
la práctica de posiciones hipócritas y doble moral para sobrevivir en la
jungla en que se ha convertido Cuba.
En adición, el país se ha fraccionado y el número de personas viviendo
en el extranjero podría estar cercano a un 18.0% de la población, con
guarismos más elevados de quienes aunque viven todavía en la Isla, sólo
añoran huir del "paraíso" de la forma que sea, para buscar en
territorios extraños la vida digna negada en suelo patrio.
A este triste escenario absolutamente antinacional ha conducido el
totalitarismo a pesar de su discurso pseudopatriótico y falsamente
revolucionario. Hoy, los verdaderos patriotas y revolucionarios son los
perseguidos con saña en campos y ciudades. Ellos son los defensores de
la independencia y la soberanía nacional con la aspiración de una Cuba
democrática, con justicia social y respeto de los derechos humanos;
donde se le entregue la tierra a los campesinos y existan reales
sindicatos obreros; donde deje de discriminarse a los nacionales y
florezcan las virtudes, único terreno en que puede afincarse firmemente
el patriotismo.
El mensaje Unidad por la Libertad prioriza la demanda de liberación
inmediata e incondicional de todos los encarcelados injustamente por
defender, promover o ejercer pacíficamente los derechos humanos
universalmente reconocidos. Al mismo tiempo que afirma que sólo a los
cubanos corresponde lograr los cambios en la sociedad y definir
democráticamente el futuro de Cuba, recaba el apoyo moral y la
solidaridad de los pueblos y gobiernos del mundo, sobre la base de los
principios de derechos humanos aceptados abrumadoramente en la
Organización de las Naciones Unidas.
Los cubanos, como afirma el documento, tenemos derechos a todos los
derechos como todos los seres humanos.
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