Cubanos se adaptan a la escasez agrícola
Por ANNE-MARIE GARCIA
The Associated Press
LA HABANA --
Después de los daños causados por dos huracanes los suministros son
escasos y las filas son largas para comprar verduras y vegetales. Los
cubanos, acostumbrados a los racionamientos, no se conforman pero se
adaptan poco a poco.
"La venta está controlada gracias a eso lo poco que hay alcanza para
todo el mundo", afirmó Mercedes Grimau, una jubilada de 65 años que
hacía fila en un mercado estatal capitalino para comprar lechuga,
racionada a dos libras por persona.
El gobierno cubano anunció en días pasados la congelación de los precios
en los agromercados liberados, los únicos donde regía la ley de la
oferta y la demanda. Además en la isla hay mercados estatales donde
antes de las nuevas medidas se vendían productos agrícolas sin
racionamiento a precios determinados por el gobierno.
Las autoridades fijaron un límite para la venta de algunos productos:
cinco libras de granos, seis de malanga (tubérculo), dos de lechuga, 10
de otras hortalizas y de arroz, entre otros.
En la isla existe un programa de venta controlada a precios subsidiados
para productos de la canasta básica mediante el cual cada mes la
población compra frijoles, papas, huevos, azúcar, café, arroz, leche,
compota para niños, pescado y pollo.
Las nuevas medidas tienen la característica de aumentar el protagonismo
del Estado, algo que la mayoría de los cubanos consideraron como necesario.
"Sin esta medida algunos lo comprarían todo para venderlo después a un
precio mucho más alto. Es un mal necesario" comentó Grimau.
"No tengo miedo de quedarme sin comida, pero me duele pensar que vamos a
volver a pasar trabajo para conseguir comida. Es duro esto después de
casi 50 años de Revolución", señaló.
El ex presidente Fidel Castro expresó recientemente en una de sus
columnas de opinión que la producción y distribución de alimentos
"tienen prioridad absoluta en estos momentos".
Los huracanes Gustav e Ike azotaron a la isla a inicio de septiembre
causando daños estimados en más de 5.000 millones de dólares.
"Nos tomará un tiempo recuperar la producción agrícola a los niveles que
había antes de los huracanes, sin embargo no hay razones para especular
ni levantar expectativas de una situación de hambruna", declaró a inicio
de semana el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez.
Según el diario oficial Granma, en septiembre se comercializó el 80%
menos de hortalizas que en agosto.
"Espero para ver lo que traen. No es fácil, me preocupa porque la cosa
se ha puesto mala, pero con las nuevas medidas tengo la seguridad de
poder comprar algo", dijo la ama de casa Regla Suazo, de 55 años,
mientras hacía fila en un mercado de oferta y demanda del municipio de
Playa.
Tras dos horas de espera, un camión trajo habichuelas, guayabas,
cebollinos, aguacates, maíz, calabazas, yucas y boniatos.
"La cooperativa La Salud es la única que nos suministra desde los
ciclones, las autoridades reforzaron el control a los transportistas"
explicó Nadia Gómez, una dependienta del mercado.
El mercado liberado de Cuatro Caminos, en el barrio popular de La Habana
Vieja, es uno de los mejores surtidos en esta época de escasez.
"Los camiones que vienen de la provincia de Matanzas, (a unos 90
kilómetros al este de la capital) entran desde hace dos días. Me parece
que la decisión de congelar los precios influye en la escasez, no es
sólo que no hay productos, además no es negocio como antes", comentó
Juan Carlos Martínez, vendedor del mercado.
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