2007-11-29
Por GALSIC.
En ocasión del 40 aniversario de la muerte de Ernesto Guevara, más
conocido por el Che, la editorial francesa Presses de la Cité, ha
publicado un libro, Les héritiers du Che, de Canek Sánchez y Jorge
Masetti, que se ha agregado a la larga lista de los editados este año
con ese pretexto. Una efemérides que, paradójicamente -por lo que
pretendidamente representaba el Che- se ha convertido en una de las más
El presidente boliviano René Barrientos debía estar muy lejos de
imaginar que, al ordenar la ejecución del Che y hacerlo enterrar
secretamente el 8 de octubre de 1967 en los alrededores de un pueblito
de la sierra boliviana, lo convertía en mártir y contribuía
decisivamente a forjar una de las leyendas más mediatizadas y
mundializadas del siglo XX. Una leyenda transformada rápidamente en mito
y culto ideológico entre los jóvenes en rebeldía de los cinco
continentes; pero también en una fuente inagotable de explotación
mercantil de la idolatría juvenil por los iconos mediáticos que la
sociedad de consumo ha extendido por todo el planeta globalizado.
El hecho es que, mientras los homenajes al célebre guerrillero,
"heraldo de la lucha contra el capitalismo y el imperialismo", se han
quedado reducidos a los actos que ritualmente organizan los Castro,
Chávez y compañía para hacer creer que siguen su senda, la efigie del
Che está cada vez más presente en los comercios y mercados del mundo
entero, adornando toda clase de objetos y vestimentas: desde pañuelos,
bufandas, camisetas, playeras y prendas diversas de los grandes
costureros, hasta mecheros, cartas postales, etiquetas de vino y
artículos de uso corriente, como platos, cafeteras, bandejas, hueveras, etc.
La paradoja de esta leyenda no es sólo el haberse quedado reducida a una
aureola mesiánica sino que, además, el mito es interpretado de mil
maneras diferentes y en la mayoría de los casos únicamente por interés
partidista o codicia mercantilista. No obstante es verdad también que,
para algunos sectores de las nuevas generaciones con conciencia
política, el nombre del Che les suena y recuerda un rebelde contra las
injusticias de este mundo, y que por ello lo reivindican en sus
protestas contra la mundialización capitalista. Inclusive entre los
sectores más alérgicos al mesianismo y al dogmatismo marxista suele aún
manifestarse esta simpatía hacia el rebelde que, abandonando los
privilegios y vanidades del poder instituido en Cuba, fue a morir
luchando en los Andes bolivianos para "liberar el continente americano
de las garras del imperialismo yanqui".
Pues bien, aunque ya en algunos libros dedicados anteriormente al Che
ha sido puesta en evidencia la personalidad profunda de este icono
revolucionario, los testimonios de Canek Sánchez Guevara, nieto del Che,
y de Jorge Masetti, hijo de uno de los compañeros de armas más cercano
al Che y ex agente de los servicios conspirativos cubanos, aportan
informaciones sorprendentes y enfoques muy valiosos sobre este arcángel
a doble cara. Sobre todo para no olvidar su rigidez ideológica y una
severidad insospechable tras su cara de ángel ; pero también para
comprender la verdadera naturaleza del régimen dictatorial cubano, que
también era el modelo del régimen que el Che quería instalar en el resto
del continente.
En diferentes periodos, Canek y Jorge vivieron en Cuba cuando eran
jóvenes y saben por experiencia propia cómo vivía la juventud cubana la
realidad cotidiana de esa Revolución impuesta desde arriba, que
rápidamente quedó reducida a lemas publicitarios y desfiles para aclamar
a sus jefes y a los mártires de la lucha revolucionaria.
Lejos de la visión mitológica del Che y del régimen cubano, Canek
Sánchez Guevara y Jorge Masetti esbozan una imagen muy diferente de la
mitificada por los servicios de propaganda pro castristas, mostrando la
dureza implacable de los jefes revolucionarios, las mentiras y timos de
la casta de privilegiados y los brutales comportamientos de un mundo
policiaco omnipresente y represivo. Sus testimonios revelan la
existencia de una sociedad petrificada en un apartheid social y de un
sorprendente "underground" en el que los jóvenes rebeldes se identifican
más a la cultura rock, punk o hippie que al martirologio oficial y a los
códigos de la burguesía castrista. Una juventud que aspira a la
libertad y a la que hace reír la gesta guevarista promocionada y
explotada por la oligarquía revolucionara para su provecho exclusivo.
Estos testimonios hacen caer las máscaras y desmitifican la leyenda del
Che y su guerrilla, pero sobre todo la de la Revolución cubana.
Un libro a leer y a recomendar su lectura.
Octavio Alberola
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