Cada oveja con su pareja
Aimée Cabrera
LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - Para muchas personas, el
tema de la discriminación racial en Cuba es tabú. Si bien no hay
agresiones y malos tratos hacia el individuo que llegue a un lugar
determinado y no sea blanco, existen diferencias entre las personas
debido a sus ideas políticas, a la edad, y no se puede olvidar cómo el
sexo es a veces limitante en el trato social.
Lo que huele a vetusto es que en un medio tan poderoso como la
televisión se escondan tanto las mezclas que definen a nuestra
población, formada fundamentalmente por las razas blanca y negra.
Es como si estuvieran trabajando en coordinación con la Oficina Nacional
de Estadísticas, que en su página web informa que según los censos de
1981 y 2002, la población blanca asciende al 60 por ciento; la negra al
12, y menos de un 25 por ciento es mestiza.
Pero cuando tocan los Van Van en el Malecón, pareciera que estamos en
algún país de África negra. Caminar por cualquier calle es sentir al
mismo tiempo la variedad, mestizos y negros, sobre todo.
Recientemente se transmitió una serie de televisión donde las
actuaciones fueron excelentes. Los actores estaban repartidos en una
familia negra y otra blanca. Cuando los más jóvenes de cada grupo
decidieron hacerse novios, el susto y el rechazo impactaron a los
miembros de ambas familias.
Ahora, en la telenovela cubana de turno, la blanca del solar, o
"blanquita de orilla", se deja piropear por el negro vecino que tuvo con
ella una relación amorosa cuando eran más jóvenes. Ella reconoce que le
gusta el negro y ahí está pintada la ocasión para darle celos a la mujer
del prieto, al que ella suele llamar mulato, como para suavizar el término.
Esto no es todo lo que se puede ver con el propósito de criticar las
diferencias raciales, ya que hay spots que tratan actitudes negativas, y
qué casualidad: los infractores casi nunca son blancos.
Se dice que la norma internacional es situar en los papeles protagónicos
de más acogida con el público a los actores y actrices blancos, y que
otras razas van ocupando papeles de menor importancia. Pero si el tema a
tratar es nuestro y bien contemporáneo, esa norma no es viable para el
televidente nacional.
Hace décadas que el cubano ha dejado atrás esos inconvenientes, y no se
ven muchos problemas entre familiares o amigos por cuestión de raza (una
blanca con un mulato, o una negra con un blanco), pues se trata de algo
común en nuestra vida diaria. Lo que se busca es que la persona sea
atractiva, que tenga su "marca estatal de calidad", o que pare el
tráfico sin semáforo. Quisieran muchos que sus propias experiencias sean
mostradas con sinceridad y respeto por la televisión cubana.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jul06/18a7.htm
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