2007-11-30. Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente
Corrientes políticas cubanas del siglo XVIII y XIX
Ciudad de la Eterna Primavera, otoño de 2007.- Sin doble sentido y con
pundonor se debe examinar la historia, para buscar la esencia de los
acontecimientos que es donde reside la verdad. Por eso, comentábamos que
analizar el descubrimiento, conquista y colonización del archipiélago
cubano, posibilita entender porque tendrán repercusiones desastrosas
para la corona española ―al llegar el último decenio del siglo XVIII y
primera mitad del siglo XIX―, por el acrecentamiento de los debates
relacionados con la nacionalidad e independencia cubana.
Ese será tema a indagar más adelante, con el honesto objetivo de
alimentar el intelecto y para al final encuentre el leedor por propia
voluntad la verdad o la deseche, si así lo quiere, porque es libre de
decidir y respeto su libertad.
Anteriormente señalamos, y en otros escritos, de que es inevitable una
transición en Cuba como alternativa que permita poner fin al régimen
marxista-fidelista que hoy abarrota el alma de la nación cubana.
Teniendo en cuenta esta realidad, mi humilde opinión es de que bien vale
la pena el tener en cuenta el pensamiento político-social y filosófico
de la Cuba del siglo XXI.
Por su importancia, estas contribuciones invitan a la reflexión y del
por qué es menester dar una ojeada a estas corrientes filosófica y
políticas de la época, para se abra la puerta del intelecto y comprender
los acontecimientos del siglo XIX, que son referentes de los orígenes de
la nacionalidad cubana y argumento fortísimo para ilustrar y evitar
irreversibles yerros que lamentar al llevar a vías de hecho una
razonable transición en Cuba.
Hacia finales del siglo XVIII, se propagan los conflictos entre los
intereses de la aristocracia criolla y española. Esta clase criolla, en
su mayoría nacidos en Cuba, se va estructurando con el clero rural, los
pequeños agricultores, y hacendados ricos, quienes aspiran tener una
participación más activa en el quehacer nacional, estabilidad económica,
política y social sin la intervención de la Metrópoli. Así las cosas,
entre finales del siglo XVIII y durante el XIX, crece y propaga este
sentimiento criollo que van a dar origen a las tres principales
corrientes político-sociales más significativas: Reformismo,
Anexionismo, e Independentismo, que evolucionaran en el contexto
socio-económico del esclavismo y los antiesclavistas. Es bueno señalar,
que estas corrientes se entrecruzan en el tiempo y en su evolución.
Los reformistas, aspiraban a que España les concediera ciertas
libertades a cambio de ser súbditos incondicionales de la metrópoli, y
con esto evitar un enfrentamiento que pusiera en peligro sus intereses.
Se dice que en su primera etapa (1790 a 1820) los reformistas querían
negociar con España tres aspectos fundamentales:
a. Social: Mantenimiento de la trata negrera y de la esclavitud.
b. Política: Asimilación o autonomía.
c. Económica: Libertad para el comercio con terceros países,
particularmente con Estados Unidos de América.
En este período y con la ayuda de las influencias del líder del grupo
reformista, Francisco Arango y Parreño, España les concede a los isleños
continuar introduciendo esclavos y cierta pasividad de las autoridades
en relación con el intercambio comercial. Empero, no acepta España la
asimilación que solicitan de sea Cuba una provincia española; y la
autonomía con supervisión española, para el criollo forme parte del
gobierno de la isla. En 1818, la metrópoli acepta la libertad comercial,
y en 1820 autoriza, de manera oficial, la trata negrera y la tolerancia
para contrabandear.
Entre 1830 y 1837 se desarrolla una segunda etapa de la corriente
reformista, que tendrá como figuras destacadas a José Antonio Saco, José
de la Luz y Caballero y Domingo del Monte, y que fundamentalmente
solicitaban:
a. Social: Mantenimiento de la esclavitud y eliminación de la trata
negrera.
b. Política: Asimilación o autonomía.
c. Económica: Rebaja de los aranceles de las mercancías, como
complemento de la libertad comercial; que se otorga en 1830.
Por estas fechas, comienza la introducción de la máquina de vapor y con
ella la menor necesidad de esclavos. También, se exacerba el
resentimiento hacia los reformistas, por parte del Capitán General
Miguel Tacón. En 1834, a José Antonio Saco lo deportan a España. Esta
etapa reformista fracasa en 1837.
No se puede relegar al olvido, de que la ocupación de España por los
ejércitos napoleónicos; los acontecimientos de las trece colonias
inglesas de Norteamérica; la Revolución Francesa y la Declaración de los
Derechos Humanos, entre otros eventos, van a ser los catalizadores del
desmoronamiento del sistema colonial español.
De alguna manera pudiera afirmarse que se inicia, entre 1808 y 1824, el
proceso de emancipación de las colonias. Hacia 1824, exceptuado Puerto
Rico y Cuba, la América española era independiente. Para España, la
situación se tornará insostenible, porque Cuba y Puerto Rico son las
únicas posesiones que le quedan en el Nuevo Mundo, y las exigencias de
los criollos de pagar menos impuestos y más autonomía pone en peligro la
aparente estabilidad política.
En las primeras décadas del siglo XIX, el comercio y la política en
estaban en manos de la elite peninsular. Los terratenientes, de origen
español y los criollos tenían el poder del capital local. Con el tiempo,
estos privilegios y los excesos de las autoridades va a estimular el
descontento y los conflictos que mudara de aires la historia de Cuba.
La actitud represiva del gobierno español, durante el gobierno despótico
del Capitán General Miguel Tacón en lasdécadas de 1830, hace que madure
el sentimiento independentista entre los cubanos. Se profundiza el
descontento y el movimiento independentista alcanza una mayor
popularidad entre 1834 y 1838.
Por todas estas razones, no se harán esperar en la vida política cubana
durante todo el siglo XIX, las conspiraciones y revueltas contra el
dominio español. En 1844, una sublevación de esclavos negros es
brutalmente reprimida. Un movimiento favorable a la anexión de la isla a
Estados Unidos de América se articula entre 1848 y 1851, su líder,
elgeneral Narciso López, es capturado y ejecutado.
Como parte de su política de expansión, el gobierno estadounidense hace
varias ofertas para comprar la isla, y España las rechaza. También, en
1865, con la derrota de los sureños en la Guerra de Sucesión
estadounidense, se declara el fin de la esclavitud en Estados Unidos de
América.
Indiscutiblemente, entrado el siglo XIX se va perfilando con fuerza
determinante la corriente independentista, que se impone a la reformista
que insiste en su lucha de continuar fieles a la metrópoli y a los
anexionistas que albergan la esperanza de Cuba sea parte de los Estados
Unidos de América.
El período de 1820 a 1868 será dramático para España, al hundirse su
dominio colonial en Latinoamérica. En Cuba, al margen del movimiento de
emancipación de la Indias occidentales y última colonia, crecerá la
crispación y enfrentamientos de las diferentes corrientes políticas con
la agónica metrópoli. Los reformistas, a como diera lugar, trataban de
asociarse con los ideales de la España liberal; independentistas de un
lado y anexionistas del otro, conspiraban, preparaban y llevan a vías de
hecho la guerra para alcanzar la soberanía y libertad de los cubanos.
Finalmente, los acontecimientos en el siglo XIX serán trascendentales
para el futuro de la isla. A todas luces los hechos y la historia así lo
demuestran. ¡NAMASTE! (Continúa en Cuba: Una transición razonable (7))
©Pablo Felipe Pérez Goyry.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12831
No comments:
Post a Comment