Thursday, August 09, 2007

El regreso de los boxeadores

SOCIEDAD
El regreso de los boxeadores

Luis Cino

LA HABANA, Cuba - Agosto (www.cubanet.org) - Los boxeadores Guillermo
Rigondeaux y Erislandy Lara no volvieron de Río de Janeiro a Cuba con el
escudo ni sobre él. Los trajeron custodiados, sin esperanzas de volver a
ser campeones y envueltos en signos de interrogación.

Llegaron a La Habana la madrugada del 5 de agosto, directo del
aeropuerto para "una casa de descanso". La escueta nota del periódico
Granma no explica lo que son estas casas. La reflexión del Comandante
tampoco lo aclara. No hace falta. Todos sabemos qué son y quiénes se
encargan de "sus huéspedes".

Una extraña película de boxeadores y mafiosos, secuestros incluidos.
Alguien rebobinó el video. Rigondeaux y Lara pasaron de desertores a
desaparecidos. De traidores a confundidos. De hombres que soñaron ser
libres y ricos en Europa a deudores del perdón impreciso del gobierno
cubano. Siempre fueron víctimas. Desde la primera vez que subieron a un
ring. Ahora lo son más.

Fidel Castro, convaleciente, volvió a convertir otro revés en victoria.
No necesitó enviar sus rancheadores tras los cimarrones. La policía
federal brasileña le hizo el favor de pescar a los boxeadores en una
playa carioca.

Puede que el favorcito de Lula empiece a pagar al Comandante por los
deslices de su memoria y los devaneos con los yanquis respecto al etanol.

Es hipócrita que las autoridades brasileñas pidan garantías al gobierno
cubano sobre la suerte de los dos boxeadores. Si según su lógica
solidaria no son perseguidos políticos, en Cuba no hay dictadura y se
respetan los derechos humanos, pues no tienen por qué preocuparse.

De todos modos, el Comandante ya los tranquilizó al respecto. Los
cancerberos cubanos no usan los métodos de la cárcel de Abu Grahib. No
son necesarios en estos casos. Ellos tienen su propio librito. Heredado
del KGB, corregido y aumentado. Hasta hoy, le ha dado buenos resultados.

Se anunció que los dos jóvenes no serán procesados. Dice Granma que sus
familiares más allegados los pueden visitar (sólo ellos). No habrá
represalias. Sólo que se pueden olvidar de boxear y de salir a competir
al exterior. Nadie los mandó a traicionar la confianza de la revolución.
El jab en el mentón dolió demasiado.

Los púgiles volvieron al redil. Unos días antes trajeron de prisa al
resto de los deportistas cubanos que participaron en los Juegos
Panamericanos. No les dieron tiempo a celebrar ni a planear nuevas
deserciones. Llegaron dedicando sus medallas a la revolución y al
Comandante, con más devoción de la habitual. Luego, se quedaron en
espera de una casa, un carro, una bicicleta china, o simplemente las
gracias.

Sólo faltan un jugador de balonmano y un entrenador de gimnasia
artística. Lograron escapar de los "segurosos" de la delegación. Puede
que también Lula los sirva en bandeja de plata a sus amigos cubanos.

El corral tiene puesto el candado. El Comandante puede dormir tranquilo.

De la casa de descanso, Rigondeaux y Lara saldrán arrepentidos según el
guión. No lo dude, pronto los veremos entonar su mea culpa en
televisión. Con lágrimas y sollozos. No será la primera vez. Si le
recuerda los procesos estalinistas de Moscú, el Caso Padilla, u otro
similar, puede estar seguro que no es coincidencia.

luicino2004@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y07/ago07/09a7.htm

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