2007-3-26
Por Germán Diaz Guerra.
Responsable de relaciones internacionales y fotoreportero de Cuba Nuestra
La crisis diplomática que se ha desencadenado por la respuesta del
embajador cubano ante las Naciones Unidas Juan Antonio Fernández
Palacios, por las acusaciones del canciller sueco Carl Billdt por las
violaciones de los derechos humanos en Cuba, desencadenado un gran
debate y volcado la atención hacia la isla caribeña. En esta discusión
se distinguen 3 categorías, una es las acusaciones que se hacen ambos
países, dos, si el gobierno de Cuba debe presentar alguna disculpa o no
ante el gobierno sueco, y tres, quizá la más importante dentro de toda
esta discusión acalorada, es su raíz.
Hay una pista que nos puede conducir a la raíz de esta riña diplomática.
Está claro cual es la posición del gobierno sueco ante el régimen de La
Habana y que las acusaciones de Carl Bildt no tienen por que despertar
ninguna sorpresa. Ahora lo interesante es como los representantes de
Cuba aprovechan esta oportunidad para en cierto grado cerrarle el
contacto con el extranjero al principal dolor de cabeza, la disidencia
pacifica interna.
Carl Bildt expresaría en una entrevista hecha al periódico sueco
"Svenska Dagbladet" el 22 de marzo, cual podría ser el verdadero fondo
de la actitud del representante cubano. El canciller sueco cree que tal
actitud es causada por el interés del gobierno cubano de limitar los
contactos con las fuerzas que trabajan por los derechos civiles de los
cubanos. Que es posible que este problema se tenga que ver a través de
esta luz.
Lo que Carld Bildt expone es consecuente, y de ahí derivarse que el
gobierno cubano haya aprovechado las acusaciones para provocar un
conflicto con Suecia y así reactivar los escollos con la Unión Europea.
Esto sería favorable tanto para el gobierno cubano y para aquellos que
promulgan una política de aislamiento para Cuba. Los que se verían
afectados directamente en caso que triunfe esa política es lo
alternativo cubano.
Aunque no sucedió casualmente, otro ejemplo de como el gobierno cubano
se aprovecha de ciertos hechos para fustigar a los disidentes con
dureza, es el de la demostración paralela de los políticos italianos al
mismo tiempo que la peregrinación de las Damas de Blanco. Ocurrida esta
acción, ya después las siguientes peregrinaciones fueron fuertemente
atacadas por turbas gubernamentales.
El movimiento de las Damas de Blanco no es político en principio, ni
tiene objetivos políticos, sino que son madres y esposas de presos, que
exigen que se les devuelva a sus familiares. Más que político tiene un
fundamento humanista cristiano, esto ha sido más que todo fundamento que
le ha dado legitimidad y credibilidad en el mundo. Aunque lo que más le
interesaría al gobierno cubano en estos momentos es quitarles a las
Damas de Blanco la significación que ellas ostentan, e intencionalmente
darle una denotación política. La oportunidad se lo brindó el acto
protagonizado por los políticos italianos.
Según se reproduce en diario El Nuevo Herald, los italianos cuando
terminaron su misión en La Habana, viajaron directamente a Miami, para
allí dar un parte sobre lo sucedido. Las Damas de Blanco no sabían nada
y dieron una sorpresa a los asistentes de la misa. . Desplegaron una
pancarta que decía 'libertad y no violencia para Cuba', y no tuvieron
problemas con las autoridades, que los dejaron salir tranquilamente de
la isla rumbo a Panamá.
Este hecho se puede interpretar como la oportunidad que quería el
gobierno cubano para darle a las Damas de Blanco un carácter político. Y
así legitimar el asedio a los que se han visto envueltos las últimas
peregrinaciones.
Tanto lo sucedido en la crisis diplomática entre Suecia y Cuba y la
aparición sorpresiva de los políticos italianos en la peregrinación de
las Damas de Blanco, y aun los mismos siendo hechos distantes entre sí,
señalan a un mismo denominador común en los objetivos del gobierno
cubano, los movimientos alternativos dentro de Cuba.
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