Cuando se quejan los cubanos
Marcelo Jiménez Jiménez
Bitácora Cubana, 2 de noviembre de 2006 – Holguín
Tres espacios de la prensa cubana aparecen como guías del aliviadero en
el combate cubano por la supervivencia. Me refiero a las columnas
aparecidas en los periódicos Juventud Rebelde y Granma, titulados "Acuso
de recibo" y "Abre cartas", para la prensa de alcance nacional, y aquí,
la columna de los lectores, en el holguinero periódico Ahora.
En los dos primeros, los periodistas tienen un alcance tal, que las
quejas de los ciudadanos más desamparados encuentran respuestas en los
directores, gerentes y directivos que se piensan intocables. Lo toman
como un bombillo rojo que les alumbra en medio de la impunidad civil.
Esa es la sección "Acuse de recibo", la que toca con cierta dureza la
morosidad y desidia del funcionario cubano.
De todos modos, un ojo atento advierte la pose de los medios, al poner
sobre el tapete en una popular sección periodística, temas en apariencia
candente. Es como un cebo, pues la verdadera problemática de la
democracia en Cuba, más allá de cuatro quejas domesticas al mes y halón
de orejas al mediocre funcionario que dé el primer resbalón de la
sección en el oficialismo Granma, y debido a su inconstancia, hay poco
que hablar.
Mas, al este de la isla, en la oriental Holguín, el periódico Ahora
intenta copiar la formula, y por un lado la falta de originalidad y por
otro la imposición de la dirección provincial del partido, hacen de la
semanal columna un bodrio difícil de digerir. En la misma, la periodista
Lourdes Pichs hace un rosario de lamentos, que van desde dificultades
con la repartición del yogurt de soya, salideros de agua en el
legendario hospital Lenin, situaciones vergonzosas con la adulteración
de las bebidas alcohólicas, hasta infantiles alusiones al día en que un
chofer no se detuvo a recoger a alguien.
Visto así, pudiera parecer que este semanario hace algún alarde de
pluralidad al hacer denuncias. La sarta de quejas no hace más que
reflejar lo que no dicen los columnistas. En este caso, es como un
ejercicio lavatorio: el departamento de servicio sanitario a donde van
las heces de un diarismo afuncional y rígido. Si se quiere conocer las
atrocidades por las que pasan algunos cubanos, se puede hacer un repaso
de esta sección. Sólo que con sus parálisis funcional no es más que la
caricatura de lo que debería ser un periodismo comunitario: humanitario,
partidista, pero del partido de los que nada tienen, ni siquiera un
confesor oficial a quien contar las penas del día. Aquí se titula "La
columna de los lectores", sin hacer alusión a la mordaza que silencia y
mata.
Agencia de prensa Jóvenes sin censura (El gobierno cubano le niega a
esta agencia su reconocimiento legal)
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3211
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