Friday, May 22, 2009

Otra historia absurda

Otra historia absurda

Lucas Garve. Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Las historias sin sentido de
la economía socialista se suceden sin parar. Por muchas consignas que
los departamentos de propaganda lancen, los obstáculos a la producción y
la rentabilidad son inimaginables.


La Empresa 26 de julio, de Nuevitas, en Camagüey, se queja –en artículo
aparecido en el periódico Trabajadores- porque no pueden producir más
cemento debido a que sus silos de almacenaje están repletos del
producto. La causa es la falta de extracción del cemento almacenado en
la fábrica, acción que corresponde a otras empresas, también estatales.


Al no cumplir con su plan de producción, los obreros de la fábrica se
ven impedidos de ganar más y la empresa no es rentable. Ellos producen
el cemento gris conocido por P-350, muy utilizado en la construcción,
pero no pueden satisfacer las necesidades por las razones explicadas.

Pero la contradicción más evidente es que esa provincia tuvo
afectaciones importantes en el cumplimiento del plan de construcción de
viviendas por el paso de dos huracanes el pasado año y 9 mil 651
quedaron totalmente destruidas. De ellas, hasta la fecha se han
recuperado solamente 902, y de las 10 mil 462 viviendas parcialmente
dañadas, la cifra de las reparadas sólo llega a 2 mil 405.

Cabe preguntarse cómo una fábrica de cemento que durante los dos últimos
años terminó su ciclo productivo con pérdidas económicas, no puede
producir más porque el cemento no es sacado de los almacenes.

¿Por qué no venden el cemento a la población camagüeyana que vive en
viviendas en mal estado, o a quienes las perdieron totalmente? La
respuesta está en la incapacidad del sistema económico socialista para
resolver las necesidades de la población. Y en la extrema centralización
de las decisiones, tomadas por burócratas guiados por fines políticos y
no económicos.

Otro medio de prensa difundió con alegría que la fábrica textil de
Santiago de Cuba cumplió, por primera vez en sus 25 años de fundada, el
plan de producción de artículos de canastilla. ¡Parte el alma!, como
dicen los santiagueros. Hubo que esperar un cuarto de siglo para
alcanzar la producción planificada de pañales, culeros, etc. ¡Cuánto
habrá que esperar para que cumplan con el resto de su producción!

Un hombre me contó hace poco cómo en Jovellanos, su pueblo natal,
existían pequeñas industrias y talleres que satisfacían las necesidades
de una clientela de bajos recursos, pero daban trabajo a gente pobre
que, con un salario no muy alto, podían vivir decentemente. Ahora
construyeron industrias grandes que resultan ineficientes, y por su
tamaño y los gastos de energía y combustible, no son rentables.
Estas y otras historias absurdas ya no asombran a los cubanos,
habituados a vivir experiencias de esta índole.

Cuba: Otra historia absurda (22 May 2009)

http://www.cubanet.org/CNews/y09/mayo09/22_C_5.html

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