Entran en vigor nuevas medidas laborales
LA HABANA
ANDREA RODRIGUEZ / AP
Altos dirigentes cubanos analizaron el alcance de un par de normativas
para ajustar la disciplina laboral y elevar la productividad en la isla
golpeada por años de crisis, permisividad y bajos estímulos materiales.
El vicepresidente Carlos Lage encabezó una reunión el jueves y viernes
con los líderes de los consejos de administración provinciales
(gobernadores) para evaluar la puesta en marcha de las resoluciones 187
y 188, indicó ayer el periódico oficial Granma.
La entrada en vigor de las nuevas disposiciones quedó para el 1ro. de
abril, según se dio a conocer hace algunas semanas.
Bajo las reglas, los empleados deberán cumplir con los horarios,
permanecer en sus puestos y proteger la infraestructura. Se les
prohibirá aceptar retribuciones personales a cambio de información o
solución de algún asunto.
Además, deberán avisar sobre sustracciones o desvíos y su incumplimiento
les acarreará severas medidas. Paralelamente, se ampliarán los horarios
de las oficinas de atención al público para permitir realizar trámites
sin faltar a los puestos de trabajo.
Durante la reunión también estuvo presente el líder de la Asamblea del
Poder Popular (parlamento), Ricardo Alarcón y algunos ministros.
Alfredo Morales, titular de Trabajo y Seguridad Social, indicó que de
los 6,583 centros donde se implementarán las resoluciones, 6,052 ya
tienen un nuevo reglamento, mientras que 5,974 cuentan con los horarios
ampliados.
Ahora se realiza el proceso de asambleas con los empleados para
analizarlas y poner a todos en conocimiento de la situación.
Se trata del ''orden y la disciplina laboral, dirigido a lograr un mayor
aprovechamiento de la jornada laboral y de incrementar la productividad
en cada entidad'', comentó Morales en la versión de Granma.
El rotativo, órgano de difusión del Partido Comunista de Cuba, reconoció
sin embargo los problemas que subsisten como las dificultades del
transporte, la provisión de almuerzo a los empleados y los propios
horarios de las guarderías para las madres.
Cuando se dio a conocer una de estas resoluciones, la 188 en octubre,
muchos cubanos se mostraron molestos por un incremento de las
exigencias, por ejemplo, en torno a la hora de llegar al trabajo, cuando
las condiciones de los buses obligan a algunos a esperar hasta dos horas
para subir a uno completamente atestado de personas.
Aunque en los últimos tiempos hubo un incremento de los salarios
básicos, los cubanos cobran unos $15 mensuales y algunos obtienen otros
$10 más por pertenecer a sectores que ingresan divisas.
Paralelamente, se debe sumar a estos ingresos el enorme conjunto de
subsidios y gratuidades del sistema como la educación, la salud y los
servicios y un buen porcentaje de remesas familiares.
Acusado de paternalista, el sistema cargó con los comentarios de sus
críticos por la falta de rigor laboral, la benevolencia y las
prestaciones a los trabajadores sin contrapartida en la eficiencia.
Más aún, tras la crisis de los años 90, la disciplina en los centros de
trabajo llegó a su mínimo y las autoridades reconocieron que la
productividad de sus empleados era muy pobre.
Lina Pedraza, una alta dirigente del Partido Comunista, también presente
en la reunión reconoció que miles de trabajadores ''cambiarán sus
hábitos de vida'' a partir de las nuevas resoluciones.
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