martes 22 de julio de 2008 16:43 GYT
LA HABANA (Reuters) - Cuba no es una jungla para los inversores, sino un
país con leyes detalladas y suficientemente flexibles para abrir en el
futuro nuevos espacios al capital extranjero, según un atlas legal
presentado esta semana.
"Cuba. Regulación de la Inversión Extranjera," editado por la consultora
Berger, Young & Associates, es la primera recopilación de leyes sobre
inversión en la isla de Gobierno comunista.
"Busca darle transparencia a la inversión extranjera. Mucha gente piensa
que las decisiones en Cuba son tomadas por capricho y no hay seguridad
legal, cuando, en realidad, el marco legal es mayor de lo que imaginan,"
dijo a Reuters Sebastiaan Berger, uno de los editores del volumen de 928
páginas.
Cuba abrió tímidamente su economía al capital extranjero en la década de
1990 en respuesta a la desintegración de la Unión Soviética, su antiguo
benefactor.
Tras un período de fuerte centralización, el nuevo presidente Raúl
Castro habló de abrir más las puertas al capital foráneo.
"La ley de inversión no tiene que cambiar para lo que algunos llaman
apertura," dijo Berger, gerente de Ceiba Investments Ltd., un fondo de
inversiones de unos 100 millones de euros dedicado a negocios
inmobiliarios y turismo en Cuba.
"Es, en principio, una muy buena ley que permite tener una empresa 100
por ciento extranjera, la propiedad de un edificio, pagar salarios en
pesos cubanos y manejar toda la operación," dijo el abogado holandés que
trabaja en Cuba desde hace más de una década.
En su opinión, los límites actuales que dan al Estado una participación
del 51 por ciento en las empresas mixtas y sólo ofrecen derechos de uso
sobre la propiedad son políticos.
"Cuba. Regulación de la Inversión Extranjera" llega mientras aumenta el
apetito por invertir en Cuba, embarcada en un proceso de moderados
cambios económicos desde que Raúl Castro reemplazó en febrero a su
hermano Fidel en la presidencia.
Raúl Castro ha eliminado el igualitarismo salarial aplicado durante casi
medio siglo y ligó los salarios a la productividad. Además, ofreció más
tierras en usufructo a los agricultores y descentralizó la toma de
decisiones en el campo.
"El problema en Cuba suele ser la velocidad a la que pueden
implementarse las cosas. Y ahí es donde la inversión extranjera podría
jugar un papel," dijo Berger.
Un buen ejemplo es la agricultura, la clave del diseño de Raúl Castro
para sustituir costosas importaciones y darle un respiro a la economía
cubana, un sector descapitalizado donde los analistas creen que el
capital extranjero podría acelerar los resultados.
Según Berger, hay empresas extranjeras que están negociando futuros
proyectos agrícolas en Cuba.
"Cuba. Regulación de la Inversión Extranjera," una edición bilingüe en
inglés y castellano, será vendido al precio de 495 dólares.
(Reporte de Esteban Israel)
http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTAN2232153320080722?sp=true
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