Friday, September 28, 2007

EL SÍNDROME DE JUANA LA LOCA

EL SÍNDROME DE JUANA LA LOCA
2007-09-27.
Luis Tornés Aguililla

Septiembre de 2007.- En estos terribles tiempos de capilla ardiente, los
cubanos podríamos recordar la historia de la Madre Patria en la triste y
singular vida de la Reina Juana pues algunas cosas dejan pensar que Cuba
será víctima del síndrome de Juana la Loca porque bien vemos que los
procónsules del actual régimen se amparan de cámaras y micrófonos para
pretender escondernos El Muerto que no es en realidad Fidel sino ese
sistema de medio siglo en el que la gente se cayó a mentiras por
cobardía o por comodidad, cosa que da lo mismo.

La Reina Juana, al ver que su esposo había misteriosamente dejado este
mundo, no permitió que le enterraran ni que nadie se acercase al occiso
y hasta paseaba el cadáver de noche en una especie de ceremonia sui
géneris, tan «sui generis» como el fascismo cubano, ése, el que Armando
Hart llama junto a Chávez «socialismo del siglo XXI» y que en Cuba no
tiene equivalentes en su capacidad destructora de la identidad nacional.

La Banda Armada de La Habana guarda la esperanza de lograr dar segunda
vida al dogma más cruel y totalitario que se haya sufrido en Cuba en
medio siglo de bozal y látigo.

Volviendo a Juana, admiremos el intento de Raúl de renovar un sistema
que no supo observar prospectivamente el rumbo que llevaba el mundo, un
sistema que habrá pasado medio siglo en una involución permanente para
evitar su puesta fuera de juego que, Dios mediante, es ahora inexorable
realidad. Algo tan natural como una muerte necesaria.

De momento, nos sacan al Prieto Abel con pinta de bueno y melena y
mandan a callar a Pérez Roque, dejan que el hijo de Lage hable, el
embajador cubano en Perú dice que sus compatriotas son libres, la
Mariela se derrite en tolerancias mientras que Raúl, después de hablar
en Camagüey de marabú y de leche, quiere «retroalimentarse con la
opinión de todos».

Nada, que esta gente no encuentra la metodología para ahorrarse grandes
líos con Liborio y le meten unos aportes tan inesperados al dogma que
sabe Dios a qué punto podrían llegar pues el amigo lector tiene que
saber que Raúl manda recaditos conciliantes a fulano y a mengano en el
exilio pero un recado como un discurso no constituyen el punto de
ruptura fundamental.

Ese punto de ruptura fuese que mañana mismo Raúl libere (o empiece a
liberar con sostenido ritmo) a todos los rehenes políticos que se pudren
injustamente en sus cárceles ya que mientras no los libere
permitiéndoles a cada uno de ellos vivir según sus convicciones, nadie
le dará crédito a su acción política por muy fina y florentina que sea.

El Muerto de nosotros, los que aspiramos a vivir sin grillete ni bozal
ni fabricantes de tendencias, no es Fidel, el de nosotros es el terrible
sistema contra el cual lo único que tiene sentido es la protesta
permanente que puede ir de la desobediencia total hasta el perro
callejero con un cartel amarrado a la cola en el que esté escrito «PERRO
LIBRE».

Contra esa gente que escucha las llamadas telefónicas, abre las cartas
privadas y lee los emails al amparo de un Estado liberticida, contra
ellos que raptan y queman la frente de un pobre infeliz, intimidan y
privan de recursos a los que quieren trabajar honestamente, lo único que
funciona es gritarles : ¡NO!.

Ha de saber el amigo lector que al final del cuento, el esposo de Juana
la Loca pudo ser enterrado. No resucitó. Lo enterraron y ya.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11847

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