LABORALES
La crisis de los trabajadores cubanos
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - La anarquía laboral en
Cuba crece. La baja productividad es promovida por el ausentismo, la
indisciplina laboral y el auge imparable de la corrupción, en un
escenario donde la desviación de los recursos aumenta sin cesar; todo
aquello susceptible de convertirse en dinero se sustrae y va a engrosar
el mercado negro.
En muchos lugares, cada vez más, los comercios abren sus puertas cuando
les conviene y las cierran cuando les place. Los trabajadores utilizan
su tiempo a discreción. La ilegalidad no tiene límites y abarca todos
los aspectos de la sociedad, incluso gana espacios en sectores que en
determinado momento fueron ejemplo, como la salud pública y la
educación. Todo en un clima de descontrol, precariedad, improvisación,
plantillas infladas y sobre todo de una casi absoluta ausencia de
motivación laboral.
Todas estas situaciones son reales y aumentan por día, en un marco donde
el Estado pretende que paga, y los trabajadores simulan laborar. Está
claro que una nación no puede permitir que esto continúe desarrollándose
a riesgo de producirse una fuerte conmoción social, pues este caos está
teniendo consecuencias desastrosas en el nivel de vida de la población.
Sin embargo, no se aprecia ningún paso efectivo por las autoridades para
detener este maligno proceso que consume la sociedad y produce enormes
daños en los valores morales de la ciudadanía. Lamentablemente, el
gobierno en lugar de ir a la fuente del problema, que no es otro que la
existencia de un sistema paralizante y bloqueador del desarrollo, se
encamina nuevamente hacia medidas represivas, con la intención de
tratar, otra vez, reparar por la fuerza lo que el mismo ha destruido.
Recientemente se ha emitido la resolución 188/2006 sobre los Reglamentos
Disciplinarios Internos por el ministerio del Trabajo y Seguridad Social
(MTSS), que servirá de base para la confección en cada entidad laboral
de un nuevo reglamento sustituto de la anterior legislación y que se
aplicará a partir del 2 de enero del 2007. Este documento deberá
contener, entre otros aspectos, las obligaciones y prohibiciones comunes
para todos los trabajadores, y las específicas en dependencia de la
actividad laboral de que se trate; también determinará las infracciones
que se consideren graves. Asimismo, las obligaciones y prohibiciones no
sólo se aplicarán a los trabajadores contratados por tiempo
indeterminado, sino a los que lo son por tiempo determinado y a
domicilio de carácter permanente, los adiestrados, dirigentes,
funcionarios y demás trabajadores designados.
El incumplimiento de determinadas obligaciones y prohibiciones, según la
resolución 188, se calificará como infracción grave de la disciplina y
merecerá la aplicación de severas medidas. Entre estas se incluyen las
ausencias e impuntualidades consideradas injustificadas; el abandono del
puesto de trabajo; el desaprovechamiento de la jornada; no informar
sobre las sustracciones, pérdidas, desvíos, apropiaciones y daños de los
que se tenga conocimiento; y la introducción en la computadora de
archivos, imágenes o ficheros que contengan pornografía, juegos
prohibidos y documentos falsos -sin aclarar a que se refiere esto último.
Durante noviembre, en cada Centro se constituirá un grupo de trabajo
para elaborar la primera versión del proyecto que será analizado
inicialmente en su Consejo de Dirección. Como puede apreciarse, se
intenta otra vuelta a la tuerca, sin considerar que los deberes de los
trabajadores tienen que marchar acorde con sus derechos. En este nuevo
reglamento no se tiene en cuenta que el salario en Cuba no alcanza para
vivir (el salario promedio mensual es equivalente a 16.50 dólares USA,
según datos oficiales); que las condiciones de trabajo y la alimentación
son pésimas; que los medios de transportación son casi inexistentes por
lo que es muy difícil llegar a un centro de trabajo; que muchas veces se
carece de elementales condiciones higiénicas, ropa necesaria, artículos
de protección física y hasta instrumentos para laborar como expresaron
algunos delegados al congreso de la Central de Trabajadores de Cuba en
septiembre pasado.
Tampoco se habla en la resolución 188 de la necesidad de pagar
puntualmente los haberes de los trabajadores, ni de las continuadas
violaciones de los acuerdos internacionales firmados por el gobierno
cubano, entre ellos la libre sindicalización, con lo cual pudieran
crearse verdaderas organizaciones obreras que defiendan los intereses de
los trabajadores, no como las actuales que son simples poleas de
transmisión del totalitarismo.
Esta nueva resolución es otro intento de resolver los problemas del país
mediante métodos represivos, sin ir al fondo del problema. Parece que a
las autoridades no les resulta suficiente el número de personas
cumpliendo prisión por delitos que en condiciones normales la mayoría no
hubiera cometido.
Todo indica que la intención es continuar empujando al delito y
castigando a los cubanos, en un clima signado por la miseria y la
desesperación, en especial de los trabajadores y sus familias.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/nov06/23a8.htm
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