Thursday, May 29, 2008

Una nueva primavera negra en Cuba?

Publicado el jueves 29 de mayo del 2008
¿Una nueva primavera negra en Cuba?
MIRIAM LEIVA

La Habana -- ¿Acaso el estreno de Raúl Castro como presidente de Cuba es
la copia de la campaña de difamación para crear condiciones a una
represión que restituya el miedo hasta en los dirigentes de gobierno y
partido deseosos de cambios?

Aunque el guión es similar, la experiencia nefasta de marzo de 2003
recomienda únicamente excluir a los tres jóvenes negros fusilados
injustamente en abril de ese año. Hace sólo unos meses, en un acto con
los familiares de los 5 presos cubanos en cárceles de Estados Unidos el
general, conmovido, expresó que son las familias de los reos quienes más
sufren. Parece que las madres, hijos, esposas, hermanas y tías de los 75
prisioneros de conciencia secuestrados desde la primavera negra no son
seres humanos. Ellos han sido mucho más condenados por el dolor, la
persecución y las carencias materiales. Coincidimos en que ningún
familiar merece padecer tanto sufrimiento.

Desde que mujeres indefensas, la mayoría sin experiencia en ajetreos
políticos, sufrieron horas de intensos registros a sus humildes hogares
y se llevaron a sus compañeros, comenzaron a reclamar a las autoridades
verdadera justicia y denunciaron a la opinión pública nacional e
internacional los desmanes cometidos, fueron seguidas y perseguidas por
la Seguridad del Estado o policía política, los comités de defensa de la
revolución, los informantes y agentes infiltrados.

Ellas cometieron el grave delito de ser las voces pacíficas e indefensas
de los 75. Han tenido que criar a hijos recién nacidos y atender a
ancianos enfermos bajo la tensión del entorno hostil. Se han trasladado
cientos de kilómetros en los difíciles transportes que cada día son más
caros; deben llevar a los presos alimentos, artículos de higiene
personal, ropa y medicamentos. No tienen trabajo la mayoría, como
tampoco sus hijos y hasta familiares cercanos porque son absolutamente
chantajeados para que depongan el apoyo a sus presos o cooperen con la
policía política.

No han podido doblegar a esos hombres en prisión y los han visitado
sistemáticamente para que exijan a sus mujeres abandonar sus esfuerzos a
través de las Damas de Blanco, movimiento pacífico y no político,
surgido por la unión de sus mujeres. Ellas han sido amenazadas de ser
llevadas igualmente a prisión, vigiladas y seguidas. Son bajadas de
autobuses, autos y trenes para que no viajen a La Habana, se reúnan y
caminen por las calles con flores en demanda de la libertad inmediata e
incondicional de ellos, porque no han cometido ningún delito.

Cuando el presidente Raúl Castro ha pedido a la población que exprese
sus criterios y críticas, y sobre todo ha reconocido la existencia de
innumerables problemas y prohibiciones, que la mayoría de los 75 habían
alertado para bien de la patria, es mucho más injusta la prisión de los
55 que permanecen en terribles condiciones, y que los 9 con licencia
extrapenal por serias enfermedades y que residen en Cuba continúen
amenazados de ser regresados a prisión.

Aprovecharse de los sufrimientos, necesidades e ingenuidad de las
mujeres es realmente indigno, venga de donde venga. Merecen apoyo y
ayuda humanitaria sincera como se realiza en el mundo entero, cuando
existen situaciones similares. Sus esfuerzos han sido reconocidos
mediante el Premio Andrei Sajarov a la Libertad de Conciencia del
Parlamento Europeo en 2005, el Premio de Derechos Humanos de Human
Rights First en 2006 y otros. Por cierto que no han recibido la
retribución en dinero del premio Sajarov porque el gobierno de Cuba no
les ha dado permiso para concurrir a Europa a recibir el galardón.

Debe conocerse bien el origen de cualquier ayuda para aceptarla, pero
por credulidad pueden cometerse errores. No obstante, resulta más que
evidente que el pretexto esgrimido por las autoridades cubanas ha sido
preparado minuciosamente durante mucho tiempo, tal como hiciera antes de
la represión de marzo de 2003.

La propuesta de Lázaro Barredo, diputado y periodista de las mesas
redondas de la televisión cubana, a la Comisión de Relaciones
Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de
mayo para recrudecer la Ley 88 indudablemente forma parte de la ofensiva
injusta contra las Damas de Blanco. Es muy contradictoria con la
reciente firma por el gobierno de Cuba de los Pactos Internacionales de
Derechos Políticos y Civiles, y Económicos, Sociales y Culturales, que
prevén la adecuación de las leyes nacionales, y por tanto la Ley 88
debería ser derogada y el Código Penal modificado, entre otras
legislaciones.

Las fundadoras del movimiento de esposas, madres, hijas, hermanas y tías
de los 75, conocido posteriormente como Damas de Blanco han tenido como
objetivo la libertad inmediata e incondicional de los 75 prisioneros de
conciencia hace ya cinco años y 2 meses. Tanto ha molestado a los
represores el prestigio entre el pueblo y la comunidad internacional que
han urdido permanentes formas de destruirlas, incluidos engaños de los
agentes infiltrados.

El presidente Raúl Castro ha infundido esperanzas sobre el comienzo de
una etapa de cambios y reconciliación entre los cubanos. No lo ha
realizado hasta el momento, defrauda al pueblo y parece que no puede
romper la telaraña de los intereses del poder totalitario que dura casi
50 años. Para mantener el miedo y la represión en toda la sociedad
llevaron a 75 pacíficas personas a las cárceles con penas de hasta 28
años, ahora pretenden hacerlo con sus indefensas mujeres. El debió haber
comenzado por liberar a los prisioneros de conciencia, pero parece que
pretende ingresar en la historia de Cuba como el carcelero de mujeres,
hacer más desvalidos a niños y provocar la muerte de muchos ancianos. No
debería caer él también en una trampa. Aún puede impedir semejantes
ignominias.

Periodista independiente.

http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas_de_opinion/story/216520.html

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