DISIDENCIA
De roquero a opositor
Roberto Santana Rodríguez
LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - Alberto Hernández Suárez, natural de Candelaria, Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba fue roquero en las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado. Un raro, que usaba el pelo largo, los pantalones apretados y la camisa bien ancha. Un raro que es generalmente rechazado por la sociedad donde imperan mitos como los del hombre nuevo, muy lejos de esta conducta rara o diferente.
En la actualidad, Hernández es el presidente de la Unión de Jóvenes Democráticos de Cuba.
Afable, sencillo, pequeño de estatura, opositor pacífico, Alberto usa el pelo corto, pero le sigue gustando el rock. Dice que sigue siendo roquero y recuerda con orgullo y nostalgia aquellos años de hippie, friki o raro, diferente, lo que le hizo convertirse en opositor cuando le acusaban de diversionismo ideológico y después de contrarrevolucionario. Entonces investigó qué eran esas cosas y pasó a la confrontación política: de roquero a opositor.
P: ¿Qué anécdota recuerdas de aquellos tiempos?
R: Me iba de "guerrilla" con el grupo, que se llamaba "Locos románticos", a diferentes lugares, a dormir donde nos sorprendiera la noche y a comer sobras de los restaurantes. Escuchábamos música rock, tomábamos pastillas. Recuerdo un festival de música popular en Varadero en el que participaron grupos de rock. Nos enteramos y fuimos para allá. Establecimos relaciones con esos músicos. Parece que a las autoridades no les gustó y empezaron a perseguirnos. Un día nos detuvieron en la playa debajo de los botes donde nos quedábamos y nos acusaron de diversionismo ideológico. No caímos presos gracias a que los músicos intercedieron, pero nos deportaron en una guagua para La Habana.
El 24 de febrero de 1995 surge la Unión de Jóvenes Democráticos de Cuba con Enrique Alfonso como su primer presidente, con el propósito de promover los cambios democráticos en la Isla y denunciar las violaciones de derechos humanos.
P: ¿Cuáles han sido los principales proyectos promovidos por la UJDC?
R: En 2002 planteamos en el ministerio de Educación la idea de insertar los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en los programas de clase. Aún no se ha recibido respuesta. Lo mismo que pasó en 1995 cuando tratamos de inscribir en el ministerio de Justicia la organización. Tenemos tres bibliotecas independientes: la "Narciso López", en San Cristóbal, y en Candelaria la "Grito de Baire" y la "José de la Luz y Caballero". Un proyecto que considero muy importante por su impacto en la comunidad lo constituye la farmacia independiente, que se fundó en 2002 gracias a la ayuda de exiliados cubanos, como Reinerio González y Frank Fernández. Se entregaron medicinas de forma gratuita a quienes las necesitara previa presentación de receta médica y carné de identidad.
P: ¿Cuál fue la acogida que tuvo la farmacia independiente?
R: En el pueblo, primeramente, hubo algún recelo, pero después fue magnífica la acogida. Nos veían como una alternativa para resolver sus problemas de salud ante la tremenda escasez de medicamentos que existe en Cuba. Hasta la dependienta de la farmacia estatal le indicaba a la gente la dirección de mi casa. En cuanto a las autoridades, hemos recibido represión y hasta han propagado rumores de que los medicamentos estaban contaminados, calumnia que me encargué oportunamente de desmentir.
P: ¿Cuál es el ambiente que reina en la UJDC?
R: Tenemos delegaciones en Güira de Melena, Artemisa y San Antonio de los Baños, en provincia Habana. En Pinar están las delegaciones de San Juan y Martínez, San Cristóbal y la sede que radica en Candelaria. Somos una hermandad, todos nos conocemos, el problema que tenga alguien lo tenemos todos. Gracias a Dios reina la unidad, no permitimos que nadie desestimule las ideas, que hable mal de otro. Algo que hemos estado haciendo últimamente es la recogida entre nuestros miembros de ayuda humanitaria para quien la necesite, tanto los presos políticos como otros opositores, por ejemplo Víctor Rolando Arroyo y Alfredo Felipe, ambos de grupo de los 75, y Alberto Alemán, miembro de nuestra organización, que se encuentra en un sillón de ruedas, y fue víctima de un atentado por parte de una persona que se ha comportado como un agente de la Seguridad del Estado.
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