Tuesday, October 09, 2007

La puerta este de la bahía: el camino de los disidentes políticos cubanos para pedir asilo

La puerta este de la bahía: el camino de los disidentes políticos
cubanos para pedir asilo

Fecha de publicación:
8/10/2007

Considerada la única entrada a Cuba, la puerta este de Guantánamo Bay es
utilizada por cientos de disidentes para pedir asilo político. La
mayoría son devueltos a su país, otros se quedan atrapados en tierra de
nadie.

Contemplar esta puerta es retroceder en el tiempo hasta los años
cincuenta. Considerada la única entrada a Cuba desde la base
norteamericana, apenas unos metros separan una bandera estadounidense de
un enorme cartel en el que se lee: «República de Cuba. Territorio libre
de América».

Un duelo de simbolismos que comenzaba con la revolución cubana, tras la
plantación de miles de minas en ambos lados con el objetivo de impedir
un éxodo masivo de disidentes. «Aquí todavía quedan seis que no
encontraron cuando las quitaron», nos advierte medio en broma el soldado
puertorriqueño encargado de mostrar este residuo de la guerra fría. La
visita ha tenido que ser retrasada: «Hemos tenido que devolver a un
ciudadano cubano».

En tierra de nadie

Es una historia común. Aunque cientos de disidentes tratan de pedir
asilo político al otro lado de la línea, muy pocos consiguen permanecer
en la base. «Hay excepciones. Tenemos tres trabajadores que siguen
cruzando la puerta gracias a un acuerdo que firmó Fidel y que permitía a
los empleados previos a la revolución mantener su empleo hasta su
jubilación. También tenemos 55 cubanos con estatus especial». El
eufemismo significa que estos no pueden ni regresar a Cuba ni entrar en
Estados Unidos.

Eduardo es uno de los que desde hace meses vive en tierra de nadie. Tras
lograr pasar al otro lado, ahora cuenta sus días para salir de una base
que no le gusta. «Yo quería salir de Cuba, no quedarme aquí trabajando».
Pero sus opciones son limitadas: a pesar de tener familia en Miami
deberá viajar primero a un país del Caribe. «A ver si me dan la
nacionalidad». No todos los que están en su misma situación optan por
esta opción. Con trabajo fijo y casa gratis, muchas de las familias
atrapadas se adaptan con facilidad a la vida de la base. «Aquí tienen de
todo y están acostumbrados al clima y al paisaje», asegura el jefe de la
base, Marc Leavy. «Además, aquí tienen libertad».

http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2007/10/08/0003_6208929.htm

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